III. Doloroso encuentro

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Desperté... son las 5:00 am pero hoy a diferencia de otros días me siento genial, dormí toda la noche, sin ninguna interrupción el día era perfecto, a las 5:30 los primeros rayos del sol entraban por mi ventana dejando ver lo hermoso y azul que estaba el cielo, me levante con todos los ánimos del mundo tomando mi ducha caliente de costumbre, y quedándome ahí un buen tiempo... me sentía con tantos ánimos que cualquiera podía notarlo, escogí mi ropa, un vestido pegado hasta la cintura y que luego caía por encima de mis rodillas, bastante sencillo en general pero me gustaba mucho y todos me decían que miraba hermosa con el puesto, hice algunas ondas en mi cabello, y pinte levemente mis labios...

Mi papá me llevó a la Universidad, y como siempre le di un beso y me despedí, baje del auto y encontré a tres de mis antiguos compañeros del colegio, muy guapos por cierto, pero que son como mis hermanitos, ¡nunca podría verlos de otra forma!

-¡Hola! hermosa -dijeron casi en coro...

-¡hola! -les dije y les guiñe un ojo riéndome juguetonamente.

-¿con quién te vas a ver hoy? - pregunto Alex uno de mis mejores amigos, aparte de ser también mi compañero de carrera.

-a ti -le respondí, coqueta...
Río con un pequeño brillo juguetón en sus ojos.

-Mel, no juegues con fuego -dijo.

-Querrás decir hielo... porque sos tan frío, que no calientas ni a tu almohada...

-¡uuuuuuuy!.. eso dolió. -dijeron todos, molestándolo.

-Así jugamos nosotros, ¿verdad alex? -reí y le di un beso en la mejilla a mi mejor amigo.

-Eres tan cruel -dijo acercándose a mi -. Ven aquí, te faltó darme mi abrazo -Camine hacía él y mientras rodeaba su cuello con mis brazos, él rodeó mi cintura levantándome algunos centímetros del suelo.

-¡hey! -les dije para llamar la atención de todos, mientras soltaba el cuello de Alex y tomaba uno de sus brazos -. ¿qué haremos en tres semanas, al terminar los exámenes finales?, ya saben será diciembre y pronto cumplirá años este bobo -Mire a Alex de reojo. -algo tenemos que hacer, tenemos que celebrar... -dije decidida

-Aunque para eso tenga que rogarle a mis padres y a los de Alison... -Hice una mueca de decepción, eso será difícil.

- Pero todo tiene que ser antes de las 8, no me dejarán andar afuera después de esa hora. -agregué algo avergonzada.

Todos se rieron de eso... a todos les parecía cómico que a mis dieciocho años apenas me dejarán salir simplemente lo necesario, nada de fiestas, de alcohol y todo eso en lo que ellos eran expertos.

-¡Tranquila pequeña, también llevaremos tus pañales! -dijo alex... ¡Oh, si, venganza!

-Eres un grosero -le dije con un puñetazo en su brazo.

-No es mi culpa -agregué haciéndo un mohin... -mis papás son sobreprotectores.

Hice una breve pausa suspirando con resignación y seguí:

-Pero eso no importa ahorita, yo veré cómo le hago, pero algo tenemos que hacer para celebrar nuestro primer año en la universidad y que Alex cumplirá 18 años, al fin dejará de ser un niño, aunque claro, que lástima, que no significa que vaya a dejar de ser un completo inmaduro.
-Sonreí, mientras el me fulminaba con la mirada.

-Aunque si no te conociera en realidad no te creería ¿sabes?... pareces de 30 - bromee.

-y yo soy el grosero -gruño Alex.

-Ya nos pondremos de acuerdo -dijo, Eduardo, cortando nuestra pequeña contienda. Y si lo preguntan, pues si es exactamente el mismo Eduardo de mi amiga.

Tu boca sabe a olvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora