Recordaba muy vívidamente tanto la primera como la última vez que le vi.
Era un niño un año menor que yo de pelo negro azabache con unos bucles que votaban cuando se movía, unos ojos verdes algo castaños que resaltaban un montón por su pelo y una piel blanca como porcelana que remarcaba las pecas que tenía por todo el cuerpo.
–Amigos? –Fue lo único que conseguí entender de su extraño idioma.
Con el tiempo averigüe que era inglés con mucho acento y que podía alternarlo con el francés, dos idiomas que desconocía completamente con 8 años a excepción de las cosas básicas que te enseñaban en el colegio. Para mi suerte su tía jamás tuvo problemas en traducir sus palabras hasta que él aprendió mejor español y yo inglés.
Todos los años rondando entre el día 1 y 10 de julio Owen aparecía en mi ciudad y desaparecía la última semana de agosto, tiempo suficiente para conocernos de sobra y cuando ambos tuvimos redes sociales comenzar a hablar por ahí.
Este año llegaría el 5, así que quedamos el día 7 en el mismo parque donde nos conocimos, como siempre.
Ya hacía varios años que no tenía sus bucles negros tan largos y sus enormes mofletes habían cambiado a una cara igual de masculina que cualquier otro chico de 16, ahora su pelo solía estar solo algo largo por arriba tratando de dejarse un tupé que en realidad solo eran sus bucles alborotados cayendo sobre su frente.
–Que alegría! –Me saludó abrazándome después de llegar corriendo.
Controlar las horas después del viaje nunca fue lo suyo.
Sabía que no sólo Owen había cambiado con los años, también yo, ya no llevaba el pelo lo más corto posible nunca y me había dejado flequillo pudiendo llegar unas mechas californianas para no hacer tan soso mi pelo castaño básico, mis dientes al fin estaban rectos y bonitos y no torcidos, incluso me estaba empezando a salir barba, aunque trataba de afeitarme siempre para que aún no se vieran las zonas donde tenía parches. Mi cuerpo a demás ahora estaba marcado por el deporte, tanto estaba más moreno de practicar surf como más fuerte y con una espalda ancha, Owen sin embargo se quedó con un cuerpo delgado y pálido, aunque siempre dejó bien claro que no le iban los deportes.
–Ya no tienes los brackets! –Se dio cuenta en cuanto nos separamos.
–No, ya desde navidades del año pasado –Explique comenzando a caminar para irnos.
Tampoco es que pudiéramos hacer mucho en un parque lleno de niños.
Como todos los años nos pusimos al día mientras íbamos al centro, aunque tuviéramos redes sociales con las que comunicarnos no solíamos hacerlo, hablar en persona siempre había sido mejor.
–Tengo ganas de helado, vamos donde siempre? –Sugirió mientras esperábamos a que el semáforo se pusiera en verde.
–Claro –Acepte viendo como levantaba sus brazos hacia arriba para estirarse.
Su camiseta se levanto enseñando su ombligo y no pude resistirme a hacerle cosquillas viendo con rapidez como se revolvió y comenzó a reírse por las cosquillas.
–Que tal llevas la diferencia de temperatura? –Pregunté una vez el semáforo se puso en verde.
Él volvió a pegarse a mi sin perder la sonrisa ni un segundo.
–Mientras se mantenga igual que en Canadá bien, pero ya empezaré a pasarlo mal en agosto, no te preocupes –Respondió agarrando mi brazo.
Era un gesto tan natural para nosotros que ni siquiera me fijé, aunque no iba a mentir, solo lo hacía él, ninguno de mis amigos lo hizo jamás.
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Recuerdos de un sentimiento (Yaoi/BL)
Storie d'amoreCada verano tenía la oportunidad de pasar esos meses con él, pero el último verano, a mis 17, fue diferente. 2º Premio Historia Corta - Passion Awards 2021 (En la historia "Datos random" subo, literalmente, datos random de las historias o de algunas...