Resulta que no fue necesario acudir a ninguna poción de la verdad, ni a ningún hechizo, ni arrestar a nadie. Zabini le dio a Ron un recorrido por toda la tienda, respondiendo todas las preguntas de Ron, casi parecía una visita guiada.Zabini le había explicado acerca de las medidas de seguridad que tomaban en caso de que las pociones u objetos fueran demasiado peligrosos. Al fin y al cabo, todos tenían derecho a practicar y estudiar el tipo de magia que más les gustase, mientras no lastimaran a nadie.
—Y llegamos al final— dijo Zabini— como puede ver, señor, la tienda no rompe ninguna de sus leyes. Así que puede retirarse en paz.
Su voz sonaba casi inexpresiva, de no ser por un ligero temblor, que podría estar escondiendo miedo, rencor u odio.
—Está bien— dijo, llegando a la conclusión de que no tenía sentido darle más vueltas al asunto— buenas tardes.
Salió de la tienda, dispuesto a seguir su camino. Zabini no lo había tratado mal, dentro de todo, pero cada vez que le hablaba parecía estar burlándose de él de alguna manera.
Respiró hondo antes de entrar a la siguiente tienda. Una botica, nada que destacar.
Empujó la puerta para entrar y sonó la típica campanilla cuando se abrió.
—Buenas tardes— saludó sin ver quién lo recibía— Auror Weasley, tengo órdenes directas del Ministro de Magia de registrar este local e interrogar a sus dueños.
—Quién lo diría, Weasley de Auror. Aunque era obvio si tuviéramos en cuenta a la gente con la que te juntabas.
Y el humor de Ron cambió completamente cuando vio a la mujer detrás del mostrador.
El día acababa de pensar y ya se encontraba con dos conocidos no amigos.—Hola, Parkinson.
—⭕—
Harry había tratado de analizar la situación y finalmente había llegado a una posible solución. Hablaría con Hermione, le pediría mil disculpas y aceptaría cualquier condición que ella le pusiera.Pero no se disculparía, ni intentaría disculparse, con Malfoy. Si a Malfoy no le molestaba, perfecto y si le molestaba, perfecto también.
Le interesaba Hermione y estaba seguro de que ella sabría que él lo había hecho sin malas intenciones, de tonto que era, nada más. Ella lo conocía y lo entendía la mayor parte de las veces.
Malfoy, en cambio, había sido su némesis durante toda su adolescencia. No le importaba él.
Teddy se quedaría a dormir con su abuela, por lo que tendría tiempo para hablar con Hermione. Necesitaba pasar tiempo con sus amigos. Esperaba que Ron volviera temprano, a veces Harry lo esperaba y se quedaba dormido en el sillón. Esas veces Ron lo despertaba con cuidado, como a las tres o cuatro de la mañana y hasta lo llevaba a su habitación, haciendo que Harry se sintiera como si estuviera casado con su mejor amigo.
Salió de sus pensamientos cuando el portero eléctrico del departamento sonó.
—¿Hola?
—Hola, Harry. Recibí tu mensaje. ¿Puedo subir?— dijo Hermione, y sólo con eso Potter se pudo relajar un poco. Hermione estaba dispuesta al menos a hablar con él. No lo odiaba.
—Sí, te espero.
En unos minutos, ya estaban los dos juntos, frente a frente en un incómodo silencio.
—Bueno, ¿de qué querías hablar?— preguntó Harry, abrazándola torpemente a modo de saludo.
—¿Qué fue lo que te hizo pensar que Draco y yo éramos pareja?
Él tuvo que parpadear y procesar la pregunta, se la esperaba, obviamente que se la esperaba. Pero no tan directamente.
—¿Te sirvo algo para tomar?— preguntó él.
—Está bien, pero que sea rápido, tengo que volver al trabajo. Estamos por llegar a algo importante.
—Bueno— Harry preparó rápidamente un martini en la coctelera que había usado sólo una vez, lo sirvió en dos vasos, y le pasó uno a Hermione— te quiero. A ti y a Ron. Son mi familia, mis hermanos. Pero...— tomó un sorbo antes de seguir. No sabía qué impulso lo había movido a desahogarse así, pero no quería parar— Últimamente, no pasamos tiempo juntos. Ustedes están siempre ocupados con el Ministerio y yo estoy con Teddy. Quiero invitarlos a volver a conocernos, no quiero perderlos porque nuestras vidas de adultos están demasiado ocupadas para darnos un tiempo para nosotros. Los quiero demasiado como para eso.
Hermione tenía la vista fija en su vaso, como si hubiera algo particularmente interesante en la bebida, o quizás buscando la típica aceituna decorativa que le faltaba a su vaso.
—Harry— dijo finalmente ella— sabes que yo también te quiero, y sí, me parece fantástico que quieras pasar tiempo con nosotros. Cuando podamos concretar algo claramente voy a aceptar porque los extraño. Pero, tal vez, tendrías que dejarnos ir un poco. ¿Cuándo fue la última vez que saliste de fiesta? ¿Cuándo fue la última vez que tuviste relaciones con alguien?
—No entiendo a qué quieres llegar. Salí con ustedes, con el grupo de Hogwarts.
—Harry, creo que estás aferrándote demasiado a nosotros. Tal vez deberías tomarte un tiempo para ti, para conocer más gente, ya no somos unos niños. Y es obvio que no vamos a ser iguales.
—A nadie le interesa conocerme— dijo Harry— soy el niño que vivió.
—¿Y cuál es el problema?
—El problema con eso es que a la gente le interesa ese niño que estaba destinado a vencer a Voldemort y salvarlos a todos. Pero este niño ya no existe, Hermione. Ese niño creció y ya no es más ‘El Elegido’. Ahora sólo me interesa tratar de llevar una vida normal, con mis amigos y mi familia. Y esos son ustedes. Tú, los Weasley, Seamus, Dean y Neville. No hay nadie más.
—Tal vez deberías dejar ir esos prejuicios, Harry, aunque todo el mundo mágico te conozca, dudo que a todos les importe realmente si eres o no El Elegido. Y si no quieres conocer gente nueva, siempre hay gente que volver a conocer, como tú dijiste antes. Además hay un montón de muggles por el mundo. Quizás te caigan bien si les das la oportunidad.
—Puede que tengas razón. Lo voy a intentar, pero todavía quiero estar con ustedes. En unos días los invito a cenar. Enfocate en tu trabajo para que puedas venir, gracias por la charla.
—¿Seguro?
—Sí, no te quito más tiempo.
—Bueno, voy al Ministerio que en un rato ya entro. Adiós, te quiero.
—Cuidate, Hermione.
Harry pensó que tal vez Hermione tenía razón. Quizás tendría que dejar ir el pasado y lo único que le impedía avanzar era él mismo. Poniéndose trabas en su propio camino y teniendo miedo de quién sabrá exactamente qué. Pero creía saber por dónde podía empezar.
—⭕—
Buenas, volví con esta fic después de haberla abandonado por no sé cuánto tiempo. Voy a tratar de prestarle más atención a partir de ahora. No sé si me convence mucho el capítulo, pero lo tenía medio escrito de hace quién sabe cuánto.
¿Cómo llevan sus cuarentenas? Yo tengo un montón de tareas y cero ganas de hacerlas. Pero a la vez tengo un montón de energía. Estoy aprendiendo a tirar las cartas y a meditar.
ESTÁS LEYENDO
Nuevas Oportunidades || Drarry/Harco
FanfictionAños después de la guerra, Ron y Harry deciden mudarse al mundo muggle. Empezarán una nueva vida, abriendo sus mentes a nuevas oportunidades, y ¿por qué no? sus corazones.