Capítulo cinco: Con cautela.

1.1K 121 3
                                    

Lo principal para un demonio, sin contar el esconder su cola por mera prevención, yacía en ocultar su corazón ante todo. Claro que, aunque en la mayoría de los casos aquel acto era literal, en contadas ocasiones se refería a algo en sentido figurado. Algo, en palabras más certeras, inclinado a términos humanos.

Podría ser que la cola fuese una gran desventaja en la lucha, si quedaba apresada por el enemigo y el dolor lo postraba a merced del adversario. Sin embargo, dejar al descubierto el corazón sería firmar una sentencia de muerte segura. Los demonios se regeneraban, sí, era totalmente cierto, pero sin importar que tan poderoso fuera el demonio, sin un corazón sería imposible vivir. Ni siquiera Satán podría.

― ¿Pasa algo? Amaimon.

― No, no es nada. ¿Para qué me has llamado? Quiero ir y jugar con Rin.

― Ya te he dicho que no puedes. Necesito que vigiles a Shura Kirigakure y estés al tanto de Yukio Okumura, si debes priorizar a alguno de los dos, que sea a Okumura.

No comprendía porque su hermano le daba aquellas órdenes tan repentinas. Tal vez, podría entender lo de Shura Kirigakure, aunque la idea de seguirla y estar cerca de ella le resultara desagradable. Pero, ¿Vigilar a Yukio Okumura? No le encontraba gran sentido. Aquel humano era realmente aburrido y rutinario, se devanaba los sesos por cualquier decisión, como si el simple hecho de soltar un suspiro lo condenara a perecer.

Siendo un ente tan lógico y racional, dudaba que cometiera alguna estupidez, mucho menos que fuese algo que Samael fuese incapaz de predecir. Por ello mismo era imposible que vislumbrara el motivo de tan extraño pedido. ¿No lo más sensato sería mantener un ojo sobre Rin Okumura? Quizá fuese sólo su interés personal, o el hecho de saber cosas que el chico ignoraba, sin embargo ¿Por qué no vigilarlo?

No lo comprendía. ¿Por qué dejarlo a sus anchas, husmeando por dónde quisiera e ignorando desastrosamente los códigos de un demonio? ¡Ni siquiera Satán, en sus días más precarios e ingenuos, cometía errores tan espantosos! Posiblemente se debía a que Rin no era completamente un demonio. Los humanos eran, en el mejor de los casos, seres demasiado emocionales y con tendencia a temer todo lo que fuera diferente.

Pocos usaban verdaderamente el cerebro, ignorando sus instintos y sus sentimientos, tendían muy poco en creer en argumentos que para ellos careciera de sentido. La gran mayoría de los humanos, eran impulsivos y no medían las consecuencias de sus actos, y eran terriblemente influenciables por cualquiera que lograra persuadirlos de tener la razón. Y, pese a la creencia popular, estos últimos eran los más adeptos a luchar contra una posesión.

Para Amaimon, era realmente irónico. Aquellos que eran considerados como personas firmes y de ideales perfectos, solían ser las presas más codiciadas para todo demonio. Sobre todo, por la cantidad de emociones negativas que estos solían guardar y cultivar por años, causando una vorágine caótica en sus corazones. Pronto, estos se volvían contenedores idóneos. Claro, para cualquier ser cuya presencia no fuese demasiado para su anfitrión.

De suceder el caso contrario, el cuerpo comenzaba a descomponerse, llenándose de dolorosas llagas necróticas y torturando su sistema nervioso de la forma más vil. Él recordaba perfectamente cómo, tras un par de años, se veía obligado a cambiar de contenedor en lapsos de tiempo más cortos con cada ocasión. Sólo era capaz de disfrutar el pasto fresco y verde bajo sus pies por algunos meses, antes de ir perdiendo primero la movilidad de las piernas.

― ¿Por qué debo vigilarlo? Yukio Okumura es demasiado aburrido, dudo que haga algo que no tengas anticipado.

― En eso tienes toda la razón, y a la vez te equivocas de una forma demasiado desastrosa.

Fue en ese momento en el que Samael volteó a verle, con una sonrisa tan maliciosa y desconcertante, que no sabía si se encontraba alegre o preocupado. Tal vez ambos, ¿Habría ocurrido algo que él ignoraba? No, la pregunta más correcta sería ¿Qué es lo que ocurriría para que su hermano se comportara así?

― ¿Cuándo volveré a jugar con Rin?

La única respuesta que Samael planeaba darle, era una sonrisa burlona e impredecible, pero al ver que el menor desistía de retirarse sin una respuesta concreta, el demonio más antiguo simplemente suspiró y le miró con sus perversos ojos verdes. Cabe decir, que fue un gesto que el Rey de la Tierra supo que odiaría inmensamente al tratarse de una silenciosa advertencia ¿Pero de qué? ¿Sobre qué?

― Jugarás con él de la forma que menos te imaginas. Perderás todo tu orgullo como demonio. Y lo más destacable... Comprenderás tú también el sufrimiento de nuestro padre, con tanta claridad, que desearás jamás haber sido tan imprudente.

Aquel tono de voz no le dejó ver ninguna pista o señal. ¿Estaba enojado? ¿En desacuerdo? ¿O simplemente, tras ver que no afectaría en nada lo que deseaba hacer, su hermano le dejaría actuar de la forma que en un principio le prohibió? En ocasiones, Samael se portaba de una manera que se volvía incomprensible para cualquiera. Sólo una persona fue capaz de leerle como un libro abierto...

― ¿Qué se supone que significa? ¿Terminarás asesinándome después de que eso suceda?

... Pero esa persona ya estaba muerta. Shiro Fujimoto fue el único que, en sus días, poseyó la habilidad de anticiparse al mismo Rey del Tiempo e inclusive imponerse ante el propio Satán. Su hermano le dedicó una sonrisilla cansada y resignada.

― Significa, que debes ser amable y atento con los humanos. Son tan terribles e impredecibles, que siguen causando problemas aún después de morir. Tu peor error, será subestimarla.

― ¿A quién?

― Deberías saberlo mejor que nadie. Ahora vete, Astaroth espera una respuesta.

Cumplir el pedido no era un recado que se muriese por hacer, sin embargo, Samael lo mataría si desobedecía. O, en el mejor de los casos, dejaría de preservar su cuerpo ante el tiempo. No se confiaba en que otro contenedor fuese compatible con él, así que sin más, no tuvo otro remedio que acudir dónde Astaroth se encontraba y entregarle el mensaje. 

*************************

Se supone que debería estar haciendo otras cosas XD Pero finalmente pude escribir el capítulo cinco y tener el seis casi terminado ^^

Espero que el capítulo les haya gustado uwu

Jamás te enamores [Amaimon x Rin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora