Capitulo 26

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LA TARDE ERA LÚGUBRE EN HOGWARTS, como si el clima supiera lo que sentía la castaña, el frió del viento te calaba los huesos y las nubes tapaban el sol, logrando que pareciera de noche

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LA TARDE ERA LÚGUBRE EN HOGWARTS, como si el clima supiera lo que sentía la castaña, el frió del viento te calaba los huesos y las nubes tapaban el sol, logrando que pareciera de noche. La taza de té calentaba un poco sus manos mientras apoyaba mejor su espalda en el respaldo del asiento, tenia las piernas cruzadas sobre la silla y la mirada perdida en la ventana que daba al lado negro, sintió a Tom ingresar en el despacho. Los habían enviado de vuelta a Hogwarts, Dumbledore le prometió que haría todo para encontrar a sus padres. Tenia los ojos rojos y ojeras debajo de estas por no dormir en toda la noche.

—¿Cómo te sientes?— preguntó Tom mientras se agachaba delante de ella tocándole la cara con suavidad, la había dejado sola unas horas para dar clases, y resolver unos asuntos. La castaña se encontraba en su estado horrible, no le agradaba verla así y lo que lo hacía sentir peor es que él tenía toda la culpa.

La castaña dejo la taza de té en la mesa delante y lo observó por unos segundos en silencio —¿Qué sabes sobre mis padres?— preguntó directo. Se sentía insegura, sabía que algo andaba mal con Tom, pero no podía hacer mucho si no daba más indicios. Tom frunció el ceño

—¿De qué hablas? Suenas como si yo tuviese la culpa...— murmuró antes de levantarse —¿Crees que yo tengo la culpa? — preguntó, Hermione pensó con rapidez, sabía dónde podía encontrar respuestas, suspiro mientras se paraba negando con la cabeza.

—No, no quise decir eso...— se disculpó mientras tomaba las manos del pelinegro —Lo siento, es solo que estoy paranoica y cualquier información me sirve — se excusó, Tom respiro de nuevo pero aún así no se sentía conforme, la castaña parecía desconfiar. Ambos se abrazaron, la castaña pensaba en conseguir información, y el pelinegro pensaba en cómo evitar que Hermione se diera cuenta. La castaña se separó —Voy a irme, tengo que hacer cosas, si no voy a volverme loca...—

Tom frunció el ceño —¿Segura que quieres? Deberías descansar — murmuro.



Después de tener una larga charla con Ginny, llorar como desquiciada y abrazarse mucho, la castaña se sentía un poco más clara, los pensamientos se arreglaban en su cabeza y solo tenía un objetivo: encontrar a sus padres. Aunque eso revelará cosas que no le gustará. Hermione se sentía caminando sobre un campo minado, en donde, el mínimo paso que iba a dar podría llevarla a la muerte, en lugar de a la salida.

—Pensé que no vendrías a la ronda de hoy...— la voz de Draco Malfoy la saco de sus pensamientos, la castaña se giró rápidamente antes de forzar una sonrisa

—No tengo nada mejor que hacer— respondió encogiéndose suavemente de hombros. El rubio suspiro inaudible antes de que los dos empezarán a caminar en silenció.

La noche estaba cerrada, ni siquiera la luna se atrevía a asomar las narices por entre las nubes, puede que incluso ella se sintiera atemorizada del hombre que caminaba sobre la tierra e inundaba la mente de ciertas personas. Los ojos plata de Draco buscaron los de Hermione entre la poca luz de las antorchas, la leona le respondió la mirada con un deje de curiosidad, pero parecía que algo la detuviese de hablar, de preguntar lo que en realidad quería preguntar. Y cuando se detuvo en el pasillo, Draco escuchó su pregunta, la cual, no pensaba contestar hasta que bajo su mirada al cuello de la Gryffindor, en donde, el collar que el mismo le había regalado relucía acompañando la belleza de la joven ante la escasa luz.


Hermione no había visto a Tom en los días siguientes, pero no es como si tuviera tiempo para hacerlo, entre las evaluaciones, las rondas, la búsqueda de sus padres, y la asfixiante atención que recibía de todos a su alrededor, la castaña sentía que se ahogaba entre un mar de situaciones. Se sentía a la mitad de una carrera, cuando ya estás cansado y no te detienes por que quieres llegar a la meta pero a la vez, sabes que falta mucho camino para llegar realmente. —Puedo llevar mi morral, Ron, gracias — murmuró la castaña intentando tomar su bolso de entre las manos del Gryffindor pero este se lo negó, Hermione suspiro, no estaba invalida, no tenía alguna clase de problemas, solo era huérfana... momentáneamente.

—Ron...—Ginny advirtió cuando el trio llegó a la mesa, Hermione se sentó notando las miradas de todos sobre ella...otra vez. Le molestaba que la observarán con lástima, como si fuese un pobre cachorrito debajo de la lluvia, ella era fuerte, y sabía que recuperaría a sus padres, aunque le costara toda la vida. Sus ojos chocaron contra los de Draco, y Harry notó eso, sin embargo lo evadió, estaba más concentrado masajeando el dolor de su cicatriz

—¿Te duele de nuevo?— pregunto Hermione notando a su amigo pelinegro, él asintió con suavidad —¿Cuánto tiempo llevas así? Deberíamos hablar ...— murmuró la chica pero fue interrumpida por Harry

—Estoy bien, Herms, estoy más preocupado por todo lo que está pasando — se excusó rápidamente el Gryffindor. Hermione suspiro sabiendo que era terco como mula, su cabeza giro levemente y notó como la mirada de Tom se mantenía con firmeza sobre su amigo pelinegro, la castaña devolvió la mirada notando como Harry seguía masajeando su cicatriz mientras empezaba a comer algo.

Los ojos de Hermione quedaron estáticos sobre Tom Riddle: definivamente algo no andaba bien.



















Girls like you (Tomione fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora