Estaban ebrios. Y esa era la excusa perfecta para lo que estaban haciendo, pero esa no era la realidad. La realidad era que habían pasado meses aguantándose las ganas de besarse, tocarse y abrazarse como querían, como deseaban. Lo que estaba pasando solo era el producto de esa tensión, de ese sentimiento que ya los carcomía.
Y maldito todo lo que quisieran, pero ellos querían eso. Su oscuro deseo, el deseo subconsciente.
Rose no se lo pensó mucho cuando él la beso, tomó la camisa de Kris con los puños y lo atrajo hacia ella, deslizó las piernas por la barra, solo para pasarlas al otro lado y atraparlo con ellas, rodeándole la cintura completamente. Kristoff no tuvo ninguna consideración con su boca, su lengua irrumpio y sus labios marcaron territorio , pero Rose tampoco cedió. Sus cuerpos parecían querer fusionarse, los brazos de ella lo atraparon de la espalda y Kristoff enterro una mano entre sus hondas y con la otra le rodeo la cintura.
Se sentía tan bien.
La temperatura comenzó a aumentar, sus pulmones pedían aire asi que Rose no se cuestiono mucho el separar sus bocas unos segundos y sacarle la chaqueta, gruñó cuando se encontró con que Kris traia dos prendas mas, ¿Por qué tenia que vestirse en capas?, se pregunto mientras le besaba el mentón a Kristoff y metia las manos por debajo de sus camisetas. Cuanto había querido tocar esa espalda desnuda, sentía los musculos, sus homoplatos, enterrando los dedos ligeramente en su piel, en un intento de no rasguñarlo. Aun.
Kristoff estaba en el cielo…No, en el infierno: Ese calor intento que caldeaba la habitación junto con esa diabla que lo tocaba como si fuera la mejor droga del mercado y su boca…Bendita fuera su boca que lo besaba bien todo lo que tocaba. Pronto él mismo se encargo de la cazadora de Rose, era bastante tentador arrancarle el vestido con las manos.
En algún momento debieron haberse levantado de la barra, porque la espalda de Kristoff dio contra la pared. Rose era tan intensa que lograba marearlo o tal vez era el alcohol en sus venas o incluso ambas. Ya le había quitado todo de la cintura para arriba , y le estaba devorando la base del cuello, se agarraba de sus hombros con firmeza. Gruñó cuando Rose lo mordio, haciéndolo entrerrar los dedos en sus muslo. El vestido estaba arrugo en su cintura y sus botas ya estaban fuera de juego hace tiempo.
De repente Rose se bajó y lo agarro por el cuello, haciendo que se quedara a su altura e inicio otro buen beso mientras caminaba hacia la habitación, su mano tanteo sin encontrar el cerrojo y Kris la hizo chocar contra puerta, haciéndola soltar un quejido que se ahogó ente sus labios. Él mismo abrió la puerta y ella casi cayó al suelo de no ser por él, pero contra lo que si cayó fue la cama.
Y fue el turno de Kristoff, de disfrutar, su traviesa venganza. Su cuello y boca eran blancos fáciles así que una vez que el vestido estuvo fuera del camino su boca hizo un camino desde el centro de su clavícula hacia abajo, pasando en medio de sus senos para luego apoderarse de su estómago, con los sonidos que provocaba en ella de fondo. Volviéndolo loco, haciéndolo perder la cabeza cada vez, como una marea hacia ese pecado que lo hacía sentirse tan bien.
Sus cerebros estaban adormecidos de conciencia y ardiendo en inhibición, disfrutando del placer que ellos mismos se habían prohibido. Pero estaban haciéndolo mal, estaba mal. No era la manera.
Las manos de Rose rasguñando su espalda, él tocándola como si fuera suya, semidesnudos y apunto de hacer algo de lo que se arrepentirían, algo que era y sería más grave de lo que eran conscientes en ese momento.
Pero ellos eran afortunados, o lo fueron en ese momento:
De alguna manera el pantalón de Kris había terminado en la marquesa de la cama. En ese momento estaban besándose apasionadamente, sus piernas enredadas y estaban fundidos en un abrazo feroz y el celular comenzó a sonar. Un fuerte tono de “Bad” de David Guetta. El tono que tenía para Joe DiMarco. Al principio no lo tomaron en cuenta, de hecho Kris termino por sujetarle las manos por arriba de la cabeza, Rose trato de liberarse pero termino por ceder cuando él comenzó a hacerle un chupón en el cuello, haciéndola jadear. Pero Joe no se rindió y llamo dos veces más. Ella gruño al escuchar el tono por tercera vez en un claro “Contesta ya”
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¿Crees que me conoces? (Editando)
Novela JuvenilDos amigos de la infancia Ahora Rose no necesita a nadie más en su dura vida. Kristoff reaparece. Rose necesita ayuda. ->Sinopsis ---------------- Todos los derechos reservados. Obra protegida.