Capitulo 7

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El taxi aparca en las afuera de la casa de Josh, bajo de este después de pagar y darle las gracias al conductor, y me digo mentalmente que es momento de intentar convencer a mi padre de que me deje sacar la licencia aunque ya se que respuesta me dará.

«No pienso dejar que saques la licencia para que al otro día me digan que te has matado en un accidente por conducir ebria después de salir de una de esas fiestas llenas de perversión a las que tu vas»

Si, ese es el discurso que me da como escusa para no dejarme sacar la licencia o como lo digo yo; para no dejarme un poco más de libertad.

Y aunque le he sacado mil y una excusa para que me deje hacerlo, su respuestas para todo es un...

«Para eso le pago a un chofer y una agencia entera de vigilancia privada cuidando de ti»

Para que les voy a decir que me rindo si ustedes saben que yo, Yosmari Johnson jamás se da por vencida y de alguna u otra forma lograré tener mi licencia de conducir, ya después veré de donde sacó el auto.

- Hola, ¿Cómo te fue en tu primer día de trabajo?

- ¡Josh! - susurró, con la mano en el pecho tratando de acompasar los latidos desbocados de mi corazón - ¡Joder! me has dado un susto de infarto.

Josh ríe mientras se acerca a mi para abrazarme como siempre que llegó a casa, de manera juguetona y despreocupada. Al menos no sigue enojado por lo que paso con Alex.

- Disculpa. ¿Por qué llegas tres horas después de tu hora legal de salida?

Me separó de él, para mirarlo y me consigo con una mueca de descontento en su rostro dándome a entender que es un reproche el que me está haciendo, pero cómo con él todo es juego, no lo tomo en serio.

- Eso no es asunto tuyo. - contestó juguetona y me separó de él para encaminarme a la cocina por algo de comer.

- Eh, pero claro que es asunto mío. Me preocupas mucho, por lo tanto es mi deber estar al pendiente de ti. Mira que si no lo hago me sentiría el... peor de los hermanos - dice mientras me sigue.

Tomo una pechuga semi-congelada del refrigerador y me dispongo a prepararla, pero Josh la arrebata de mis manos y con el dedo índice, señala la isla ordenándome tomar asiento.

- Anda, toma asiento mientras te preparo de comer - pongo los ojos en blanco y rodeó la isla para tomar asiento y hacer lo que me pide, mientras suspiro y me quito mis zapatos altos para ponerme más cómoda.

- Tu horario de trabajo es de una hora, grillito, no tienes que quedarte más tiempo. - me aclara, trabajando en buscar los utensilios e ingredientes necesarios.

- Una hora no es suficiente y tenía demasiado trabajo que hacer. Si lo hacia a ese paso terminaría en un año. - le hago saber.

- ¿Y tenías que terminarlo en cuatro horas? - me hecha una mirada de reojo en manera de reprimenda mientras sigue trabajando en prepararme de cenar.

- No es gran cosa. No moriré por eso. - protesto, porque su sobreprotección me parece algo exagerada.

- Y tampoco estas más lejos de lograr que tu padre te absuelta de casarte con Leonard.

Mi cansancio pasa a segundo plano en cuanto escucho de sus labios el nombre de Cohen.

- ¿Cómo...? Lo conoces - sonó como a una pregunta pero para mi fue más como una afirmación ya que como no va a conocerlo si, siendo su padre uno de los accionistas de la empresa, dejando a Josh como encargado de esa parte de sus negocios es razonable que Josh conozca a Leonard.

¡Al Diablo las Reglas! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora