Un fuerte resplandor le dio directamente en la cara obligándola a despertar. La muchacha sentía que estaba recostada en un lugar muy suave y mullido, “una excelente cama” pensó “como la que tenía en Narnia, pero mejor aún”, se dijo mientras suspiraba y decidía abrir los ojos, ya que no podía seguir así toda la eternidad aunque lo quisiera.
Su primera impresión, fue de un lugar demasiado luminoso para su gusto, pero al acostumbrar su vista se dio cuenta que estaba recostada en un mullido césped al aire libre bajo un hermoso sol veraniego. La suave brisa que comenzó a correr en ese momento, refrescó su aún adormilado rostro.
Se levanto lentamente para luego sacudir sus ropas, pero sus manos quedaron suspendidas en el aire al percatarse que estaba vestida con ropajes que hace mucho tiempo no veía y que había extrañado profundamente.
Llevaba un elegante vestido de un hermoso color azul con ribetes plateados en cada uno de sus bordes, los brocados que adornaban sus vestimentas eran elaboradas rosas que también poseían un tono plateado y la tela, era una muy suave seda. No le cabía duda que eran vestidos que alguna vez había llevado en Narnia cuando era su soberana.
—Bienvenida, Susan —escuchó la muchacha a una profunda voz que conocía muy bien y la cual le saco del escrutinio a sus ropas.
—Aslan —fue lo único que pudo decir la evidentemente sorprendida joven.
El poderoso león sonrió a la joven morena mientras asentía, para luego con un cabeceo la invitaba a caminar a su lado.
—Hace mucho que no nos vemos ¿cierto? —preguntó con amabilidad y aterciopelada voz el hermoso ser.
La muchacha asintió incomoda con la oración, pues ella sabia de que él estaba enterado que no había obrado bien cuando vivió en su mundo, confirmándoselo el hecho de que la frase parecía más una aseveración que una pregunta, lo que hizo que su rostro se ensombreciera por la culpa, pero trato de serenarse.
—Yo lo siento… —comenzó la chica cuando estuvo más tranquila, mientras sentía la mirada de Aslan sobre sí— creo que perdí de vista lo realmente importante.
—¿Te gusta este lugar? —dijo el león, desviando el tema.
—Es lo más lindo que he visto —fue la declaración de la chica entusiasmada, pero algo extrañada por el cambio de tema, lo cual se reflejo en su rostro— pero me parece un tanto familiar, aunque estoy segura de no haber estado nunca aquí.
Después de esta corta conversación, recorrieron los parajes en absoluto silencio. Caminaban por una pradera cubierta por un brezo de un verde tan brillante que a Susan, quien todavía no se acostumbraba al nuevo ambiente, le molestaba un poco en los ojos y le hacia sentir un poco fuera de lugar.
—¿Dónde estamos? —preguntó la morena, cuando ya no pudo soportar más el silencio obligado.
—Ya lo sabes —fue la contestación del sosegado animal—, en un lugar familiar.
Susan, confundida por la respuesta, comenzó a observar con mayor atención los alrededores, haciendo que sus facciones se fueran iluminando al reconocer donde se encontraban.
—¡¡Estamos en Narnia!! —chilló muy emocionada— Aunque es una Narnia mucho más hermosa— reflexionó.
—Exacto —dijo Aslan, riendo —ahora tengamos una pequeña carrera— agregó mientras se echaba a correr y Susan le seguía sin dudarlo ni un segundo. Ya había dudado por mucho tiempo y ahora era mucho más fácil confiar.
Pronto se dio cuenta —aunque hubiese sido difícil no hacerlo cuando has nadado corriente arriba en una cascada— que su capacidad física era mucho mayor a cualquier atleta y que ya no se cansaba ni necesitaba tomar agua para refrescarse. Por otro lado, el tiempo pasaba muy extraño en esos lugares; algunas veces parecía que fuera tan rápido que hubieran pasado horas en esa extraña persecución, mientras que otras, no parecía haber pasado ni un minuto desde que comenzaron a correr.
—Pronto llegaremos —se escuchó la voz de Aslan dirigiéndose a Susan, quien le seguía de cerca.
Muy pronto se encontraron frente a unas imponentes puertas doradas, las cuales (aunque ella no lo sabia) fueron las mismas puertas que Digory atravesó para obtener la manzana que Aslan le había pedido hacia mucho tiempo atrás, cuando la tierra de Narnia estaba recién creada. Mientras Susan observaba con la boca abierta la hermosa entrada, las puertas de estas se abrieron de par en par dejando un poco segada a la muchacha, ya que del interior de estas provenía una fuerte luz que era incluso peor a la que le había tocado enfrentarse antes, pero muy pronto se fue acostumbrando de nuevo a este cambio de luminosidad y se percató que muchas figuras le observaban.
Afinó su vista y se adelantó unos pasos mientras una de las figuras, al parecer una joven, se precipitaba hacia ella y la recibía con un fuerte abrazo.
—¡Has venido, has venido! —decía la voz que parecía sollozar—, pensé que jamás estarías de nuevo con nosotros.
—Pues parece que me di cuenta a tiempo de mi error —dijo Susan sonriendo, pues había descubierto que la figura que le abrazaba no era otra que su pequeña hermana Lucy.
—Me alegra que estés aquí con nosotros —dijo otra voz esta vez masculina y profunda, la de Peter.
—A mi también —le respondió la jovencita, mientras se le llenaban los ojos de lágrimas por la emoción— ¿pero ustedes están muertos? —preguntó de golpe, tratando de volver a la realidad.
—Lo estamos en nuestro antiguo mundo —dijo una tercera voz, esta vez era Edmund— pero tú también lo estas
—Entonces ¿Dónde están papá y mamá? —dijo Susan, sin sorprenderse del todo, ya que de algún modo se lo había esperado.
—Esperándote, mi pequeña —dijo la Tía Polly, quien se había acercado al grupo junto al profesor Kirke, mientras la muchacha se soltaba del abrazo de su hermana pequeña, para ahora abrazar a sus otros dos hermanos.
—Al igual que muchas otras personas que están esperando verte —agregó el antiguo profesor— ahora ya no habrán más despedidas.
—Por fin estas en casa, mi amor —dijo Aslan mientras traspasaba las grandes puertas doradas.
—Sí, al fin estoy en casa —se dijo Susan con una sonrisa en los labios y sin temor, mientras seguía al imponente león y las puertas se cerraban tras de sí.
FIN
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Letter's (Cronicas de Narnia)
FanfictionLos personajes de Crónicas de Narnia siempre tienen cosas que contar, después de sus aventuras y que mejor que una carta para hacerlo. Discalmeir: Los personajes de Crónicas de Narnia no me pertenecen, si lo fueran hubiese hecho algunos libros más y...