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Chris
Me arrincona en una esquina y me susurra al oído.
- ¿Te acuerdas cuando te dije que el que me gusta le gusta otra persona?
- S-Sí ¿Por qué?— Le digo mirando a los lados por si es que a alguien se le ocurre pasar por aquí.
- Bueno, el que me gusta eres tú.— Sonríe y se apega cada vez a mí, su cuerpo estaba cerca al mío inclinándose para darme un beso.
- Oye... Calmada.— Le digo hasta que nuestros labios llegan a ser unidos, la separo de mí sujetando sus hombros.
- ¿Qué te pasa?— Le pregunto con un gesto enojado.
- ¿No te gustó?
- No es eso, sólo que ya sabes...— Jane me calla con otro ligero y corto beso.
- No me importa, ambos sabemos que ella no te valora. No como yo.— Sonríe.
- Bueno, en ese punto tienes razón...
- Entonces ¿Estamos juntos?
- Efectivamente.— Rodeo mis brazos a su cintura atrayéndola a mí siguiendo con la serie de besos.
Ambos sonreímos y nos vamos al parque a acostarnos en el fresco césped, nos acostamos y la rodeo con mis brazos besando su mejilla.
Aún no estoy seguro de lo que siento por ella realmente, mis sentimientos siguen siendo de Rachel...
- Oye ¿Te parece si vamos a un lugar más privado?
- Oh... Eh... Claro.— Se ríe por mi nerviosismo y nos levantamos para ir a mi casa, a esta hora no hay nadie así que supongo que no sería mala idea.
Ya en casa la invito a pasar.
- Arriba está mi habitación, si gustas puedes entrar.
- Es lo que tenía pensado hacer.— Me mira y sonríe para así subir a mi habitación, por un breve momento miro el culo de ella y desvío la mirada apenado y sonrojado.
- Y... ¿Para qué querías un lugar privado?
- Lo sabrás arriba.— Ríe levemente llegando así hacia mi habitación, la sigo tras de ella pero no llego a encontrarla.
- Ammm... ¿Jane?— Sus manos tapaban mi visión mientras que reía.
- ¿Eres una niña pequeña o algo?
- ¡Que aburrido!— Me empuja hacia mi cama poniéndose encima de mí. Pero, sin esfuerzo alguno me las arreglo para que ahora yo estea encima de ella.
- Yo mando ahora.— Ambos sonreímos y nos damos un beso cuales iban bajando de sus labios a su cuello.
- Muestrame de lo que eres capaz.
- Si tu lo dices...— Me saco la polera arrojándola a un lado de mi cuarto y ayudo a Jane a hacer lo mismo dejándola ver su sujetador negro. Sigo con aquellos apasionados besos acariciando su abdomen con mi mano izquierda mientras que con la derecha sujeto su mano.
Los besos cada vez se intensificaban más, mi mano se deslizaba por el pantalón de Jane desabotonandolo, meto mi mano bajo su pantalón y ropa interior acariciando su vagina.
Sus gemidos llenaban el ambiente pero los callo con un beso, saco mi mano y ella ahora es quien toma el control.
Se posiciona en mi entrepierna bajando mi cierre y desabotonando igualmente mi jean.
Me bajo el bóxer dejando al descubierto mi pene totalmente erecto, ella como si fuese niña pequeña lo toca curiosamente, quien sabe si ya vio uno antes. Da una risa de lujuria y con su mano derecha empieza a masturbarme el placer empezaba a recorrer mi cuerpo, no sabía que pasó o cómo pasó para llegar a esto. Pero se sentía totalmente diferente.
Para y se acerca, se recoge el cabello y empieza a lamer la punta. Las ondas de placer golpeaban mi espalda, sentía las ganas de más y más. Por su parte, ella iba metiéndolo cada vez más a su boca, veía como ella lo chupaba como si de un helado se tratase.
- ¿Quieres más de mí?
- Ammm, no lo sé...— Sonríe y se coloca encima de mí, quitándose la ropa interior y su brasier.
Sujeta mis manos llevándolas a sus suaves pechos y acaricia lentamente su vagina contra mi pene.
- ¿Quieres jugar a algo?
- Mmm, claro.
- ¡El que se sonroja pierde!
- Eso me gusta.— Muevo sus pechos, ella se apega a mí besándome aún acariciando mi intimidad.
Sujeta mi pene aún erecto y se sienta sobre él penetrándola, suelta un leve gemido y empieza a dar pequeños brincos...
En unos minutos cambiamos de posición poniéndome ahora yo encima de ella, vuelvo a penetrarla y doy leves estocadas que de poco a poco van aumentando el ritmo. Nuestro sudor se envolvía, sus jugos iban cayendo a la cama, ella se sujeta de las sábanas gimiendo un poco más acelerado.
Nuestros corazones latían rápido, la beso aún dándole estocadas hasta acabar fuera de ella, mi semen cayó en su abdomen haciendo que el olor llene la habitación. Me levanto de la cama y le traigo papel para que se limpie y agua.

5 minutos después.
Salgo de la casa junto a Jane un poco avergonzados por lo que acabamos de hacer aun siendo nuestro primer día. Creo que nos pasamos, vamos al parque una vez más y nos acostamos en el césped sin siquiera uno de los dos diga una palabra hasta que ella decide romper aquel silencio.
- Y... ¿Quien se sonrojó primero?
- No lo sé, no noté tu rostro.— Ella ríe como niña pequeña y me mira.
- Yo tampoco lo hice.— Reímos ambos y nos besamos.

Mis razones para amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora