Letter's (Cronicas de Narnia)

Letter 5: Edmund

                                                                         Londres, 15 Junio de 1945

Profesor Kirke:

 Le mando esta carta para; primero, saber si se encuentra bien del resfriado con que lo dejamos cuando estuvimos en su casa; Susan dice que para eso, es bueno un consomé de pollo recién preparado. Y segundo, para decirle lo felices que estamos de estar de vuelta en casa con papá y que esa tonta guerra haya acabado, por fin. Bueno, felices, pero no del todo.

 La verdad es que, nos sentimos extraños; conversando con mis hermanos (las pocas veces que lo hacemos) de nuestra vida como reyes en Narnia, hemos descubierto que en nuestras mentes y espíritus, hay gran confusión. Es que es un tanto extraño el volver hacer niños, cuando vivimos tanto tiempo siendo adultos hechos y derechos, habiendo peleado guerras y ofrecido banquetes, habiendo sufrido y sido felices,  pero como adultos. ¿Quién podría decir que nos entiende?, ¿Cuantos podrían decir que han pasado la misma situación que la nuestra?

 Por otro lado, nos acongoja pensar, el completo caos que puede haber en Narnia en estos momentos; que todos nuestros amigos sufren, por un hecho que ninguno de nosotros veía venir, mucho menos podíamos evitar. En estos momentos, siempre pensamos en lo que dejamos atrás con nostalgia, pero creo que ese sentimiento tarde o temprano se convertirá en una tristeza y decepción que nos comerá desde a dentro. ¿Pero, cómo hacer para evitarlo?

 Siento que esta carta sea tan triste, pero es que no solo es el hecho de extrañar Narnia, sino también por nuestra realidad actual. Pues aunque nosotros nos encontramos bastante bien, con respecto a la gente que nos rodea, aun así la escasez de todo, que en estos momentos se vive en la ciudad, también nos afecta. ¡Cuando pienso en las ropas y comidas que siempre teníamos asegurados en el castillo!, siempre, aunque tuviéramos frio, sueño y hambre, estábamos seguros que, llegando a Cair Paravel, nos recibirían con los brazos abiertos, saciando nuestra hambre con una gran cena, calentado nuestros cuerpos con un buen fuego en la chimenea y reponiéndonos del cansancio, en una suave y acolchada cama. Y aunque en estos momentos, tenemos lo necesario para sobrevivir; me gustaría más, tener lo necesario para vivir.

 Siento que esta carta, definitivamente, no sirva para subirle el ánimo. Pero, es que usted es la única persona mayor con la que me puedo desahogar, ya que mencionarles estos pensamientos a mis padres, definitivamente, les traería más preocupaciones, que en realidad no se merecen.

 Esperado que este bien de salud y que este mejor dispuesto que yo, al diario vivir. Se despide.

                                                                       Edmond  Pevensie

Pd: Peter, Susan y Lucy, también le mandan sus mejores deseos y quieren saber si la familia puede hacerle una visita durante las vacaciones de verano.