¿Hacía cuánto se comprometió con Beelzebub? ¿Cientos de años? ¿Milenios, tal vez? No lo sabía, no le importaba y tampoco lo recordaba. Simple y sencillamente, una vez que el interés desaparecía en el asunto, Amaimon jamás volvía a voltear para ese lado. Hasta hacía realmente poco, no había encontrado algo que llamara su atención de forma tan genuina y absorbente, como lo era frecuentar a Rin Okumura.
El aburrimiento desapareció casi de forma instantánea, aunque cabía aclarar que las acciones del Rey de la Tierra no serían inocentes y carentes de segundas intenciones. Después de todo, ¿Cada cuánto encontraba algo tan intrigante? Poco a poco, entendía el interés de Satán y de Samael por el chico, pese a que la visión del peli-verde fuese distinta, seguiría siendo igual de retorcida que la de esos dos.
Así que, pensando qué ficha mover, el comentario de Rin le forzó a recordar ciertos detalles. Justo cuando la gran mayoría de los Baal se encontraban pasando por épocas de completo sufrimiento y frustración, fue Samael quien propuso un plan para apaciguar temporalmente a la peligrosa bomba de tiempo que era Lucifer.
Y, para suerte o desgracia, dicha propuesta los incluía a ellos. Cada Rey Demonio quedó recluido en una habitación alejada de las otras, y mientras que él fue el primero en librarse finalmente de la necrosis y el dolor, Beelzebub resultó tener una increíble desgracia.
La Reina de los Insectos, última entre los Baal, continuó sufriendo la cruel tortura de tener la oportunidad de mantener su consciencia en Asshia. El mundo humano parecía rechazar su presencia, al grado de negarle ocupar un nuevo contenedor sin pudrirlo en necrosis tras unas cuantas semanas.
― ¡Oh~! Recuerdo que Shiro Fujimoto dijo algo similar.
La sola mención de aquel nombre, logró que Rin fijara la mirada sobre él. Toda su atención, al fin, se había centrado absolutamente sobre Amaimon. La consternación y ansias de saber se reflejaban tan claramente, que Amaimon supo de inmediato que sería divertido intentar jugar con su cordura.
― ¿Qué? ¿De qué estás hablando? ¿Qué sabes sobre el viejo? ¡Dímelo!
Notaba como el chico se veía afectado por hablar respecto al Padre Fujimoto, sobre todo, apreció en primera fila como cada palabra que él pronunciaba tenía un efecto instantáneo sobre el híbrido. Bastaba escuchar un poco para que un demonio supiese dar en las fibras más sensibles.
― Es probable que sepa más sobre él que tú. ¿Por qué Shiro Fujimoto cuidaría de mi hermano pequeño? Tanto para ayudar a alguien... Los humanos son extraños.
Su prometida jamás le perdonó tener el descaro de mostrarse ante ella, con el corazón expuesto y su anfitrión enfundado en aquella bata de hospital, aunque ganarse su odio y romper su compromiso se coronó como el suceso de menos importancia en su existencia: Ella se volvió sumamente aburrida. Beelzebub repudió su buena condición y el saber que ese cuerpo no se pudriría como los otros, que era resistente a su posesión hasta el límite de expectativa de vida humana.
Le irritó el hecho de que su contenedor fuese uno perteneciente al grupo de Samael, quien le había prometido únicamente a ella cederle un cuerpo si se daba el caso de que se ajustara a su esencia. Pero, sin duda alguna la gota que colmó su paciencia, fue que Azazel planeara sumirse en un sueño profundo con su actual contenedor y dejara de lado los dos anfitriones más fuertes de toda la instalación.
Aún a sabiendas de que uno le pertenecería a Lucifer, todavía quedaba una vacante. Shiro Fujimoto pudo haber sido su contenedor, sino fuese porque repentinamente quedó al cuidado y protección de Samael. Intentó una sola vez el posesionarlo, acabando por fallar y empeorar su condición. Lo más lamentable para ella, fue enterarse que el Rey de la Luz continuaría sumido en sufrimiento al perder a su anfitrión a manos de un demonio nuevo, pero tan conocido para todos.
Gehena misma encarnó en Asshia. Y, para la infinita molestia y horror de Rin, se encontraba a muy poco de ser la viva imagen del ego joven del Dios y señor del mundo demoníaco. Era posible que Samael no le permitiera atestiguarlo, pero Amaimon tenía una inmensa curiosidad de saber cuál sería la reacción de Rin Okumura al enterarse. Deseaba ver su tormento.
¿Qué tenía en contra de aquel pobre mitad humano? Realmente nada, y a la vez todo. Era el heredero único de las abrasadoras llamas de Satán, de su padre. Poseía la fuerza de Gehena y, de forma retorcida, era quien podría jactarse de tener el volátil afecto del demonio más poderoso que habría existido jamás.
― ¿De qué demonios estás hablando? ¡Escúpelo de una buena vez! ¿Qué sabes sobre el viejo?
Ver a Rin Okumura dominado por aquellas emociones humanas, no le resultaba tan atractivo y emocionante como verlo siendo consumido por sus instintos más primarios como demonio, tal cual era el deseo de medir su fuerza con un adversario que estuviese a su altura. Sin embargo, algo en él hacía que quisiese ver la explosión de aquellos sentires en su máximo esplendor.
― Oh~, ya entiendo. ¿Nunca te preguntaste por qué Shiro Fujimoto los cuidaba siendo hijos de Satán?
Por su rostro, por su lenguaje corporal, supo que era la pregunta que más asediaba su mente. ¿Le dejaba saber la verdad tras todo ello de forma abrupta? No, Samael lo decapitaría. Quizá lo mejor, sería dejar pequeñas migas... Lo más divertido, sería ver como Rin Okumura venía a él por más información y no se podría negar a complacerlo jugando con él. Dejándole indagar sobre el verdadero poder de las llamas azules y ser hijo directo de Satán.
― ¿Qué es lo que sabes?
La escalofriante sonrisa de Amaimon no fue buena señal para Rin. ¿Qué si se sabía cuestionado por qué Shiro los salvó? ¡Esa era su pregunta del millón! Y ver que un demonio tan molesto e impredecible como Amaimon parecía conocer la respuesta, lo estaba desquiciando. Que este se retirara, sin querer decirle nada, fue claramente una trampa.
Una treta que incitaba a que fuese él quien buscara al peli-verde, y pese a que Rin se prometiera no caer en ese jueguito, supo que Amaimon sería el único que podría aclarar sus dudas.
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Espero que la actualización de esta ocasión les gustara :3 He tratado de actualizar lo más pronto posible, y lo mismo trataré para la siguiente actualización. No saben como les agradezco que sean tan pacientes.
Si les es posible, sería de ayuda que siguieran a Jack_Kurayami. Ingrid irá colgando los libros de los proyectos en los que se encuentra trabajando, y pronto verá la luz un Art book de Amairin <3
Nos leeremos pronto >w0
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Jamás te enamores [Amaimon x Rin]
FanficLos demonios son seres malignos y viles, sin embargo, eso no significa que no tengan normas que seguir. En Gehena, hay 3 reglas que nunca debes quebrantar. No obstante, en algún momento, estas suelen romperse. ¿Por qué un demonio jamás se enamora? E...