Aeropuerto

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La luz del día me despierta y hace que me levante sin algún rastro de cansancio, al contrario, me levanto con la energía de una niña imperativa de cuatro años y no es para menos, he estado esperando una semana entera para que llegara este día, el día de la llegada de Lucas. Después de no haber podido dormir bien por tantas preguntas en mi mente, tantas preocupaciones que tengo pendiente, hoy veré a mi príncipe azul y sé que todo se resolverá en cuanto lo vea, porque el amor que siento al verlo lo soluciona todo.

-Caroline, Caroline, despierta.- le grite a Caroline en su habitación, agitándola. Me había quedado a dormir con ella porque quería consolarme por lo de ayer.

-¿Qué ocurre, idiota?-contesto agresivamente Caroline pero con tanto cansancio que incluso tenía los ojos cerrados.

-Vístete tenemos que pasar buscando a Lucas.

-Apenas son las diez, el vuelve a las once y media y Willy viene a buscarnos a las diez y media.-abrió los ojos y frunció el ceño.-¿Puedes calmarte y volver a la cama?

-Como digas, floja. Yo me iré preparando, tú si quieres deja que William te mire como estas ahora. Como una indigente.-Y enseguida la majestuosa Johnson se levanto. No podía permitir que su príncipe de cabellos rubios la viera así.

Así que hice el desayuno, tome un café para despertarme y empecé a arreglarme. Mi idea de hoy era comprobar si realmente le gustaba a Lucas así que no me quería vestir muy formal, para ver si en verdad lo único que le gusta es el físico. Por eso no hice mucho esfuerzo en parecer una princesa y me coloque unos jeans, una camiseta normal a rayas, unas converse, un suéter negro y para mi cabello con desorden le pedí a Caroline que me hiciera una trenza y listo. Estaba lista para ver a mi Lucas, tan solo faltaba que llegara William. Entonces sonó la puerta.

-Oh, mierda ya llego. ¡Ya voy!-Grito Caroline de la habitación a la puerta colocándose el último trozo de pintura en su cara. Corrió hacia la puerta y abrió.-¡Willy!-automáticamente al verle se le iluminan los ojos, sus ojos azules hacen que se le endulce la mirada. Ella está enamorada, lo ha provocado la fuerza de sus ojos azules y su debilidad ante su amor. Me pregunto si así de estúpida me veré cuando veo a Lucas.

-Entonces… ¿nos podemos ir?-sugerí. Si, por favor. No soporto ninguna cursilería que no tenga ver conmigo y Lucas.

-Sí. Estamos listos para irnos.-dijo William.

-Entonces entremos.-añadio Caroline con emoción

William le abrió la puerta delantera a Caroline, a mí la trasera y luego él se metió al carro y empezó a manejar camino al aeropuerto. Entonces ahí estaba la mismísima extraña, callada y misteriosa Elizabeth. Era la primera vez que la miraba tan feliz, considerando que la primera vez estaba seria y esta es la segunda vez que la veo. Esta tirando una liga de sus muñecas y tiene muchas marcas en el mismo lugar, parece ser que se corta, parece que tenemos mucho en común. Para lo que ocurre con esta chica parece muy feliz, tal vez sea porque es muy amiga de Lucas, o porque es el amor de su vida. Me gustaría poder platicarle, pero ni siquiera quiere dirigirme la mirada. Quizás ni le caiga bien, pero tengo que hacerlo por Lucas. Regla número uno, llévate bien con sus amigos.

-Hola.-la salude con una sonrisa.

-Mmm… Hola.-volteo los ojos. Falle la regla numero uno.

Si, definitivamente no le caigo bien. Pero creo que tengo que encontrar la manera, después de todo es amiga de Lucas, o algo más que eso y tenemos mucho en común. Mejor debería olvidarme de eso. Salimos del auto y todos entramos al aeropuerto, en la espera de Lucas. Todos estábamos sentados. Caroline estaba vestida como una reina, con una falda rosa, blusa blanca, tacones y el cabello muy bien arreglado. William, estaba muy bien vestido con ropa de diseñador a su talla y normal para la ocasión. Elizabeth estaba vestida con un suéter negro, jeans negros, mocasines negros, gorro negro y blanco, bufanda negra a rayas blancas y guantes del mismo diseño, se veía tan bien. Y yo tan solo vestida como una indigente, estoy empezando a arrepentirme de mi plan. Pero ya eso no importa, ¿por qué? Porque llego Lucas. Lucas se acerca a nosotros entonces William y Ian se acercan a él

-Hermano.-dijo William a modo de saludo. Le dio la mano y le dio abrazo de palmas, mejor conocido como un abrazo de hombres.

-¡Wiston!-exclamo Elizabeth dándole un abrazo muy conmovedor. Elizabeth era muy baja para él, tenía mi estatura es por eso que Ian se coloco en su pies y se siguieron abrazando en un intenso de un minuto. Elizabeth parecía tomar el abrazo muy bien igual que Lucas, aunque su expresión era distinta a la de Elizabeth. Elizabeth mostraba una cara de amor intensa, pero Lucas tan solo la quería como amiga, la amaba pero amistosamente podría simplemente descubrirlo por cómo se miraban.

-Thompson.-le dijo Caroline a modo de saluda.

-Johnson.-Respondio.

Entonces se acabaron las interrupciones, era nuestro momento, era hora de que el mundo se detuviera por un minuto, solo por un minuto y que fuéramos solo nosotros dos. Así que me acerque a el y me abrazo, pero no era suficiente, no para nosotros. Y me subí arriba de el, él me cargaba poniendo sus manos en mi cadera y yo extendía mis manos desde sus patillas hasta sus labios y no podía aguantarme, simplemente lo bese pero fue un beso corto. Hasta que el no quiso separarse de mis labios y seguía besándome, ya no lo estaba besando a él, sino el a mí. Y eso era suficiente prueba para saber que lo que sentíamos era mutuo, la magia que yo sentía no solo era un embrujo, era un encanto. El beso representaba lo que yo sentía por él, se que algún día tiene que acabar pero lo amo y siempre estaré con él, así como siempre lo besare. Entonces aprendí que un beso puede decir más que muchas palabras bonitas.

-Te amo.-dijo

No puede ser, ¿lo dijo?

-Y siempre lo hare.-afirmo.

-Nada dura para siempre.

-El amor supera los límites.

-Te amo. Y matare los límites para hacerlo siempre. ¿Está bien?

-Yo también mataría por ti.

-Ya cállate y bésame.

Y nos besamos hasta perder el aliento.

Detras de camaras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora