CAPÍTULO 7

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El lunes y el martes transcurrieron normal. Pensé en Ron pero Lily lo sacaba de mi cabeza a patadas. Sólo me separaba de ella para ir a trabajar y a estudiar. Era mi mayor apoyo. El miércoles cuando salí de trabajar me llamo Lily, me dijo que quería ir al centro comercial a tomar algo y a dar una vuelta. No tenía muchas ganas, pero acepte. Fui a recogerla con la moto y llegamos en un abrir y cerrar de ojos. Entramos a un bar, Lily se pidió una Coca-Cola y yo una cerveza.
-Ya no me sorprende que a mitad de semana te tomes una cerveza.- me dijo mirándome por encima d su hombro.
- Es un estimulante. Necesito energía para aguantar la semana.- le dije pasando por alto que, entre líneas, me había llamado borracha.
-¿Contestaste a Ron?.-
- No y no se si en algún momento lo haré.- era algo que me había rondado la cabeza.
-Lyss sabes que yo te apoyo pero no puedes huir de los problemas. Puedes ir ha hablar con el, a lo mejor te da la solución el mismo. Me refiero a que depende de lo que te diga, si te convence o no, puedes hacer una cosa u otra. Yo creo que es un cabrón y que no va a cambiar nunca. Pero tienes que afrontarlo.-
-Tienes razón es sólo que no he encontrado el momento. Además, tampoco a insistido mucho el.-
Mire a Lily y estaba roja. Pensé que había visto a Mark o se había enamorado fugazmente de algún transeúnte pero al darme la vuelta me di cuenta que estaba roja de rabia.
-Hablando del Rey de Roma....- Dijo apretando los dientes. Estaba Ron frente a mi. Me miraba con superioridad, como si no sintiera lo mismo que yo. Estos días había estado rota, no lo demostraba porque yo no era así pero realmente lo estaba y sin embargo el estaba normal. Me atrevería a decir que estaba hasta feliz de que yo me hundiera en la mierda. Pero no sabía que tenía gente a mi alrededor que no iban a dejar que eso pasara.
-¿Qué quieres Ron? ¿Qué te parta la cara? No creo que te guste comer sin dientes.- se adelantó Lily. Yo no podia articular palabra. El momento que tanto había evitado había llegado.
-Quiero hablar con mi novia.- 'será capullo. Pegale Lyss rompele la nariz. No nos merece.'
- No es tu novia estúpido. Deja de tratarla como si fuera una propiedad. Pierdete imbécil.- Lily estaba empezando a perder los nervios, se que no se había lanzado a su yugular como una Chinchilla con la rabia por mi. Pero no le quedaba paciencia y la mini-fiera de su interior iba a salir en breve.
-Dejalo Lily.- la mire intentado tranquilizarla. - ¿Que quieres Ron?.- ahora me dirigía a el, pero no le miraba a los ojos.
-Solo quiero hablar cariño.- note como Lily clavó sus uñas en la silla tras ese apelativo.
-Vale, hablaremos. Pero ahora no. Estoy pasandomelo bien con mi mejor amiga y no necesito un drama ni un numerito en medio del bar. La semana que viene, el viernes. Quedaremos en Northpark a las seis de la tarde. Te daré una hora. No quiero perder más el tiempo, ya perdí 2 años.- me miraba enfurecido. No se esperaba que contestara así. Me había tenido 2 años sometida, se había acostumbrado a la Lyss sumisa y obediente. Pero eso había cambiado. Yo toda la vida había sido rebelde e independiente, simpática, atractiva, inteligente y un tenía socialización selectiva y estoy segura de que iba a volver esa chica.
-Ya has oído estúpido, pierdete.- Dijo Lily tras recuperarse de mi ataque de agallas repentino. Ron se marchó porque sabía que si no lo hacía Lily le iba a echar.
-¡Ponme un whisky jefe!.- grite al camarero. Quería eliminar el dolor que sentía.
-No te vas a beber un whisky ahora Lyss, no seas tonta.-
-Es sólo un chupito, además así entramos en calor.- dije con una sonrisa pícara.
-Pues que sean dos, no vas a beber sola, parecerias una borracha.-
-Así parecemos borrachas las dos.- la dije mirándola extrañada.
-Bueeno pues seamos borrachas juntas.-

Cuando salimos del bar dimos una vuelta mirando distintas tiendas. Lily insistió en que me comprara un vestido, la hice caso a regañadientes. Ella se compró un modelito muy sexy y provocativo. La mira poniendo los ojos en blanco. Ya la conocia. Eso era normal.
-¿Tienes hambre?.- me preguntó mientras me cargaba con las bolsas. Se pensaba que era su sirvienta. Aunque a mi no me importaba llevarlas, porque ella pagaría la cena.
-Si, invitame a cenar. Pero con tu dinero eh.- me reí por dentro porque como me riera no se lo iba a tomar en serio.
-Esta bien, pero luego me llevarás a casa.-
-Las bolsas no entran en la moto Lily ¿cómo esperas que las llevemos?.-
-Ósea que tengo que llamar a Paola ¿No?.-
-Pues creo que si. Cenemos y luego ya vemos.-
Nos sentamos en un sitio italiano. Me recordaba a mis abuelos paternos que aún vivían en Roma. De vez en cuando íbamos a visitarlos pero eran muchas horas de avión desde Danville (California). Pedí tortellini de carne y Lily macarrones con queso.
-Eres muy básica.- le dije riéndose de ella.
-No es justo, tu tienes sangre de allí, sabes que pedir...-
-No tiene nada que ver. Yo los pido porque me gustan.-
-Pero tu sabes lo que pone en la carta.-
-Bueno vale, no quiero discutir por unos macarrones con queso.-
-Así me gusta, haciendo caso.- Dijo en tono serio, pero se estaba riendo de mi.
La di un codazo por ese comentario. Ella se frot
o el brazo y empezó a reírse.
Así las dos comimos entre risas pero llegó la hora de irse.
Lily llamo a Paola, su hermana, para que fuera a por ella. Nos conocíamos de hacia muchísimo tiempo, prácticamente yo era una más en su familia. Se bajo del coche con Jack, su novio.
-¿Cómo estás Lyssilla?.- ella siempre me llamaba asi. Yo la quería muchísimo.
-No me quejo, pero mejor que te cuente Lily. No quiero revivir ciertas cosas.- la dije mientras me abrazaba.
-Esta bien, espero que la pequeña loca no se olvide nada.-
-Te he oído Pa, sube al coche que tengo ropa que probarme.- Lily tenía oído de vieja cotilla y se enteraba de todo quisiera o no.
-Bueno pequeña, a ver si nos vemos más a menudo. Cuando llegues a casa avisa a la loca.-
-¡Eso haré!.- grite mientras me Dijo a a mi moto. Me monté y me puse el casco. Antes de arrancar vibró mi teléfono. Pensé que era Lily pero me sorprendí con lo que vi:

Número desconocido:
¿Quieres jugar? Estoy en el centro comercial.

Mire a mi al rededor, intentado descubrir quien era. Había mucha gente con el teléfono. Nadie me miraba, no podía saber quién era. No había manera.

Número desconocido:
Deja de buscarme, no vas a encontrarme tan fácil Lyss. Sólo vamos a jugar. No te haré nada malo.

Lyss:
Esta bien, juguemos.

DEMON. Lo Complicado Es Enamorarse. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora