07 (Final)

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Dos semanas después


Yoongi había marcado a mi celular cada día de estas dos semanas, aparentemente lo había obtenido por las veces que llamé a la estación, incluso había venido un par de veces pero no le abrí, estaba muy molesto con el. ¿Como podía intentar seducirme teniendo novio?  Digo es cierto que también lo besé y desee aún estando con Hoseok, pero lo de el y yo ya es historia y solo fue una vez.

Caminé fuera de la empresa hacia el estacionamiento para ir a mi auto, me detuve en seco al verlo recargado como todo un galán de película en el, de pantalón negro, camisa blanca y lente de sol. Ridículo, si no había sol en el estacionamiento. Aún así caminé hacia mi auto y saqué mis llaves, quise rodearlo pero el fue rápido y me las quitó.

- ¡Oye! - quise arrebatárselas.

- Te llevo- señaló su auto rojo y yo me crucé de brazos.

- Hoy no manejas tu pollo móvil.

- No, hoy no trabajo, quiero usar este día para llevarte a un lugar.

- No quiero.

- No te pregunté si querías. - el me tomó fuerte del brazo y me arrastró hasta el suyo.

- Oye, mi auto.

- No sería la primera vez que lo dejas aquí. - no tuve de otra más que entrar por las buenas, el entró después de mi y nos pusimos el cinturón. El arrancó el auto y yo me mantuve silencioso mirando por la ventana. Ya eran como las 7 de la noche, hoy salí tarde trabajar ya que tenía muchos pendientes.

- ¿Como supiste a que hora saldría?

- No lo sabía, llevaba dos horas allí. - lo miré sorprendido.

- ¿a dónde me llevas?

- Ya lo verás - sonrió y continuó manejando.

Pasada media hora llegamos a lo que parecía un fraccionamiento privado, entró en el y manejó entre las calles, pude observar que las casas no eran muy grandes pero tampoco pequeñas, todas eran de dos pisos y bastante amplias, muy normales, para poblacion de clase media.

- ¿Vives aquí? - pregunté cuando se estacionó en una llamativa casa color azul, muy bonita. El asintió sonriendo y se bajó del auto, yo hice lo mismo y lo seguí, el abrió la puerta de la casa y me invitó a pasar.

- Bienvenido a mi hogar- entré observando el sitio, claramente su casa era más pequeña que la mía, la mía era enorme en comparación a la suya, sin embargo se veía muy comoda, como para una familia de cuatro o cinco. Había una salita con asisntos grises, una mesita de cristal en el centro y un mueble negro con una plasma y bocinas al lado. En la misma habitación estaba el comedor, la mesa era también de cristal y las sillas eran del cuero negro. Detrás había una puerta que supuse llevaba a la cocina. Las paredes eran grises rata y azules, era una decoración realmente preciosa. Al fondo había unas escaleras por las cuales y para mi sorpresa venía bajando un alto chico de cabello negro y muy bien parecido, miré a Yoongi y este veía al chico con una sonrisa.

- Yoongi - saludó el más alto- llegaste

- Seokjin, quiero presentarte a alguien - ¿Seokjin? ¿Me trajo a su casa donde vive con... el? - Jin el es Jungkook, el chico que me chocó, Jungkook... el es Min Seokjin, mi hermano. - Mis ojos se abrieron con sorpresa y miré a Yoongi con pena.

- ¿T-tu hermano? - demonios que vergüenza, que estúpido soy.

- Así es - dice el chico - un gusto Jungkook, al fin puedo conocerte, Yoongi no deja de hablar de ti, "Hoy fui por Kookie a su trabajo" "Hoy Kookie quiso reportarme y se llevó una sorpresa" "hoy no e visto a Kookie" Kookie esto, Kookie el otro. - se ríe y yo me sonrojo. El le habla de mi, y hasta me tiene un mote. Awwwwnnn que imbécil soy. Yoongi se ríe bajando la mirada.

- No me avergüences Hyung.

- Sabes que te adoro. La comida está casi lista, pasemos al comedor. Siéntete como en casa Jk.

- Gracias Hyung. - el chico desaparece detrás de la cocina y yo miro a Yoongi muy apenado.

- Lo siento taxista, no tenía idea.

- Tranquilo braguitas, es normal que sientas celos. Me deseas. - ok, siempre lo arruina.

- Que no me llames así, y no estaba celoso, me sentía usado. ¡Ah! - ¿me acaba de dar una nalgada?

- Por su puesto que quiero usarte, y lo haré muy bien - dice susurrándome al oído y mordiendo mi oreja - te traigo muchas ganas, braguitas.

- Que no me lla... - la puerta se abrió y empujé rápido a Yoongi y este se rió. Al mismo tiempo me hizo pasar al comedor y tuvimos una agradable velada y charla con su hermano mayor. Resultó que era alguien muy simpático, contando cosas graciosas le Yoongi que me hicieron conocer el lado lindo de él. Al parecer era una persona humilde y samaritana, cada fin de año dona cierta cantidad de dinero y juguetes a un orfanato, con esta plática de tres horas pude darme cuenta de lo egocéntrico que soy y la poca humanidad que había en mi.

Me despedí finalmente de el y Yoongi y yo salimos de la casa.

- Creo que le caíste bien- me dice una vez subimos al auto

- ¿tu crees? Aún estoy muy apenado contigo. 

- No tienes por que, al menos ya sabes que estabas en un error, ya me abrirás la puerta de tu casa

- No e dicho que lo haría - me cruzo de brazos.

- Eres tan malo - hace un fingido puchero y yo me río. Unos minutos más tarde de plática y risas llegamos a mi casa y se estacionó fuera.

- ¿Por que venimos en tu taxi?

- dejándote debo hacer un turno nocturno, para no perder el día, por eso dejé el rojo y me traje este.

- Oh, si eres el dueño por que te preocupa.

- Que sea el dueño no significa que esté sin hacer nada. - asentí y pasamos unos minutos en silencio hasta que decidí hablar.

- Gracias por traerme y por llevarme, arreglar mi auto... todo. No e sido muy agradecido con lo que has hecho.

- Es que eres un poco orgulloso pero está bien. Pelear contigo es muy divertido - se ríe y le devuelvo el gesto.

- Me gustaría este año ayudarte con tu donación. ¿Crees que pueda?

- Encantado de que me acompañes- me sonrió tan hermosamente, y en ese momento no sabía que hacer, tenía que bajar pero no quería. El se me quedó mirando, esperando por algo y yo solo le sonreí y el se rió. - Anda ve a descansar, nos vemos luego braguitas.

- ¡Que no me llames braguitas!

- Es imposible, tenías unas en esa habitación

- No eran mías, idiota.

- Pretencioso imbécil

- Te odio  - le grité y salí del auto enfurecido no sin antes escuchar su dulce risa. Maldición que estaba haciendo, lo deseo, el me desea, estamos solteros, nos gustamos ¿no? A la mierda.

Sin que el se diera cuenta rodee el auto y abrí su puerta sacándole un susto, lo saqué jalándolo de camisa y cerré la puerta estampándolo contra ella.

- Animal, taxista idiota. - el me miró con sorpresa y trató de decir algo  pero no se lo permití, esta vez fui yo quien lo besó, pegando mis labios a los de el con una voracidad increíble, deseoso de el, de sentirlo.

Cuando menos lo pensamos ya estábamos en la parte trasera del taxi besándonos, yo sentado a horcajadas en sus piernas y el acariciando mi espalda y apretando mi trasero.

- ¿por qué no estamos en tu habitación?

- Tu pollo móvil debe ser testigo de nuestra primera vez. - respondí

- ¿Y eso qué?

- Gracias a tu pollo móvil nos conocimos.

- ¿disculpa? Tú me chocaste, debería ser tu auto en todo caso.

- ¿por qué no mejor cierras la boca y me dejas continuar? - el se rió y asintió y yo volví a besarlo con devoción. Sus manos se metieron dentro de camisa y acariciaron mi piel. Sentí como poco a poco quitó mi camiseta dejando mi torso desnudo y a su merced.

- Ansiaba poder verte así- sus grandes manos sostuvieron mi espalda y su boca comenzó a trazar besos húmedos sobre mi sensible piel. Lamió y succionó mi cuello, eché mi cabeza hacía atrás cerrando mis ojos, disfrutando de esa placentera sensación. Pronto ambos estábamos completamente desnudos, aún basándonos, el calor que mi cuerpo sentía quemaba demasiado.

- Hazme tuyo taxista - susurré en su oído y el no se hizo esperar más,  sentí como me  penetró poco a poco, su miembro era una ilusión. - es grande- dije sin pensar y con mis mejillas sonrojadas, sobre todo por que se rió

- Me encantas - le sonreí avergonzado y comencé a saltar suavemente, el me besó el cuello y mi pecho. Me apoyé en sus hombros conforme mis movimientos y gemidos se hicieron más fuertes, el auto se mecía de adelante hacía atrás. Agradecía que la calle estuviera oscura, de lo contrario todos verían el movimiento y sabrían que ambos estamos  cometiendo un acto lujurioso aquí dentro.

El vapor de nuestros cuerpos empañaron los vidrios y el sudor hicieron que mis manos resbalaran por su pecho,  necesitaba tanto esto, necesitaba escuchar sus roncos gemidos, sus labios sobre mi piel, sus besos, sus caricias, deseaba con cada gota de mi sudor sentirlo dentro de mi.

Un largo gemido por parte de ambos anunció el final de nuestro acto, después de controlar mi respiración lo miré profundamente, si hubiera luz el vería lo rojo que estoy en este momento, mis mejillas están encendidas y todo mi cuerpo sigue quemando.

- Te tengo un regalo- me susurra y yo frunzo el ceño

- ¿Un regalo? - el me hace levantarme y sentarme nuevamente en el sofá pero con mis piernas sobre las suyas. Se agacha un poco para meter su mano debajo del asiento y saca algo que no logro distinguir hasta que me lo entrega. Efectivamente es una caja de regalo, yo sonrío emocionado. - No tenías que - le quito la envoltura y abro la caja, mi frente se arruga y meto la mano para sacar la tela que se encuentra allí, unas bragas negras con encaje. - Min- Yoon-gi....

- Son para ti braguitas - dice riéndose

- ¡¡¡IMBÉCIL!!!

Fin








Espero que les haya gustado, es cortita pero tenía inspiración, me dedicaré ahora a el seductor.
¡Gracias por leer!
Hannel Yoon
💜🖤

Taxi Driver [Yoonkook](Mini Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora