Hospital. 2

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Entramos en el gran hospital, que no parecía para nada un hospital, más bien parecía un hotel de lujo, bueno en realidad no me sorprendía, es típico, los famosos y sus cosas. Es increíble que existan este tipo de hospitales, es muy extraño. Al entrar Lucas, que esta sosteniéndome de la mano, se dirige al ascensor junto a mí y un aviso nos anuncia que el ascensor no sirve, lo que nos lleva a ir por el camino de las escaleras. Y cuando me doy cuenta estoy en el piso veinte, sentada y con la mirada penetrante de Lucas.

-En que piso se supone que esta Elizabeth.-pregunto con la respiración entre cortada y exhausta.

-Piso treintaicinco. ¿Qué pasa? ¿Estás cansada, cariño?

¿QUE? Lo siento Lucas pero no pienso subir ni un escalón más.

-¿Cariño?-pregunte para evitar lo de los pisos.-No me digas cariño. Así se dicen los esposos, o novios, o que se yo. Las maneras en que me llamas son muy lindas para mí y no me encaja lo lindo, mírame, no soy linda.

Su cara cambia drásticamente, frunce el ceño, cruza los brazos y sube un escalón.

-Lucas.-Le digo para que se detenga y no me deje.

-Ahora no Taylor, estoy muy molesto contigo.-dijo con una cara de puchero, tal vez la más tierna que he visto.

-¿Pero por qué?

-Porque me enoja que te digas esas cosas, mira, hay gente que no ve, es porque esas personas son ciegas ¿entiendes? Tú no eres ciega, tienes el privilegio que ellos no tienen, tú ves, entonces sería una falta de respeto para los ciegos no utilizar tu vista, ¿o no? Y les estas faltando el respeto no viendo que eres tan hermosa como la primera flor que trae la primavera. Con el derecho de cursilería. ¿Y quien dice que no podemos ser algo más que amigos que se aman? Yo tengo tantas fuerzas en las venas como para darte más de mi amor y ser más que esto. Y lo siento, pero me niego a no tratarte como te lo mereces.

-¿Cómo?-dije levantándome.

-Como la princesa que eres.-susurro.

Entonces me tomo por los pies, cargándome, de tal manera que mis piernas rodearan su cuello, como un niño a quien lo carga su padre. Oh, Lucas padre. Tentador.

-¿Que estás haciendo?-Pregunte confundida.

-Llevarte hasta arriba, princesa.

-Tienes que bajarme ya.

-No. Ahora te aguantas tus trescientos sesenta y cinco días de amor y cariño infinito por haber dicho tal tontería sobre ti.

-Lucas, bájame.

-No, cariño.

-Te pateare el trasero si no me dejas.

-Me gustaría verlo, pero parece que eso lo hare yo y no será patearlo pero igual te dolerá si no te quedas quieta.-Mmm, ¿qué me habrá querido decir?

-Tentador.

-Silencio, mi pequeña pervertida.

Bueno, siendo sincera, no puedo quejarme. Es encantador estar sosteniéndome del hermoso cabello castaño de Lucas, al menos no estoy agotada subiendo escaleras y estoy llena de cumplidos hermosos, dichos por Lucas, mi Lucas. Llegando al piso veintinueve, Lucas  está cansando y parece que se está debilitando así que me baja, pero se tropieza en el mismo tiempo así que quedo sentada en uno de los escalones, mientras que el queda arrodillado en el que está debajo de mi, haciendo que quedáramos cara a cara y el ambiente de nuevo se volviera mágico.

-Taylor.

-¿Lucas?

-Creo que es un buen momento para besarnos.

Detras de camaras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora