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Ocho y un cuarto de la mañana y el sonido de mi teléfono me despierta. Sea quien sea lo maldigo por haberme despertado, cuando tengo tal vez la peor resaca de todo el universo. Y al revisar mi teléfono era Lucas, no me retracto de lo que dije, por alguna razón anoche ahogue todas mis penas culpándolo.

“Buenos días, princesa. ¿Lista para nuestra cita?”

-Lucas Thompson.

Y aquí está de nuevo el idiota engreído de Lucas Thompson. ¿Cómo se atreve a pensar que todavía existe esa cita? Después de todo lo que me hizo, no merece ni siquiera que le hable, mucho menos a su amigo. Claro, pero como es el gran Lucas Thompson y el mundo gira a su alrededor, yo por supuesto tengo que aceptar. Lucas, te vuelves a equivocar de chica.

-“No estaba lista, no lo estoy, ni lo estaré. Ni para esa cita ni para ti, se acabo todo este mundo de drama. Solo quiero que te alejes de mi, si de verdad me quieres.”

-TaylorJS.

Tal vez así me puedo deshacer de todo este espectáculo de circo e enfocarme en lo que realmente me importa. Vaya, el único hombre a quien he amado y decido alejarme de él. Pero estoy segura de que es mejor tanto para él como para mí. Apago el teléfono decidiéndome a no recibir otro mensaje de él. Me levanto del sofá de terciopelo negro de Caroline que fue en donde dormí después de nuestra pequeña fiesta. Busco a Caroline en su habitación y la encuentro en su cama, revisando su teléfono, llorando.

-Hey, bella durmiente.-me saludo secando las lágrimas, dándole palmadas al lado vacio y disponible de la cama, para que pudiera sentarme junto a ella.

-¿Qué pasa? ¿Cómo amaneciste?-Pregunte un poco alarmada.

-Abriendo los ojos, por fin volviendo a la realidad.-suspiro, firme y segura.-Y aunque lo odio en este momento le doy gracias a el por hacerme dar cuenta de todo esto. Mira.-Tomo su teléfono y me lo entrego.

Ahí vi un montón de textos, textos que son como balas frías al corazón. Ese tipo de palabras que solo pueden herirte con leerlas, aun mas cuando son de la persona a quien amas. Esas palabras que hablan por sí solas terminando con todo. Diálogos y más diálogos de discusión, Caroline evitando cada perdón y lo más doloroso, una frase de William que dice, mejor dicho, que confiesa que no puede darle una historia de amor.

-Tranquila, el mensaje no es tan malo como lo parece.-hizo una pausa y luego continúo, como si buscara las palabras para encontrarle un “lado bueno”.-Me dio mucho en que pensar y me abrió los ojos.-pauso de nuevo.-Es lo único bueno que puedo decir.

Nos abrazamos, como si todo por fin hubiera acabado. Adiós vida amorosa.

-Oye, estaba pensando Taylor, que creo que deberíamos pasar más tiempo juntas. ¿Qué tal si nos vamos de compras?

-¡Claro!-exclame.- ¿Pero qué tal si primero nos arreglamos? Solo míranos, ¿acaso salimos de alcohólicos anónimos?

-Posiblemente.-Solto una carcajada y entro en su armario.

-Maldición, lo olvide. Estamos en tu casa Carol y no traje nada que ponerme.

-Ponte algo de mi armario, mi casa es tu casa, o lo será.

-¿Ah?

-Nada. Apresúrate.

Confundida tras lo que dijo Caroline, me puse en marcha para tener otro día de chicas. Estaba comenzando a pensar que estar con Caroline era mucho mejor que estar entre el odio y el amor con Lucas. Con la vida hay que ser grato, agradecer a los amigos y apreciarlos y olvidarte de los amores, porque mientras que un noviazgo tiene que ser una relación para comprobar que es una relación, una amistad simplemente es un lazo infinito hecho por el universo. Es algo tonto, pero es cierto. ¿Qué tipo de persona abandonaría a su mejor amigo por una relación? Eso simplemente sería lo más egoísta y traicionero hecho por la humanidad. Amar artificialmente a otra persona que no es nada tuyo puedes hacerlo cuantas veces quieras, pero una amistad verdadera solo te la encuentras una vez en la vida. Después de vestirme como toda una diva, porque así es Caroline y creo que debería adaptarme. Me coloque unos tacones tipo botines, unos jeans apretados, una franela con botones desbrochados dejando mi escote libre. Temo en estar entrando al mundo del lujo, esto no es lo mío pero que se le va a hacer. Caroline me seco el pelo, dejándolo lacio, largo y liso. Entonces me mire en el espejo y no me reconocía. No porque me hubiese vestido Caroline significa que fuera culpa de ella que me vistiera así. Se que la culpa la tiene la persona que toco mi interior, que me enamoro y que aparentemente hizo que mi mundo este de cabeza. Lucas. Una vez lista, nos fuimos en el Mercedes majestuoso de Caroline. Nos tardamos poco para llegar al centro comercial, aunque se hacía eterno y divertido. Tal vez sea el ambiente, la música o mi mejor amiga. Entramos al centro comercial, hicimos unas compras como venganza ya que Caroline conservaba la tarjeta de crédito de William, dios mío la adrenalina y la diversión nos estaban matando. Nos detuvimos en tienda de discos, por supuesto para deprimirnos como las estúpidas masoquista que somos, buscando a los chicos. Caroline se aproxima a buscar unos discos de My ángel, mientras yo buscaba algo de los Beattles, cuando entonces un chico se acerco. Pelirrojo, musculoso, pero no tanto. Diría que de buen musculatura. Ojos azules, cabello rebelde. Capto mi atención de inmediato. Creo que mi vista directa hizo que lo forzara a saludar.

Detras de camaras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora