"Diego, por favor, ¡para!" Joaquín exclama, en el momento exacto en que finalmente logra alcanzar a Diego y agarrarlo por la camisa. Se estremece cuando ve a su amigo girarse abruptamente alejarlo y mirarlo de nuevo, pero parece aún más dolido, aún más enojado. Parece haber dejado de lado la ironía con la que los encontró a él y a Emilio arriba cuando los sorprendió discutiendo, pero la forma en que lo mira es quizás peor. Lo hace sentir como un monstruo.
"Dijiste que necesitabas tiempo, Joaquín" le recuerda y su voz hace eco en este callejón oscuro detrás de la casa de Emilio donde se detuvieron. "Querías estar solo".
"No dije eso Diego, nunca dije que quería estar solo"
"Claro, sí, ahora lo recuerdo. Dijiste que no querías estar conmigo", especifica Diego, sonriendo amargamente al recordar esa noche. "¿Estás tratando de castigarme, verdad? ¡Por todo lo que pasó el verano pasado, por Mattia, porque te engañé con él, me castigaste junto con mi mejor amigo!"
Joaquín niega con la cabeza, tratando de detenerlo todo el tiempo. "¡No, no es así! Todo esto no tiene nada que ver contigo te lo juro."
"¿Y esto debería hacerme sentir mejor? ¿Eh?" Diego le pregunta con curiosidad. "El hecho de que sigas sin mí. ¡Y luego con él, con Emilio! ¿Cómo puedes no entender que tan pronto como se canse de ti, te va a dejar?"
"¿De verdad crees que tu mejor amigo habría traicionado tu amistad si no hubiera sido importante? No puedes pensar tan mal de él-"
"¿Cómo no puedo pensar mal de él? Sabe que yo te amo y se metió contigo. El me escuchó, me apoyó, me limpió las lágrimas porque desde año nuevo que me siento tan mal por ti y... No puedo creerlo, Joaquín, ¿cómo puede ser tan asqueroso? Para poder consolarme y luego llevarse a la cama a la persona por la cual yo estaba llorando. Tengo ganas de vomitar"
Joaquín se encoge de hombros, recordando esa famosa noche del aniversario en la que vio a Emilio sentirse asqueroso como nunca antes por toda esta situación. Diego tiene razón al enojarse, pero está equivocado, no fue tan fácil como cree. "Hablas de nosotros... de él y de mí, como si fuera solo sexo, pero no es así".
"Entonces, ¿qué es, Joaquín?" Diego le pregunta, en un ataque de coraje. "¿Lo amas? ¿Te enamoraste de él? O tal vez lo amas desde siempre y solo ahora te diste cuenta"
"No lo sé, Diego", Joaquín lo interrumpe, esta vez con una voz más firme y decidida. "No puedo decirte cómo me siento porque solo he estado enamorado una vez en mi vida y con fue de mi mejor amigo, una persona que conozco desde hace veinte años y no sé cómo hacerlo, no sé cómo puedes volver a enamorarte después de un amor tan importante, no sé cómo se siente, así que no sé, no sé si estoy enamorado de él. Tal vez sea demasiado pronto para decirlo. Solo sé que... él me hace sentir bien y lo necesito. No puedo evitarlo."
Diego asiente lentamente, tratando de contener su ira. Pero como lo haces? ¿Cómo puedes contener las emociones cuando el hombre que amas te está hablado de alguien más? ¿De tu mejor amigo? Cada palabra para él era como un puñetazo en el estómago. "Está bien Joaquín, espero que sean felices juntos. Y no esperes venir a llorar en mi hombro cuando se canse de ti", Después de decir eso, se da vuelta y comienza a irse de nuevo.
"No, no Diego, no puedes hacerme esto", dice Joaquín, persiguiéndolo y deteniéndolo de nuevo. Y Diego lo ve molesto, ve las lágrimas que se deslizan sin cesar por sus mejillas, sus ojos hinchados y eso lo mata, pero también lo mata el pensarlo junto a Emilio.
"¿Qué, Joaquín? ¿Qué diablos esperas, que yo sea tu amigo mientras me rompes el corazón al estar con él? Dijiste que lo necesitabas, bueno, perfecto, entonces quédatelo porque ya no quiero a ninguno de ustedes dos."
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Imprevisto | Emiliaco
FanfictionSe trata solamente de un bellísimo y fascinante... imprevisto