Queen [SMUT] - INEFABLE

Mundo maravilloso [Maylor]

Pareja: Maylor [Brian May & Roger Taylor]

Advertencias: disfruta

[INEFABLE]

El día en su sosiego, se encuentra lluvioso.

Pero era una lluvia diferente. Las nubes negras que se alzan en contemplación y el sonido de los truenos como tambores de guerra, daban a imaginar que la tormenta que vivía próximamente podría convertirse en un aterrador ciclón. Aunque el lado bueno es que no podían ocurrir ese tipo de fenómenos en Múnich. O al menos no habían sucedido hasta el momento.

Se abstiene de revisar en su acervo de información sobre tormentas que habían azotado a la urbe, sabiendo que su ansiedad aumentaría un poco solo con saber ese dato. Si era sincero consigo mismo, no estaba nada aterrado por la tormenta, simplemente su estado de ánimo no la dejaba disfrutar como en algún otro día lo hubiera hecho.

Respira hondo, despejando su mente y captando el canto natural exterior para mantener la paz interior. Sin embargo, le es difícil. Se obliga a no tener un estado tan ensimismado. Los truenos resuenan en los oídos, los rayos iluminan la habitación gracias a la luz que entra por la ventana y Brian May no puede disfrutar de la lluvia.

Hay algo, ahí. Minúsculo que crece al paso de cada minuto. Por alguna razón siente tristeza, pero eso es bueno, porque al menos en ese día siente algo.

Un trueno suena y con él, una reacción involuntaria del guitarrista de levantar la cabeza y poder, por tan solo unas partes de un segundo, ver un rayo andar y caer por una antena a la lejanía. Se absorbe demasiado en mirar aquella estridente y encantadora naturaleza que incluso algunas gotas de su té salpican y mojan la tapicería del costoso sofá. Gruñe un poco, intentando limpiar con la manga de su suéter y vuelve a hacerse un ovillo después de lograr ocultar la mancha.

Calma. Es lo que debía de tener intentando ofuscar aquel pequeño, o tal vez no tanto, sentimiento de pesadumbre que es el canto de la melodía de la tormenta, siendo protagonista. Respira profundamente. Él, por sí mismo, era una persona que lógicamente buscaba tener la cabeza ocupada para no caer en la situación de ese momento. Focalizarse en la lluvia era el único margen que tenía entre la melancolía o el vacío.

Otro rayo. La porcelana de la taza viaja para acabar en sus labios. Toma un sorbo con delicadeza para después bajarla y acunarla entre ambas manos, dejando que el calor se extienda por las palmas.

Sus ojos avellana brillan. Las luces impresionistas que se reflejan por la lluvia chocando con la gran ventana de la sala de estar de aquel departamento, es como presenciar el más puro impresionismo de Afremov. El agua ondula aún más los colores, los refleja como cristales y chocan contra la piel de Brian, que observa.

Sonríe. Apenas pequeño, pero es suficiente. No hace falta más para que el desasosiego anterior se difumine poco a poco al entrar a un estado calmo. El universo bendiga a la lluvia. También que lo bendiga a él.

—Te encontré.

Escucha a sus espaldas. Instintivamente, voltea con velocidad. Lo primero que ocurre es que tiene que entrecerrar los ojos, pues el hombre que había llegado a la sala encendió la luz, provocando que la luminancia lo golpeara sin piedad.

— ¿Podrías apagarla? —Es un sonido suave el que sale por sus labios. Un pequeño gusto de estar a oscuras, solo dejando que el lugar se encienda en colores vivos por las tonalidades de la ciudad. Que ahí están, brincan, chocan, se absorben y también se esparcen—. Por favor.

Aquel nuevo invasor de la calma de la noche simplemente vuelve a apagar la luz. Dejando que los luceros de la urbe fuesen los que iluminaran. Brian agradece, escuchando a su vez los pasos próximos de su compañero.