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Barry conocía demasiado al pequeño Batson, tanto que sabía que en ese mismo momento se preguntaba todo lo que había sucedido el día anterior.

Hal, como de costumbre, aún no llegaba y más con el nuevo horario que Carol les había hecho era inútil pensar que este castaño de apellido Jordan llegaría algún día temprano.

El rubio miró nuevamente al menor de los tres, no podía acomodar aquel moño rosa al rededor de su cuello. Se veía frustrado por el hecho en que frunce el ceño y muerde su labio al ver los resultados que tenía, de alguna forma le parecía gracioso al chico Allen.

— Ven acá — habló el ojiazul llamando la atención de Billy, quien resopló y fue hacia su dirección —. ¿Necesitas ayuda?

— He pensado que lo tengo que coser a mi camisa — le entrego el moño a su amigo para arreglarlo.

— Sólo eso? — preguntó el rubio casi riendo, paso el listón alrededor de su cuello y acomodó el moño.

Billy mordió su labio nervioso pero con lleno de curiosidad. Pero cómo podría preguntar de buena manera (sin escucharse muy metiche) sobre aquel Bruce Wayne? ¿Y por qué Hal actuó de esa manera?

— ¡Llegue! — anunció un castaño abriendo la puerta de un golpe haciendo sonar bruscamente la pequeña campana.

— Media hora después — Barry se cruzó de brazos cuando terminó de arreglar a Billy —. Te ves hecho un asco.

— Sólo necesito aclimatarme — dio un sorbo de su café y quitó sus lentes negros, donde escondía aquellas ojeras —. Hola Billypastelin — saludó con media sonrisa ladeada.

El ojiverde le sonrió ligeramente y fue directo a la cocina, el chico Jordan lo miró extrañado pero se alzó de hombros.

— Es un excelente y pésimo día a la vez, no lo crees Bear? — preguntó el ojipardo para llevar el ambiente más calmado, ya que Barry aún seguía con los brazos cruzados y sin ninguna sonrisa dibujada en su rostro —. Eh, Bear, te hice una pregunta amigo.

— Aveces me dan ganas de patearte, Hal Jordan.

— ¿Qué? ¿Pero ahora qué hice?

— Ni siquiera eso recuerdas, es el colmo con alguien como tú — el rubio se dio media vuelta para irse con el menor pero su mejor amigo lo tomó del brazo haciéndolo regresar a la misma posición que antes.

— ¿Fue por lo de ayer?

— ¿Fi pir li di iyir? — rodó los ojos —. ¡Claro que fue por lo de ayer! Demonios Hal, diciendo tantas reglas para nosotros que terminaron mal para ti!

— Sólo me puse borracho, algo que es natural en mi santo cielo — bufo el castaño ahora cruzándose de brazos —. No es que haya tenido sexo salvaje con alguien o algo parecido cierto?

Entonces Barry tuvo dos cosas en su mente desde ahí; uno, Hal no recuerda nada sobre la cercanía que Bruce tuvo con él y dos, puede decir cualquier tontería para evitar que su mejor amigo recuerde lo de ayer.

Pero no pensó en la tercera: Billy Batson y su pequeña curiosidad.

— ¿¡Quién diablos es Bruce Wayne!? — abrió bruscamente la puerta de la cocina para mirar a sus amigos.

Barry abrió la boca de impresión y unas ganas de ir hacia él para cerrarle la boca o meterlo a la cocina nuevamente se aparecieron, pero Hal...Hal estaba ahí.

Como si todo lo que pensó que era irreal, se haya esfumado en menos de cinco segundos donde Billy le pudo hacer ver que era lo contrario. Que vio a Bruce Wayne en la misma fiesta y que puede jurar que sigue igual de perfecto como aquella vez donde lloraba desconsoladamente en busca de un pequeño contacto del pelinegro hacia él.

Bruce Wayne Donde viven las historias. Descúbrelo ahora