Cap 6: No confíes en nadie

38 4 2
                                    

Lo más valiente que he echo fue continuar con mi vida cuando lo único que quería era morir.

Juliette Lewis.


Enero 21, 2019.

Me doy cuenta de que estoy desapareciendo de las fotos familiares, más bien que no aparezco en ninguna foto.

Pero nadie lo nota, definitivamente no debí nacer, vivir no es para mi; yo estoy demás en este mundo.
Cada vez que mamá me ve, siempre tiene esa mirada de desagrado.

En las vacaciones me he dedicado a trabajar el doble y Carreño a sido mi amigo, cada vez que alguien me trata mal o incluso cuando los profesores me insultan en clase él siempre me dice que puede ir y cortarle la cabeza o acuchillarlo lo cual a veces me imagino que realmente pasa, provoca que sea feliz tan solo un momento.

Yo me mato trabajando, cargando cajas pesadas las cuales me hacen sentir que el corazón se me destroza y me deja con la cabeza con un dolor intenso sintiendo que todo me da vueltas.

La hija del dueño a veces cuando me ve cansado me deja atender a las personas que vienen a comprar. Hay unos idiotas que siempre me molestan y me dicen que pagarían mucho dinero por dejarme "tocar" por esos viejos decrépitos.

¿Por qué?... ¿Por qué siempre a mi?... ¿No puede ser otra persona la víctima?

Salí de mi casa sin hacer ruido lo que menos quiero es encontrarme con mi familia, mientras me dirijo a al instituto saco un cigarro lo enciendo y empiezo a fumar; de camino me deja encuentro con Carreño, chocamos el puño mientras que con la otra mano nos quitamos el cigarro de la boca.

— Que hay Tanner.

— Nada, ya sabes lo de siempre.

— Sale. Como te fue ayer.

Suelto un suspiro, lo que menos quiero contarle es como me fue ayer.

— De la patada.

— Otra vez te fue mal ¿cierto?

— Como si pudiera irme de otra forma.

Mientras que caminamos rumbo al instituto seguimos fumando y hablando de otras cosas sin importancia, llegamos después de unos minutos; antes de entrar apagamos nuestro cigarro.

Las horas pasan demasiado lento parece que a pasado una eternidad pero solo a pasado un minuto, después salimos a comer; el celular de Carreño suena, él checa el mensaje y marca un número, instantes después agarra su mochila y se marcha, yo salgo detrás de el.

— Carreño, oye que sucede.

— Nada.

— Entonces por qué te vas.

El  en lugar de contestar, se voltea y me empuja contra la pared, yo me quedo sin habla y sin aire.

— No me molestes Tanner, esto no es problema tuyo.

— Pero... se supone que somos amigos yo solo...

— No te metas, no eres mi niñera entiendes.

Fue lo último que dijo cuando lo vi ir hacia la salida.
Unos chicos de la escuela pasan a cerca de mí y me empujan mientras me miran con asco y odio.

Las clases pasan y, yo simplemente no entiendo que pasó cuándo salgo salgo de clases, me encuentro con algunos compañeros; ellos se acercan a mí.

— Oye Evan ven con nosotros.

Por un momento creo que escuché mal, porque a ellos simplemente les caigo mal y a la primera oportunidad que tienen me humillan.

—Vamos no lo pienses tanto que no tengo todo el día.

— Gracias pero creo que no.

—Vamos no seas estupid*  sube, total no tienes nada que perder.

Es verdad no tengo nada más que perder, ellos aparcan en un bar entramos y nos sentamos en la barra; la mesera nos sirve tequila a todos.

— Vamos toma, no te hará daño.

Yo nunca he tomado alcohol, y me siento tentado hacerlo, pero no lo hago les digo que tengo que ir al baño, para cuando regreso ya no están le pregunto a la mesera que me dice que se fueron y dijeron que yo pagaba todo, incluido las cuatro botellas que se llevaron.

— Lo siento, pero tienes que pagar.

— Si claro no hay problema.

Pago la cuenta y estoy por salir del bar la mesera sale de trabajar me pide que la acompañe a su casa.
Platicamos durante el trayecto de su trabajo y cuando llegamos a su casa pregunta de que lugar soy, después ella me da unas instrucciones para llegar más rápido a mi casa, me despido y me voy.

— Oye gracias por acompañarme.

—No hay problema.

— ¿Sabes? Muchas veces creí tener amigos, pero estaba equivocada tú no te equivoques quieres.

— Lo tendré en cuenta.

— Recuerda esto no existen las buenas personas, solo seres humanos que esperan la oportunidad de causar daño a otros, así que no confíes en nadie.

Asiento y me marcho, camino unas cuantas cuadras, cuándo siento que esta más oscuro; me detengo y me doy cuenta de que pronto empezará a llover, es entonces cuando veo que llegue a un parque, no hay nadie y sin pensarlo me siento en la banqueta mientras que saco un cigarrillo, estoy pensando en si lo  enciendo cuando empieza a caer la lluvia; me quedo unos segundos en la lluvia sin saber que hacer exactamente, así que sin más me encamino a un edificio me doy cuenta de que esta vacío, puedo escuchar mis pasos y subo por la escalera, cuando estoy por llegar a la azotea veo a unos polluelos, me acerco un poco más y me doy cuenta de que están muertos.

— Seguro su madre los abandonó, tampoco a ustedes los quieren ¿cierto?

Salgo a la azotea y miro hacía abajo, enciendo mi cigarro; la lluvia sigue cayendo.
Doy unos pasos más y llego al borde de la azotea.

Este sería el mejor momento para morir.


Abro mis brazos como si fuera a volar, trato de avanzar pero mis pies no se mueven se quedan estancados.
Es entonces cuando veo a una ave pasar cerca de mi y va hacia un nido que no esta muy lejos de donde estoy, en este nido hay tres polluelos vivos y uno muerto su madre trata de moverlo con la cabeza pero no se mueve.
Me pregunto si mamá haría lo mismo, si yo muero ella trataría de revivirme y pienso que si; sin más me alejo del borde bajo del edificio y me encamino a mi casa.

Cuando llego a casa escucho a mis papás reír y me siento mal, me siento excluido.
Creo que todos estarían mejor sin mi, puedo verlos desde donde estoy; sonríen y son felices, hacen bromas pero cuando  yo me acerco a ellos; dejan de reír.

— Dónde has estado Evan, no ves la hora o que.

—Yo...

— Esto es increíble, como puedes ser capaz de... no tú si eres capaz  de esto y más.

—Por qué Evan, ¿no puedes dejar de hacernos esto?

Y lo que ustedes me hacen a mi que. ¿No pueden ver lo mal que me siento?

Largate no quiero verte en lo que queda de la tarde y noche. Lo único que sabes hacer es causar problemas.

Todos me miran y solo veo la decepción y el desprecio que ellos sienten hacía mi. Nunca seré el hijo que mis padres esperan que sea.

No respondo simplemente me retiro a mi recamara antes de que digan algo más.

¿pero porque? ¿Porque no pueden sentirse orgullosos de mi? No importa que sea solo una vez y solo un momento.

Maldición por qué yo, porqué a mí, ya no quiero sentirme así.
Siempre pensé que las cosas cambiarían y se arreglarían de cualquier forma, que me querrían y se dieran cuenta de que no hay nada malo en mí o que simplemente me diera igual lo que pensarán de mí.
Pero me doy cuenta de que no es así.

Diario De Un Chico SuicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora