Veintidós

383 20 6
                                    



Elena

Han pasado dos meses desde que todo a tomado un poco de normalidad en nuestras vidas, hoy recién es lunes por la mañana, he vuelto a despertar sola, mi departamento se me hace demasiado grande y vacío cuando no viene Sophia o mi madre con nicolás.

Si las cosas han cambiado bastante los últimos días, salí de la casa de los chicos, pero pude arreglar todos mis problemas con León, seguimos juntos en una dinámica de que yo me voy después de hacer todas mis cosas a su casa, él aún no conoce este sitio, a veces creo que la mentira se derrumbara en cualquier momento, sobre todo cuando despierto sola y con tantas ganas de estar abrazada a él.

Este es el primer lunes que estoy en mi departamento, he pasado el mayor tiempo con ellos, León sigue pensando que estoy viviendo en una pequeña caja de zapatos y casi estoy muriendo de hambre cada vez que me vengo de su casa.

Pero las cosas son distintas, he arreglado lo que estaba roto con mi madre, viene al menos una vez al mes a verme o nos juntamos en algún lugar a tomar café o cenar. Mi madre me a rogado que vuelva a tomar las tarjetas que ella y mi padre me dieron alguna vez, porque así estaría más tranquila, dude en aceptarlas, pero para mantener este lugar necesito algo de dinero extra, con lo que me pagan en el bar no cubriría ni siquiera el ir al supermercado.

♡ ♡ ♡ ♡ ♡ ♡ ♡ ♡ ♡

sigo acostada en mi cama, pensando en que debería estar en este momento con León, y que fue una pésima idea venir anoche, hasta que mi teléfono me saca de todos mis pensamientos, pegó un salto y me muevo hasta alcanzarlo.Hablando del Rey de roma, en mi pantalla sale el nombre de León y el corazón que agregó hace unos días, el mismo, me hace sonreír recordarlo.

—Hola amor.-escucho al otro lado de la línea, se me dibuja una sonrisa en la cara.

—Buenos días León.-le respondo un poco más seria.

—Hey, donde esta el amor y lo mucho que me extrañas.-dice reclamando, se me escapa una pequeña risa.

—Hola amor, si creo que te extraño mucho, así que estaba pensando en dejar para mañana, todo lo que debía hacer hoy, para ir a tu casa.-sé que acabo de sonar bastante patética, escucho la risa de León al otro lado del teléfono.

—Siempre te he dicho que ha sido una pésima idea que te fueras del departamento porque podríamos seguir despertando juntos y tendrías tu jugo de naranja encima de la mesa de la cocina.- deja de hablar por unos segundos.—Me gusta la idea de que te vengas ahora temprano, porque quería que fuéramos a dar una vuelta como unos turistas de su propio país.- dice riendo, cada vez que lo escucho provoca algo en mi cuerpo, quizás son esas llamadas mariposas en la barriga.

—Entonces haré un pequeño bolso con mis cosas y me iré para tu casa, quizás vuelvo el jueves a la mía.-le digo esperando su respuesta.

—Deberías traer todas tus cosas y volver a tu cuarto o al mío, me da lo mismo pero piensa en volver por favor.-dice casi suplicando.

—Lo pensaré pero por ahora me iré por unos días, te beso y nos vemos en una hora.

—Nos vemos Ele, también te beso.-dice esto y la sonrisa se dibuja rápidamente en mi rostro.

Cuando terminamos de hablar, corro a bañarme, ni siquiera pienso en prepararme un desayuno antes de salir de aquí, alguna de mis muchas cosas están en el cuarto de León, como nunca quiere que me vaya, es difícil sacar las cosas de su casa, solo tengo que llevar alguna cosas de aquí, pero siempre mantengo listo mi bolso. Me siento como una niña pequeña que se va de viaje o pasar la primera noche con su novio.

INEVITABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora