Tu me manques

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Draco no se encontraba del todo convencido en dejar entrar a cierta mujer, pero aún así lo hizo.

El rubio se sentó en un sofá amplio y costoso, indicando también a la mujer que realizara lo mismo, pero al asiento del frente.

Entre ellos se realizó un incómodo silencio, la mujer al ver que el rubio no hablaría, ella comenzó.

—Como puedes notarlo, yo puedo hablar con Harry, no puedo verlo, pero si oírlo, el quiere que a través de mí te comuniques.

—No te creo.

Dile que el día que me propuso matrimonio, colocó una sortija en la copa.

—Wow, que lindo— dijo la mujer.

Draco la miró como bicho raro.

Dile, antes que te lance una maldición...

—Esta bien, está bien— dijo al aire, para luego mirar a Draco— dice que el día que le propusiste matrimonio, colocaste una sortija en su copa.

Draco se quedó con la boca abierta y asombrado por tal acontecimiento, ya que eso nadie más que él y Harry lo sabían, a menos que Harry le hubiera contado a Hermione mediante aquellas lechuzas que se enviaban.

Draco frunció el ceño, no estando del todo convencido.

Dile que el día que me enteré de mi embarazo en el hospital, vomité sobre él.

—Pero que asco...

—¡Dile!

—Dice que el día que se enteró de su embarazo en el hospital, vomitó sobre ti.

Aquel recuerdo fue uno de los más vergonzoso que pasó, Draco a pesar de saber que los doctores y enfermeras vieron lo ocurrido, sabía que era imposible que ellos hubieran divulgado, porque les borró la memoria a tiempo antes de que la noticia se dispersarse.

—Harry, "tu me manques..."— dijo Draco conteniendo lágrimas.

Dragón...

—En serio... ¿Estás aquí?

— dijo un Harry con forma trasparente— Te amo.

—Dice que te ama.

—Harry... Lo siento tanto, fue mi culpa que todo esto te pasara, nunca debí dejarte solo, por mi culpa yo- — se detuvo colocando su brazo sobre sus ojos, para que la mujer no pudiera ver como sus lágrimas desbordaban.

No es tu culpa.

—Dice que no es tu culpa.

—CLARO QUE LO ES— gritó el rubio; pero se dio cuenta que la mujer estaba asustada — lo siento...

—Tranquilo, puedo suponer como te sientes, perder a tu pareja, debe de ser... devastador.— dijo la mujer.— por cierto, mi nombre es Oda Mae Brown, pero me puede llamar Oda.

—Mucho gusto, mi nombre es Draco, pero usted ya lo sabe.

—Si, Harry me lo dijo.

Dile que se ve sexi y que me da ganas de apretujar esas blancas nalgas. — dijo Harry, colocándose detrás del sillón donde Draco está sentado.

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