No tientes tu suerte [Dealor]

2.4K 95 182
                                    

Pareja: Dealor [John Deacon/Roger Taylor]

Advertencias: Soft bondage, +18

INEFABLE

Roger siempre ha sido un chico sin mucha vergüenza.

Específicamente en las situaciones que involucraban a personas que conocía de toda la vida, o que al menos así se sentía. Porque no hacía falta que el tiempo pasara por lustros para sentirse cómodo con alguien. Era cuestión de conexión.

Ya sea tardía o inmediata, al llegar se sentía. Como un salto de colores en el alma, una danza tradicional en el corazón, miles de sabores dulces en la mente. Y cuando eso pasa, no hay quien se detenga para convivir con esas personas que te hacen sentir bien.

Pleno. Feliz. Algo inefable de cualidades excelsas. Así que a pesar de las claras diferencias, pero más importante, de las similitudes más profundas que con uno son evidentes, otro se esfuerza para ocultarlas más; sintió una conexión inmediata con John.

Para fortuna o para desgracia, era tarde para el joven Deacon escapar del tornado de Roger Taylor, pues ya lo había succionado por completo en el momento en que se percató de ello.

¿Una dupla extraña? Quizás sí, pero de alguna forma eran una buena complementación en la mayoría del tiempo. Al conocerlos bien, no era extraño que de vez en cuando, solo ocasiones especiales, fuera el menor castaño quien disfrutara de molestar a Roger y éste quien tuviera que recolectar paz en sus confines de la paciencia para no explotar... Nunca pasaba, al final del día el rubio ocasionaba un drama y John, volviendo a su estado habitual, tenía que disculparse entre risas.

Entre las personalidades extremas, el chico que estudiaba ingeniería aprendió a tratar con Roger, y en cuanto a él... ofrecía una pizca de variedad a la vida con tantos dramas que planeaba y hacía.

Y travesuras, como justo en ese instante, subiendo las escaleras para llegar al departamento de su novio.

John no lo sabía, no tenía la más mínima idea, pero en cierto momento aprovechó uno de sus viajes de estudio -en el cual se ofreció durante tres días a cuidarle el departamento y a su pequeña ninfa-, para sacarle copia a todo su juego de llaves completo.

Mientras sube los escalones no puede evitar reírse para sí mismo. No había encontrado la oportunidad de usarlas, pero ese sábado no tenía nada que hacer, pasó por el barrio de Marylebone y ¿por qué no?, entrar y visitarlo. Tal vez surja o pueda convencer de hacer algo interesante durante la nublada y fría tarde.

Al llegar al pasillo y hasta la puerta, introduce el objeto en la ranura de la cerradura. Lo frustrante con esa puerta es que tiene que jalar un poco para que el pestillo pase con gracia. Lo hace, al abrirla intenta que no suene absolutamente nada. Tremendo susto divertido que le sacaría.

Asoma la cabeza, no ve a nadie a la vista pero observa un horno de microondas que está timbrando en un intervalo de diez segundos para avisar que lo que sea que estuviera dentro, estaba listo. O frío, quizás llevaba mucho tiempo esperando a ser rescatado del interior del electrodoméstico y nadie llegaba.

La mochila azul del castaño está colocada encima del pequeño sofá en el espacio compartido de la sala y el pequeño comedor. Al voltear a su derecha, donde se supone es la única habitación, ve la puerta corrida solo unos cinco centímetros.

Camina, con sigilo. Cuando está a punto de asomarse, escucha un aleteo a su lado. La jaula del ave está justo a un lado de la entrada al dormitorio y sí que le fue ella quien le sacó un tremendo susto.

Queen [SMUT] - INEFABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora