Diez

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Elena

Sophia se fue hace más de una hora del café yo sigo aquí, tratando de unir los miles de sentimientos encontrados, sigo aún dándole vueltas a todas las palabras que salieron de su boca, esta es la primera vez en años que discutimos de esta forma.

De todo lo que hablamos no puedo sacarme de la cabeza a Lucas, sé que lo mejor ahora es conducir a casa y despejar mi cabeza.

Llevo un rato al volante, no sé qué parte de mi cerebro no se a activado o ha actuado de manera idiota.

Me encuentro estacionada afuera de los complejos de departamentos donde alguna vez vivimos juntos con Lucas y no sé en qué momento he comenzado a llorar, algo tocó esa herida que pensé que había sanado ya hace un tiempo, pero siento como se aprieta cada parte de mi estómago, como me duele el corazón con cada recuerdo, es como si una parte de mi dijera que no di todo por mantenerlo a salvo aunque lo hice, di mi mayor esfuerzo por mantenernos de pie, por ser el mayor apoyo cuando todo se fue a la mierda, no puedo con el dolor que siento es como si estar aquí me llevará a los mejores y peores momentos de mi vida, como si me transportará al peor día de mi vida, de nuestras vidas y no dejo de revivirlo en mi mente, siento como empiezan a caer las lágrimas calientes por mis mejillas y ahogó un sollozo porque no me quiero permitir llorar por Lucas de esta manera, no me voy a permitir llorar así por algo que estaba sanado.

Pero no puedo controlarme no sé cuánto tiempo a pasado desde que he comenzado a llorar, desde que me quedo sin aire por los gritos de frustración, sé que esto está mal, sé que él está mal sé que todo lo que vivimos estuvo mal, pero se que no merezco revivir esto de nuevo.

Trato de controlar el llanto, porque necesito salir de aquí, necesito alejarme de aquí.

♡ ♡ ♡ ♡ ♡ ♡ ♡ ♡ ♡

Cuando llegué hace varios minutos al departamento, lo primero que hice cuando cerré la puerta de la entrada, fue caminar rápido a mi habitación, no sé si León estaba en el departamento o no, no quise averiguar.

He sentido como todos los recuerdos se han calado entremedio de mis entrañas, el dolor que siento ha llegado a mis huesos y no dejo de revivirlo en mi cabeza, ese día de mierda una y otra vez pasando, mi historia con Lucas, nuestra historia de mierda, todas mis sospechas siempre fueron ciertas.

—HIJO DE PUTA -digo en medio de sollozos y gritos desesperados, no puedo dejar de llorar.

No puedo olvidar todas las veces que me negó en la cara que no consumía nada, no puedo olvidar las veces en que note que era otra persona, que era un animal.

—TE LO LLEVASTE TODO, COMO SI HUBIERAS VIVIDO TÚ TODO MI DOLOR -vuelvo a decir en voz alta, sé que el dolor habla por mi, porque por muy patética que me vea, no hay nadie aquí conmigo.

En qué momento empecé a buscar mis cosas con Lucas no tengo puta idea, trato de pararme pero pierdo el equilibrio y caigo al suelo, siento como si el dolor que siento ahora me consumiera las fuerzas, estoy volviendo a ese lugar donde no había estado hace mucho tiempo.

—MIERDA! MIERDA! -me río y lloro sin contenerme, como si un ataque de nervios se estuviera haciendo cargo de esta situación.

—¿Elena estás bien? -escucho como León habla a través de la puerta, trata de entrar pero antes de quedar acabada aquí le he puesto llave a la puerta, no quería que me viera de esta manera.

—¿Todo está bien? -vuelve a preguntar.

—Elena contéstame o voy a tirar la puerta, ¿estás bien? Puedo oírte llorar. -notó su tono de preocupación.

INEVITABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora