XI. Ni una llamada...

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—Es un estúpido, lo sabía, lo odio, como puede hacer eso, ¡claro, claro!, «Tu me gustas más que para una noche, yo quiero saber todo de ti, yo puedo hacerte olvidar»... blablabla... —dos semanas y nada, un mensaje, un whatsapp, «ni una llamada», sólo me besó, y dejó de buscarme, y seguirme como lo hacía... dos semanas Ali, y yo esperando como estúpida y no se, siquiera ¿por que?, porque esperé todo este tiempo como tonta pegada a mi celular...

—Ali observaba a su amiga, dando vueltas y vueltas en su cuarto, haciendo una rabieta digna de una niña consentida... Pero sobre todo de una chica muy enamorada.

—Tranquilizate Mel, tal vez hay una explicación, para eso. Aparte, tu lo has rechazado... quizás no ha querido presionarte...

—No, Ali es un idiota, seguro que todo lo que me contó esa noche era mentira, sólo quería que yo estuviera vulnerable, y lo logró, y como se dio cuenta que no podría llevarme a la cama se rindió... Pero bueno, mejor para mi, al fin me dejo en paz ese imbécil, y quizás, no tenga que volver a verlo, después de todo.

—¿Segura que no quieres volver a verlo Melissa?. —Preguntó Ali, ganándose la mirada fría de su amiga. —No puedes negar que el era muy guapo... y de no haber sido por el, aquel tipo hubiera abusado de ti en el club. —Mel abrió lo ojos como faroles, y paro de dar vueltas para sentarse en la cama, al lado de su amiga.

—vale, el me salvó y la verdad a pesar de que sea un idiota le agradezco eso pero nada más. Y quizás sea muy atractivo, pero no quita que sea un mujeriego, petulante y egocéntrico Ali.

—Bueno. —dijo Ali resignada —Pero y ¿Liz?, su hermana, tu «nueva amiga», ¿no le has preguntado nada a ella?.

—Salimos, unos días después de la fiesta, antes de fin de Año, pero no hablamos de Santiago, no creo que sepa lo que haya pasado entre el y yo en la fiesta, y hemos mantenido contacto, pero no quiero preguntarle a ella nada de el, es mejor así, ella me cae muy bien, y no tiene nada que ver con su hermano... e

Es más Ali, un día deberíamos salir las tres, seguro ella te agradaría. —Mel sonrió a su amiga con entusiasmo, mientras Ali puso los ojos en blanco, no puede ser que Mel, le haya sacado así la vuelta acerca de lo de Santiago.

—Como sea Ali, que tal sí hacemos algo vemos una película, es hora de que me olvide de ese patán, por fin me ha dejado en paz, y hay que celebrarlo. —Mel levantó sus cejas, y amplio la sonrisa en su rostro.

—Me gusta la idea de la salida de chicas, creo que sería un plan excelente.

—Bien, ya cuadrare eso entonces, se que tu y Elizabeth se llevarán muy bien. Pero, hoy ¿que tal, si vamos al cine?, le diré a mi papá que nos lleve, y quizás Alex y Eduardo pueden alcanzarnos allá. ¿Qué dices?

—Esa idea me encanta aun más Mel. —Ali se para sonriente, y le dedica una mirada cómplice a su amiga. —Al cine se ha dicho.

*****

—Tres o cuatro horas papá, no seas así, sólo somos Ali y yo, miraremos la peli, comeremos palomitas, nachos, y al final quizás vayamos a los vídeojuegos un rato, tu sabes que sólo en el cine se nos van casi las tres horas... y no te preocupes que Ali no puede dejarme embarazada, y tampoco somos lesbianas si eso te cruza por la cabeza.

—Sabes que no me gusta, que andes fuera Mel, pero esta bien, paso por ti en cuatro horas más o menos, Mantén tu celular cerca.

—¡oh!, papi, eres el mejor, cuatro horas, no te preocupes me portare de lo mejor, te llevaré unas palomitas.

—Dijo Mel a su padre antes de salir del auto, cuando su padre la dejaba a ella y Ali, frente al Multiplaza.

—Compórtense chicas, nada de sentarse con chicos en las salas del cine, son demasiadas oscuras, y... espero no me salgan con ninguna sorpresa, aunque en realidad Ali te prefiero a ti, que a cualquier tipo...

Tu boca sabe a olvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora