Conociendo al Látigo

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Ya habían pasado varios siglos desde que la guerra había concluido. Las Crystal Gems restantes, Rose Cuarzo, Perla, Garnet y Espinela, se dedicaban a viajar entre portales alrededor del mundo para capturar a todas las gemas corruptas posibles, estando su base principal dentro de una montaña con salida a una playa. Ellas solo iban de un punto de la Tierra a otro, habiendo destruido todos los que llevaban a otros planetas para evitar una futura invasión por el Planeta Madre.
Un día, mientras Garnet y Rose estaban investigando la Guardería Beta, Espinela y Perla se encontraban persiguiendo a dos gemas corrompidas que parecían ser unas Jaspes, llevándolas en dirección de la Guardería Primaria.

-¡Se están escapando!

-¡La tengo Perla! ¡La tengo! - dijo Espinela atrapándola a una de las gemas con sus brazos - ¡Es toda tuya!

Perla, ya sabiendo invocar y utilizar su lanza, logró poofearla con una estocada mientras que el otro monstruo pudo escapar.

-Uf, eso estuvo cerca - dijo la gema rosa mientras hacía que sus brazos volvieran a su longitud original.

-Sí, pero aún debemos encargarnos de la otra - dijo Perla atrapando a la gema en una burbuja y enviándola al templo.

-Ay, te preocupas demasiado. Hemos combatido muchísimas gemas así.

-Da igual cuanta experiencia tengamos, en cualquier momento podrían desarrollar una nueva habilidad. Además...

En ese momento, se escuchó un ruido de rocas siendo destruidas. Ambas gemas se acercaron cuidadosamente, pensando que era la gema que buscaban, pero no. Solo era una ¿Amatista?

-¡Ahora verás, maldita roca! - dijo aquella gema lanzando algunas rocas hacia otras para romperlas.

-Perla, esa no es una...

-¿Es una Amatista sana? ¿Pero cómo? Todas las gemas excepto nosotras fueron corrompidas por el ataque de las Diamantes. Además, seguro está...defectuosa; debería ser de la altura de Garnet, pero ni siquiera es más alta que tú o yo.

En ese momento, aquella gema corrupta apareció justo enfrente de aquella Amatista.

-Je, hola. Vaya, hace mucho que no había ninguna cara nueva por aquí. Dime, ¿qué tal tu dí...

Espinela logró tomar a Amatista justo antes que esa gema pudiera lastimarla.

-Ey, hola. ¡Dos nuevos amigos en un día!

-Shh; harás que nos encuentre - respondió Espinela tapándole la boca -. Quédate aquí, ¿está bien?

Espinela salió para poder ayudar a Perla.
Aún así, ambas no podían vencer al monstruo. Perla intentó clavarle su lanza como hizo anteriormente, pero esa gema corrupta resultó ser más rápida que la otra. Espinela trató levantándola y lanzándola por los aires, pero eso no le afectó en nada.
Ya hasta pensaban en fusionarse y poner punto final al encuentro, cuando, de repente, una gran roca salió volando en dirección al monstruo, poofeándolo en el proceso.
De donde provenía la roca, estaba aquella Amatista sosteniendo un látigo púrpura en sus manos.

-Eso fue...

-¡Increíble! - dijo Espinela -. Guau, ese látigo si que se ve intimidante. Nada mal para ser una pequeñita.

-Muy bien; nos vamos - dijo Perla enviando al templo al monstruo encapsulado y volviendo a guardar su lanza en su gema.

-¿QUEEE? Pero Perla, no podemos dejarla.

-Espinela; por más que nos haya ayudado, ¿no ves que está...defectuosa?

En ese momento, Amatista se estaba hurgando la nariz con uno de sus dedos.

-Perla, piénsalo; ¿cuántas Amatistas que usen un látigo de arma has visto en estos más de mil años? Y ya viste lo útil que puede ser.

-Para un "látigo" ya estás tú.

-No es lo mismo...
Piensa...en la alegría de Rose al descubrir que hay una gema sana aquí.

Perla dudó unos segundos y respondió.

-Agh, está bien. Puede venir.

-¡Yupi! ¡Puedes venir; puedes venir; puedes venir!

-¿Ir? ¿A dónde?

-Ups, ni siquiera te lo he dicho ni me he presentado. Yo soy Espinela; para servirte - dijo haciendo una reverencia -. Oh, y ella es Perla, e iremos a nuestro templo y tú vendrás con nosotras.

-¿Hay más cosas que solo este lugar?

-Ni te lo imaginas; ¡vamos! - respondió mientras tomaba a Amatista y la subía a sus hombros.

Mientras tanto, Garnet y Rose regresaron sin mayores dificultades.

-¡Volvimos! - gritó Espinela a todo pulmón tras teletransportarse al templo.

-Oh, chicas, que bueno que volvieron - dijo Rose -. Espinela; esa es...¿una gema?

-Sip, una Amatista en perfecto estado - respondió dejándola en el suelo.

-¡Guau; eres un cuarzo muy grande!

-Rose - interrumpió Perla -, ¿no crees que es demasiado pequeña para ser una gema de cris...

-No...Ella es perfecta justo como es.

Desde ese momento, aquella Amatista no tenía que jugar solo con rocas o inyectores, porque ahora tenía cuatro nuevas amigas.

Mejores Amigas para Siempre | Steven UniverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora