3 años habían pasado desde que había conocido a su mejor amigo Rudolph.
Aunque su encuentro fue caótico y sus primeros días juntos estuvieron cargados de emociones más negativas que positivas se habían vuelto inseparables. Tal para cual, el aparentemente alegre e inquebrantable Tony contrastaba a la perfección con el usualmente deprimido e intranquilo vampiro.
Al principio su amistad fue un tanto difícil de llevar, no por la distancia, después de todo lo que sucedió los mortales decidieron quedarse permanentemente en aquel castillo y los ancianos les recibieron gustosos, por tener compañeros humanos que por otra cosa en realidad.
No, la brecha que les separaba es un poco más obvia y triste.
Mientras Tony intentaba ser fuerte y mejoraba sus habilidades físicas para intentar igualarse al pelinegro este observaba como su amigo cada día crecía.
El buen rubio paso de ser tierno y lindo a un adolescente atractivo, el tiempo le sentaba bien y era algo innegable.
-No puedes negar que Tony se ve cada vez más guapo- Escucho decir a su hermana a una de sus amigasen alguna ocasión.
-Si con eso te refieres a que cada día está más viejo pues sí, tienes razón.
Y es que, pese a ser tan feliz gracias a él, ese pensamiento traicionero sobre la inevitable muerte de Tony en un futuro desconocido le llenaba de miedo y tristeza.
Temía perder a la única persona que le había alegrado la "vida" desde que se había convertido en vampiro.
Por supuesto que pensó en morderlo, lo pensó muchas veces pero jamás lo menciono y mucho menos intento, no quería ser odiado.
Esa noche se había quedado sentado en la ventana de su amigo, pensando justamente esa posibilidad, cuando dos brazos le atraparon por el cuello en un abrazo que ya se había echo costumbre, una agradable.
-¿Qué haces aquí? Todos están esperando por el cumpleañero.
-Sabes que odio mi cumpleaños.
-Pero amas el pastel.
-No lograras sobornarme con algo como eso, mortal.
-Jajajaja ha vamos amigo, hazme algo de compañía, no es tan divertido sin ti y Anna no deja de intentar hechizarme.
-Te di un amuleto para protegerte deberías estar bien.
-Y lo estoy pero quiero pasarla bien contigo.-Le sonrió y al fin le soltó para poder sentarse a su lado.
Rudolph sonrió, de verdad que ese chico era extraño. Alzo la vista buscando apreciarle mejor, desde hace un tiempo que le tocaba hacerlo, el danonino sí que le sentó bien a su amigo porque le rebaso sin mucha dificultad al cumplir los 15 años.
Su expresión cambio, allí estaba otra vez, contando el tiempo, uno que detestaba.
-Esa expresión de nuevo- Le escucho decir en un tono que nunca antes había usado.
-¿De qué hablas?
-Desolación. Pareciera que esperas algo devastador.
No supo que responder, temía hablar de sus miedos, incluso con él, prefería cargar con todo siempre, una cualidad buena y destructiva a partes iguales.
-Nada de eso solo estoy cansado.
-¿El gran Rudolph Sackville-Bagg cansado?
Ironizo alzando una ceja. Un vampiro evito su mirada buscando comentarios sarcásticos para evitar la vergüenza sobre su poca credibilidad en excusas. Al no encontrarlos se limitó a escupir un "Le pasa a los mejores" y darse la vuelta.

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El monstruo dentro (Tony x Rudolph)
FanficEl paso de los años pinta un mejor panorama para la peculiar amistad entre un vampiro y un mortal, pero el bien nunca llega sin mal y en esta ocasión un nuevo enemigo les obligara a ver otra perspectiva de sus vidas y sentimientos. Un fanfic inspira...