Matrimonio - Cap. 4

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Capítulo 4

Matrimonio
By Eva_Evora

Momentos después estaba frente al juez que realizaba la ceremonia civil, su novia bella, joven y pelirroja estaba a su lado, linda y sonriente, él se mantenía serio, se preguntaba si era correcto pasar por encima de su familia para saciar su deseo carnal y el corazón herido.

Juez: Realicé la pregunta señor Santos

Victoriano miro a todos, había pocas personas presentes, sus hijas se rehusaron a ir al matrimonio, solo el hermano de Débora y algunos amigos eran testigos.

Victoriano: Discúlpeme señor juez, ¿podría repetir la pregunta?

Juez: Le pregunte al señor si acepta a Débora Pinheiro como su legítima esposa.

Victoriano miró hacia otro lado, sus ojos se encontraron con los de ella, solo tenía belleza y era una belleza que no le llamaba la atención, prefería a las morenas, para ser más específicos a su morenita ... Su morenita, suspiró al pensar en ella, se había conformado con Débora, porque no podía tener a Inés, entonces cualquier mujer servía ... pero después de aquel beso, ya no estaba tan seguro ...

Juez: ¿Señor Santos?

Victoriano suspiró

Victoriano: Lo siento mucho ... no puedo hacer esto ...- Giró y agarro las manos de ella entre las suyas. - Mis hijas no lo aceptan ... yo ... yo... lo siento mucho ...

Débora lo miraba con la boca abierta, ese desgraciado no podía hacerle eso, eso no se iba a quedar así.

Débora: Mi amor ... no puedes hacer eso conmigo, mi amor ... te amo ... sueño con esto desde hace meses ... con nuestra boda ... nuestra luna de miel ....

Victoriano: Lo siento mucho, puedes viajar ... te vas a divertir ... pero no puede hacerle esto a mis hijas ...

Ni a Inés, no soportaría verla irse otra vez de su vida.

Débora: No lo acepto ... eres mío ... te amo ... tarde o temprano tus hijas aceptaran nuestro matrimonio... nuestro amor...

Victoriano: No estoy seguro si te amo como tendría que amarte, el matrimonio es un paso muy importante ...y no estoy seguro si puedo dar ese paso ahora.

Él salió y pudo escuchar los gritos de su ex novia

Débora: Esto no se quedará así Victoriano Santos, no vas a usarme y botarme como un trapo viejo ... no lo harás...

Elias: Ten calma...- apoyó a su hermana - no es bueno para nuestros planes ...

Debora respiró hondo, lo vio salir del municipio, se secó las lágrimas y se recompuso.

Débora: Tienes razón ... el volverá... lo tengo atado a mi gracias al deseo desenfrenado que siente por mi cuerpo.- sonrío

Elías: Eso es ... no le des a escoger entre sus hijas y tu ... ellas siempre saldrán ganando...

Débora: Por ahora ... solo hasta que el varón con el que tanto sueña este dentro de mi cuerpo ... ahí ellas dejaran de salirse con la suya- sonrío maliciosamente.

...

Inés terminaba de alistar su equipaje, iría con su hijo que vivía en la ciudad, quien estaba terminando la facultad de veterinaria, ella había ahorrado y tenía como mantenerse con un tiempo.

Escuchó la voz de Victoriano, gritaba exaltado llamándola.- Debería estar en el almuerzo de celebración por su boda, el cual sería realizado en el mejor restaurante de la ciudad, ya que sus hijas no aceptaron que fuera en la hacienda , la que un día fue de su madre.

Él no paraba de gritar, Inés corrió hasta el despacho, entró, su respiración era jadeante, lo vio andar de un lado para el otro, parecía un animal enjaulado.

Cuando la vio parada frente a él, fue hacia ella, la agarró de los brazos y la zarandeó.

Victoriano: ¿Era eso lo que querías no? ¿querías desestabilizarme? ¿verme perdido otra vez?, pues bien, lo lograste.

La soltó y salió del despacho azotando la puerta con fuerza, Inés aun estaba con la boca abierta sin comprender nada de lo que había pasado.

Casandra y Diana entraron al despacho aun mirando la salida intempestiva de su padre.

Casandra: ¿Qué le paso?

Diana: No se casó, dejo a la víbora con cara de estúpida en frente del juez.- hablo de brazos cruzados con una gran sonrisa en los labios.

Casandra: ¿Cómo? - con una gran sonrisa.

Diana: Lo que oíste ... nuestro padre dijo "no" a la hora de dar el sí- A Diana no le cabía tanta felicidad.

Casandra: ¿Será porque nuestra nana dijo que se iba?- preguntó con curiosidad.

Inés empezó a ahogarse y toser, Diana corrió para auxiliarla.

Diana: ¿Estás bien nana?

Inés: Sí mis niñas ... gracias ... tengo que salir.

Salió corriendo del despacho, Diana y Casandra se miraron y sonrieron felices, aquella bruja no iba a tomar el lugar de su madre, la única digna de ocuparlo era su nana.

Inés corrió fuera de la casa, sabía donde él estaba, fue al establo y vio que estaba ensillando su lindo e imponente semental, aun con el corazón latiendo fuerte se acercó lentamente a aquel gran y fuerte cuerpo que se mantenía de espaldas a ella.

Victoriano: ¿Por qué no te casaste Victoriano?

Cerró los ojos al oír aquella dulce voz.

Victoriano: ¿Todavía preguntas por qué? - continuo para colocar la silla de montar al animal

Inés: Necesito escucharlo de tu boca, por qué desististe de casarte con ella.

Se volteó y sonrío

Victoria: No pienses que fue porque aun tengo algún sentimiento por ti ... no me case porque no quiero que mis hijas se distancien de mí.

Fue tajante y cortante al decirlo, ya que no quería que su corazón sea expuesto y vuelto en pedazos por su culpa otra vez

Inés cerró los ojos, por un momento tuvo la tierna ilusión de que ella fuera el motivo para hacerlo desistir de tal atrocidad.

Inés: Disculpame, no quise ...

Se aproximó a ella, la agarro de los brazos empujandola contra la pared del establo.

Victoriano: No pienses ni por un momento que aun tengo ilusiones por ti... ya no tienes el poder de volverme loco y arrastrado a tus pies ... no siento absolutamente nada.- Al decirlo sus ojos no paraban de mirar aquella boca rosa que estaba entre abierta esperando por sus labios.- No me tendrás más loco de amor por ti Inés.

Sentía su cuerpo lleno de deseo y pasión al tenerlo así, tan cerca, su respiración estaba entrecortada y su cuerpo vibraba al sentir que a pesar de las palabras que salían de aquella boca masculina, otra parte de su cuerpo delataba que todo era una mentira...

Él la quería tanto o más de lo que ella lo quería... entonces ella tuvo una sola solución para ese dilema.

Inés colocó sus brazos alrededor del cuello de victoriano, tomándolo totalmente de sorpresa y lo besó, sus labios buscaron los de él, con un deseo contenido por más de 20 años...

Continuará ....

El siguiente capítulo es aún más interesante :D 

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