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Meses después

- ¡maldición! Arranca- a pesar de que giraba y giraba la llave, mi auto no arrancaba, y se me hacía tarde para ir a mi trabajo. Golpee el volante rendido y salí. - Estúpido auto. - lo patee, desde que choque, me estaba fallando bastante, amaba mi Mercedes y lo e enviado a arreglar incontables veces pero siempre parecía regresar peor. La verdad yo no sabía de autos, así que ni me ocupaba por abrir el cofre. Decidí que tendría que tomar un taxi, con lo mucho que me gustaban, sucios, usados por todos y con conductores gordos y feos, bueno a excepción de aquel conductor con carácter de abuela o vecina fastidiosa. Si, no e olvidado su rostro angelical, aún tengo grabado en mi mente aquellos ojos pequeñitos y felinos, su lechosa piel que me da curiosidad saber que tan suave es y sus manos, dios esas manos que tomaron mi camisa para golpearme, grandes, varoniles y toscas, sus venas resaltantes, tan fuerte. Sin querer suspiré al recordar aquellas manos olvidándome por completo de que mi cuerpo tenía dueño, y cuando el rostro de Hoseok vino a mi mente, rápidamente deseché mis sucios pensamientos con aquellas grandes manos.

Caminé un buen tramo hasta salir del fraccionamiento privado haciendo una educada reverencia ante el guardia de seguridad.

- Joven Jeon, buenos días. ¿Hoy no lleva auto? - ¿por qué tenía que preguntar?

- No, creo que lo llevaré al mecánico más tarde.

- ¿Otra vez? - si inepto curioso, otra vez

- Si. - respondí con sutileza.

- Conozco alguien que no es mecánico pero estoy seguro que le ayudará mejor que un mecánico, y no le cobrará tanto.

- ¿De verdad? - presté atención - ¿podría pasarme su contacto?

- Claro, espere un momento. - el hombre mayor se metió a su cuartucho de seguridad y volvió con una tarjeta, la revisé y únicamente tenía escrito a mano, un número telefónico y la leyenda "mecánico"

- Creí que no era mecánico- señalé la leyenda.

- Ah, es que nunca recuerdo los nombres - se rió y yo rodee los ojos en mi mente.

- Bueno, muchas gracias eh. Nos vemos más tarde.

- Hasta luego joven Jeon - ¿por qué de mi nombre si se acuerda? Caminé un poco más hasta llegar a donde se paran autobuses y taxis, un montón de gentuza se encontraba allí, comencé a desesperarme por la hora al ver que no venía ningún taxi, miré a lo lejos y un autobús llegó, casualmente pasaba por donde estaba mi empresa. Ay no me digas que tendré que subirme a un autobús, no, no, eso nunca. Toda la gente se subió y afortunadamente detrás de este venía un taxi, sentí que toda la respiración que tenía retenida salió libremente de mis pulmones, levanté la mano y el auto color amarillo se detuvo frente a mi, al instante me subí en la parte de atrás y cerré la puerta, no olía mal y estaba fresco, temperatura perfecta, me puse el cinturón y miré al retrovisor.

- Buenos di... - unos ojos gatunos y una sonrisa soberbia me recibieron, yo no podía cerrar mi boca de la impresión.

- Vaya, vaya, pero si es el millonario que todo puede pagar, en mi taxi. ¿tuviste que vender tu auto? - rodee los ojos

- Que gracioso taxista, no lo vendí, es solo que no quiso arrancar. Pero vaya, veo que tu si pudiste arreglar tu pollo móvil.

- Si, afortunadamente no le pasó nada grave a mi bebé- respondió sobando el volante y sonriendo como padre orgulloso, rodee los ojos nuevamente.

- Bueno, ya voy muy tarde así que si puedes arrancar tu gallinero y llevarme a la empresa Jeon Cosmetics lo más rápido que puedas, te lo agradecería mucho.

- ¿Con esos modales? No lo creo, ah... ¿como que gallinero?

- Por favor Yoongi. - el levantó sus cejas sorprendido, demonios.

- Ah, te acuerdas de mi nombre, así si arranco mi pollo móvil. - se rió y casi lo hago yo también, arrancó el auto entonces .

- Claro que me acuerdo, no podría olvidar el nombre de quien dijo que quería poseer mi trasero.

- Yo no dije que quería, dije que haría eso o patearlo.

- Es lo mismo, prefiero que lo patees.

- Lo haría, pero en este momento eres mi cliente especial.

- ¿Especial? - lo miré con un singular brillo en mis ojos, dijo que soy especial, casi aplaudo emocionado.

- por su puesto - por momentos me miraba por el retrovisor. - Don nunca me subiría a tu gallinero, está en mi gallinero. - se rió y yo bufé ignorándolo. Saqué la tarjeta y mi teléfono.

- No me interesa escuchar tus idioteces taxista, mejor llamaré a un buen mecánico que me recomendaron.

- Huy - dijo el burlándose y yo puse el teléfono en mi oreja después de teclear el número. De pronto un celular a parte del mío comenzó a sonar.

- Si diga - la voz del taxista y su burlesca risa me hicieron mirarlo repentinamente, ese hijo de puta además de tener una risa agradable era un imbécil con suerte para burlarse de mi.

- No me jodas. - colgué mi teléfono y me crucé de brazos.

- ¿Será el destino? - ríe de nuevo.

- No puedo creerlo. Pésima suerte que me cargo este año. - me quejé

- Yo con todo gusto arreglo tu carcacha.

- No es una carcacha - repliqué- y si... espero que no lo dejes peor. Mi orgullo me dice que no te lo permita pero mi desesperación es más grande.

- Si, se nota.

No dijimos nada durante el resto del trayecto, cuando llegamos saqué dinero para dárselo pero el levantó su mano.

- Corre por mi cuenta - me sonrió y yo negué

- Claro que no, yo no...

- Eres mi cliente especial- me guiñó un ojo y yo sonrojado guardé mi dinero. Ese chico es realmente raro, no se supone que debía golpearme. ¿por que me trata así?

- Me da más miedo que me trates así de amable a que me golpees. - confieso honestamente y una sonrisa perturbadora y profunda mirada acaparan mi atención.

- Ya llegará mi momento- me guiña un ojo como aquella vez y un escalofrió al mismo tiempo caliente me recorre, salgo del taxi y lo observo sonreír el solo e irse, yo me quedo como la ultima vez, pasmado hasta que recuerdo que ya voy tarde.

Taxi Driver [Yoonkook](Mini Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora