One-shots/Drabbles sin conexión entre sí para la Sladin week. Disfruten
Día 1: Atrapados en el acto | Collares.
Día 2: Prisioneros/cárcel compartida| Almas gemelas.
Día 3: "Todo tiene un precio." | Young Justice.
Día 4: Buen Slade | Esposas.
Día 5:...
Resumen: Robin se despierta con marcas extrañas, otra vez.
Advertencias: -No se requiere conocimiento de la serie para disfrutar el one-shot.
-Esta historia contiene sexo no consensuado.
-Y también relaciones sexuales con menores de edad (aunque no se menciona una edad exacta. )
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Robin se despierta sintiéndose observado, igual que todos los días.
Se levanta de la cama y mira la habitación por todos lados. Toma su ropa, se dirige al baño ha paso lento. Cierra su puerta y ventanas con pestillo, ya no se siente seguro vistiéndose en su habitación.
Durante su recorrido al comedor sus ojos buscan cualquier señal sospechosa. Las sombras lo asustan, el vacío lo incomoda y la gran mansión lo hace sentir pequeño, muy, muy pequeño. Nunca antes le molesto la antigua mansión Wayne, hasta ahora.
Llega apurado, casi protando. Con la respiración acelerada. Últimamente no le gusta estar solo.
Le da los buenos días a Alfred con tono vacío.
El menor, se sobresalta cuando Bruce aparece en la habitación instantes después.
—Buenos días, Dick— Dijo amable, sentándose al frente de él. Mientras Alfred les sirve la comida.
—Buenos días a ti también, B— Su voz tiembla, se rasca la nuca y la sensación de acecho se agudiza.
El mentor frunce el ceño ante la clara inquietud de su hijo —¿Aún te sientes acosado?— Habló bajo y serio, mirándolo preocupado.
Dick asiente en respuesta.
El mayor se coloca la mano en la barbilla. —Hmmm...— Suelta pensativo —¡Alfred!
El llamado se inclina ligeramente sobre su hombro —¿Si, amo Bruce?— Dice con su característico asentó británico.
—Necesito que hagas otra revisión interna y externa del perímetro— El mayordomo se aclara la voz, y le lanza una mirado reprochadora.
—Por favor— Agrega en último minuto.
Él suelta un sonido en aprobación —Lo que ordene, señor— Y sale de la habitación.
Robin solo se dedica a comer en silencio, aún paranoico.
Esta sensación empezó hace a penas unas semanas antes. Un día cualquiera, después de una misión con la Young Justice. Había vuelto a casa con unos ojos fijos en él, metafóricos y quizá literales.
