CAPITULO 5

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Todas las mañanas, en cuanto alboreaba, recorría el parque y siempre regresaba preso de languideces, como después de frenticas expansiones de amor.

¡Había comprendido!

Y sentí celos; sentí celos del viento que le acariciaba el rostro en sus locas carreras; sentí celos de las hojas que besaban, al pasar, sus orejas; sentí celos de las gotas de sol que se filtraban entre las ramas para caer sobre su frente; sentí celos de la banca en la que descansaba después de sus carreras por el parque .

Su felicidad estaba en todo aquello, y era todo aquello lo que lo exaltaba, lo saciaba, lo agotaba y lo volvía insensible, como muerto, para mi.

Decidí tomar venganza.
Extreme mi cariño y mis atenciones con él. Al volver de sus desenfrenadas carreras, le daba yo la mano para que subiera las escaleras y una botella con un poco de agua.

Aguarde mi día y mi momento.

¿LOCO?  -KookMin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora