2.- Engaño.

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→¡Wεlcσмε ϟ Eᴠᴇʀʏᴏɴᴇ!‹‹

El amor toma tiempo, ¿No es así?
Sin embargo el albino se sintió de inmediata, endiosado por el abernal ser frente al templete, aquel ser que parecía deborarle con la mirada, pronto su show estuvo centrado solo en él, en un exquisito intento de coqueteo... Que al parecer. ¡Funcionó!

Tras haber culminado su acto se vio entregado, vendido vulgarmente al joven que atrajó su atención.

— Entonces, Strawberry. ¿Cómo pretendes pagarme? —

Bromeó sobre el asunto, puesto que aun no había recibido su cargo monetario, se encontraban caminando, uno al costado del otro, el albino luciendo su perfida perfección física, con los brazos inferiores sobre las caderas, la diestra superior sobre su esponjoso busto y la contrario sobre su cabello, acomodandolo deforma coqueta mientras sonreía con sinismo.
Por otro lado estaba el rojizo, con ese andar y comportar tan elegante que hacía pesar, aquella macabra sonrisa sobre sus pómulos y su aterradora mirada.

Ahora él joven sacó dos fajos de billetes y se detuvo en seco.

—¿Esto puede pagar tu servicio? —

Cuestionó mirándole sin interés. El angelical ser posó su mirada en el dinero y luego lo miró a él, ¿Estaba dispuesto a pagar tanto?

— Neh, algo es algo.—

Fingió no inmutarse y tomó el dinero, ahora seguía hablar de sus reglas, que aceptaba y que no.
Volvió a mirarlo fijamente.
Con un hombre tan apuesto y educado no debía haber problema, seguro y solo quiere sexo casual. Normal y aburrido, volvió a elevar los hombros, está vez a modo de desepcion.

>> Pero si es por ti, hasta ¡AZOTAME, DADDY! <<

Se retorció un poco entre su fantasía y mordió de nuevo su labio inferior, se vió interrumpido por una voz.

— ¿Es un trato? —

Mierda.
No había escuchado nada de lo que el mayor había dicho, parpadeó un par de veces, divisando y examinando la mano frente a él, que le invitaba a cerrar y a aceptar el trato.
Su diestra inferior tomó dicha mano y acepto.

— Solo no seas muy duro conmigo, soy sensible.—

Mencionó en un tono niñado y juguetón mientras esbozaba un pequeño puchero.
El otro hombre sólo amplio su sonrisa y negó suavemente.

— oh, mi etéreo Angel, no tienes ni la más remota idea de todo lo que voy a hacerte.—

Lo miró de pies a cabeza, se encojio de hombros y los movió con sensualidad.

— ¡Hummm, rico! —

Dust no hizó más que tomar de la pajarita a Alastor, la acomodó un poco mientras sonreía con dulzura, aquel ser frente a él era totalmente femino, el demonio aún no entendía el como, pero realmente lograba confundirlo con una dama y entonces, de nuevo Dust lo atrajó a él con delicadeza, moría por besar esos labios. ¿Serían tan dulces como las cerezas?
Cerró los ojos, esperaba un beso, pero por el contrario se encontró con un terrible vacío.

— Aquí no, estamos por llegar a mi vivienda, espera un poco más.—

En su agarré no había nada, el chico estaba frente a él por algunos pasos, suspiró profundamente y solo le siguió.
No tardaron mucho en llegar.

Alastor se sentó en el sofá del centro en la sala, claro, tras haberse despojado de su saco, el albino miró a los lados y luego al chico, se acercó y tomó asiento en sus piernas, sus manos inferiores se colocaron sobre las piernas del venado y frente a las suyas, las superiores le abrazaron por el cuello.

Alastor le miró con atención, debía engañarlo, envolverlo en su mentira y cesario hasta que no pudiese ni quisiera defenderse más, no sabía muy bien el que hacer o como moverse, colocó sus manos sobre la perfecta cintura del arácnido, haciendo suave presión y tras sentir el dulce tacto entre los labios expertos y los suyos tan vírgenes como el mismo ave María, cerró los ojos, dejándose llevar.

>> Disfruta mientras puedas pequeño ángel, porque voy a cortarte las alas. <<

Pensó mientras su diestra recorría suavemente la espalda del chico y lo apegaba más a él, sus lenguas estaban teniendo una lucha erógena algo agresiva.
Normalmente para AngelDust el sexo es divertido, trabajo y no suele disfrutar tanto el juego previo, es hacer por hacer y gemir por gemir.
Pero está vez los jadeos salían tan naturalmente entre el beso.
Comenzaba a desearlo, a necesitarlo y obviamente iba a tenerlo.

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Dulce como cereza.~🌸 RADIODUSTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora