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Llegué a casa, luciendo mi hermoso vestido, ahí estaba ese hijo de perra.
— ¡Que te quede claro imbécil! No puedes hacer lo que quieras conmigo, soy tu novio, pero no soy tuyo .. no te necesito, no necesito a nadie abrazado a cintura.
Me senté en el sofá, cruzando las piernas y los brazos, mirando a un costado con indignación.
— Angel, querido, No estás enojado conmigo, ¿Verdad?
Sentí sus manos acariciar suavemente mis hombros, sonreí y lo miré.
— Claro que si, idiota. Deja de tratarme como una prostituta! No lo soy, parezco, pero... No lo soy, que este quedé claro. En ese caso te saldría muy caro.
Volví a mirar a un costado y cerré los ojos frunciendo el entrecejo.
— Te pagaré si así lo quieres ...
— ¿¡Es en serio!? No imbécil, soy tu novio, no tu empleado, ¡Claro que no debes pagarme!
Me giré a él, le indique que se sentase a mi costado y así lo hice tomé sus manos y lo miré a los ojos.
— ¿Tu me... Me amas? Porque yo a ti si, es decir... No soy de ese tipo de personas... Pero yo te amo.
Lucia asombrado, si me rechaza le cortaré la cabeza. Suspiró pesadamente, presionó mis manos y asintió, sus orejas bajaron un poco, me gustan...
— Si, te ... Jajaja! ¿¡Cómo te lo explico?!
Se soltó de mi y suspiró, dió un pequeña vuelta con los brazos abiertos y me miró.
— ¡Todo esto fue un show! Soy un asesino en serie.
— ¡Eso no me importa! Yo te...
Me calló con la mano, sonrió y se dió la vuelta, pude notar como sus manos tras su espalda presionaban con fuerza su bastón.
— Te mentí. Todo este tiempo.
— Al... Sea lo que sea... Podemos arreglarlo.
Me miró de nuevo, no estaba sonriendo.
— Te traje aquí... Porque quería asesinarte, todas esas heridas, te la shice yo, te esclavise... No me amas... Solo... Es psicológico.
Párpados atónito, camino acercándose y tomó mi mano. Lo miré.
— Yo te ... Te ... Viole tantas veces... Que comenzó a gustarte y lo tomaba como sexo común...
Lo recordé todo, mis ojos se llenaron de lágrimas... Solté mi mano bruscamente.
— ¡No me toques!
— Angel yo...
— Me has... Me has hecho esto todo este tiempo y yo... Yo creí que me...
— Lo hago, te amo, me enamoré de ti Angel. Tus labios, tu cuerpo, tu forma de ser, eres tan embriagante ... Dulce y delicado, pero fuerte, tan .. tan... Dulce como una cereza.
Me puse de pie, no pensaba quedarme ahí, me acomode el escote y camine a la puerta.
— Que hijo de perra... Te aprovechaste de lo .... ¡De lo que yo sentía! Joder ...
Baje la mirada, lo sentí abrazarme por la espalda, recargó su frente en mi espalda, suspiró, sus orejitas me hacían cosquillas en la nuca.
— No volveré a tocarte... No volveré a lastimarte... Angel .. no te vayas...
— ¿Cómo podría confiar en ti?
Acaricié sus manos en mi vientre, suspiré, lo amo, claro que sí, pero... ¿Y si no? ¿Y si tiene razón y esto solo es psicológico?
Maldije en voz baja y me giré quedando defrente con él, me recargó en la puerta y desvíe la mirada.
— Escucha... Nunca nadie me e había besado como tú... Nunca nadie me había tratado como tú y de la nada me entero que me hacías daño porque querías matarme y luego... Me tratas como vaina prostituta, no Alastor, no...
Suspiré y cerré los ojos, el dulce tacto de sus dedos recorrió mi mejilla, se posó ahí y su pulgar acarició mis labios. Una suave corriente eléctrica recorrió mi cuerpo, era encandilante la forma en la que está venado me hacía sentir.
Dió un suave beso a mis labios y me presionó más contra la puerta.
—Fue mi error, mis errores y entiendo que no quieras confiar en mi... Fui un locutor que le falló A su audiencia... Pero no volverá a pasar... Este locutor no quiere perder su ... Estación de radio.
Lo miré y sonreí.
— ¿En serio acabas de compararme con una estación de radio?
— Para un locutor, yo, una de esas es su mundo entero.
No pude evitar reír, a pesar de su vilesa parecía ser muy infantil y puro.
— Hijo de puta.— Lo abrace por el cuello y mis manos superiores lo tomaron de la cintura. — Solo bésame y cállate.
— Angel... Juró que no volveré a esclavizarte, no volveré a lastimarte ni a hacerte daño.
Y me besó, aquel beso estaba lleno de deseo, de cuidado y de... Amor. Sus manos recorrieron mi espalda y piernas, hasta posarse sobre mis glúteos. Me alegro más a él, mis dedos se enredaron en su cabello, mi izquierda acariciaba su espalda, mi diestra baja estaba sobre su pecho, desabrochando su sacó y la izquierda acariciaba el cierre de su pantalón.
Si, justo como esperabas. Terminamos en la cama de nuevo, no fue solo sexo, está vez hicimos el amor, sus manos tocaron cada centímetro de mi piel con tanta delicadeza, nuestras voces jadearon al mismo tiempo y los besos, los besos eran castos y románticos.
Claro, no perdió algunas costumbres como morderme o atarme, aunque claro.. ahora lo hacía con el debido cuidado.
Fue la primera vez que me acosté con él y no me dolió.
— Angel, te amo.
Lo miré, estaba acurrucado en su pecho, enganchado a él, no quería que me soltase.
— Yo también te amo.
Le sonreí, bajó un poco la cabeza y juntó su frente con la mía, sus ojos son hermosos.
