Imprevisto | Emiliaco

No es nuestro tiempo

"Alguien aquí ama los abrazos por la mañana..."

Es Emilio quien rompe el silencio, después de varios minutos que pasaron así, uno al lado del otro, sin decir una palabra. Joaquín sonríe en respuesta, escondiendo su cabeza en la almohada y acercándose a Emilio en un reflejo completamente involuntario. Y Emilio sonríe, porque esta mañana Joaquín es particularmente adorable y le está dando un deseo incontenible de cancelar esta distancia inútil que aún mantienen para besarlo, besarlo en la frente y en el cabello y tomarlo en sus brazos y hacer lo que nunca quiso hacer con alguien. Joaquín está sacando un lado de sí mismo que aún no conocía, el dulce, el protector... con Gabriel siempre fue diferente, era Gabriel quien lo cuidaba, pero esta vez siente que está cubriendo él este papel y le gusta. Y le gusta un poco menos por que tiene mantenerlo bajo control y no hacer cosas de las que pueda arrepentirse. O tal vez de las que nunca se arrepienta.

"Puede ser", murmura Joaquín, dándole otra sonrisa. "Escucha, pasé la Nochevieja contigo solo para hacerte feliz, ¿puedes disfrutar esto? Me lo debes"

"Oye, no creo que te haya obligado a quedarte aquí conmigo", protesta Emilio, apenas tirando de su almohada para ver su rostro. "¿Ves cómo eres? Y luego te quejas de que te llamo principito".

"Me quejo de que me llames principito porque es algo que no me gusta, Emilio" Joaquín le repite, quizás por enésima vez en veinte años. "Y realmente no lo entiendo, no recuerdo cuándo empezaste y, sobre todo, por qué. No me comporto como una principito como tú dices".

Emilio sonríe, perdiéndose en sus recuerdos por unos momentos. No recuerda cuándo fue la primera vez que llamó a Joaquín de esta manera, pero tiene tantos recuerdos dispersos en la cabeza, de ellos en una de las muchas tardes que pasó con Diego, de ellos y sus continuas disputas. "No sé, Joaquín, solo sé que... siempre hemos sido muy diferentes, tú y yo. No nos llevamos bien y criticabas siempre todo mi comportamiento, lo que siempre te ha hecho bastante quisquilloso y pesado. Sí, diría que es por eso que siempre te llamé de esta manera, y también por la forma en que siempre te trató Diego. Le tomó tantos años notarlo, de hecho, no hablo de cómo te trató cuando estuvieron juntos, sino solo como persona. Siempre te mantuvo en una especie de bola de cristal y no podría decir nada malo de ti sin sufrir las consecuencias. A mi nunca me ha tratado de esta manera, nunca ha tratado a nadie así, y luego, a lo largo de los años, también entendimos la razón. El estaba enamorado de ti. Mientras tanto, este apodo nació y lo siento Joaquín, pero incluso en un millón de años nunca dejaré de llamarte principito" se burla de él, agarrándolo por el brazo y acercándolo a él. Joaquín resopla, ignorando todo el su discurso sobre el amor de Diego y su caída precipitada en sus brazos.

"No te critiqué por ser un pequeño principito quisquilloso como tú dices" le dice Joaquín, porque realmente le importa mucho aclarar esto. "Solo... que siempre te metias en problemas, Emi. Eras un peligro humano y no te importaba nada ni nadie. O más bien, trataste de hacer que se viera así y esto realmente me molestó. Y de todos modos entendí tu punto de vista, con respecto a toda la historia de Diego y cómo me trató. Fue una de las muchas cosas que me hicieron enamorarme de él."

Emilio asiente, entendiendo perfectamente lo halagador que puede ser ser tratado de esta manera por una persona que te gusta, pero desde su punto de vista muy personal, no podía hacer que eso le gustara de la misma manera "En cambio, para mí fue una de las muchas cosas que casi me hicieron odiarlo. En tu opinión...¿por qué pensaste que no podrías seguir sin él? Sentiste que el suelo se venía bajo tus pies sin él porque así es como él siempre te usó. Te trataba como... si no fueras capaz de quedarte en el mundo sin él, tenía que estar cerca de ti, en cada paso, y era algo que odiaba tanto porque tú no necesitabas eso. Siempre has sido más fuerte que yo, que él, que todos nosotros aquí juntos y el hecho de que te estaba tratando como si fueras incapaz, de que constantemente necesitaras a alguien lo odiaba. Y es por eso que en estos meses que me has dicho que no podías estar sin Diego, te respondí que lo harías sé lo fuerte que eres Joaco y por cuánto nuestra relación ha sido extraña en los últimos veinte años, si hay una cosa de la que estoy absolutamente claro es que siempre apostaré por ti sin la menor duda"