CAPITULO 1

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¿Estoy loco o nada más estoy celoso? Lo ignoro; pero he sufrido horriblemente. Es cierto que mi acción es propia de un loco, de un loco furioso; pero, ¿No bastan los celos anhelantes, un amor exaltado que sufre traición, que se ve desahuciado, un dolor maldito cono el que me destroza; no bastan, digo, todas esas cosas para que cometamos crímenes y desatinos, sin que nuestro corazón ni nuestro cerebro sean los de un criminal?

¡Lo que yo he sufrido, de una manera constante, aguda, espantosa! Quise a aquel hombre con un arrebato frenético...  Pero puntualmente bien: ¿Lo quise yo? No, no y no. Es él el que me poseyó en cuerpo y alma, el que se apoderó de mi, el que me encadenó.
Fui, sigo siendo, objeto suyo, juguete suyo. Soy el esclavo de su sonrisa, de su boca, de su mirada, del contorno de su cuerpo, de la forma de su cara; su simple apariencia externa me embarga, acelerando mi respiración, por él, el que maneja todo esto, el ser de este cuerpo, me inspira odio, desprecio, aborrecimiento; lo he odiado, despreciado, aborrecido siempre, porque es un pérfido, bestial, inmundo, impuro; es el hombre de perdición,  el más sensual y engañoso al que le falta el alma, por lo que no circula jamás el pensamiento como aire libre y vivificador; es la perdición hecha humano, no más que eso, una maravilla de cuerpo suave y turgente en el que habita la infamia.

¿LOCO?  -KookMin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora