Es cena de acción de gracias o al menos eso parece, mi madre termina de preparar la cena; mi hermana desde hace más de 20 minutos, esta duchándose. (Algo me hace pensar que tenía mucho tiempo sin hacerlo)
Mi padre, está arreglando la mesa y yo leo con tranquilidad el libro que me envió el profesor de Literatura.
Realmente, no estaba leyendo, pero con la excusa de estar ocupado; sé que no me molestara pidiéndome que colabore con la cena.
Levanto mi mirada solo para checar si el pavo está listo y poder robar un poco; pero mi madre parece una centinela, me ve desde el rabillo del ojo siempre que puede, sabe que yo no estoy estudiando, sin embargo, no arruinaría la cena con otra de sus discusiones de porque no colaboro en casa, eso solo enojaría a Carrick y todos sabemos cómo termina todo, cuando eso sucede.
- Mi amiga Elena vendrá a acompañarnos, por favor, compórtate Christian. – refunfuña entre dientes, solo para que yo le escuche; mientras me lanza una mirada de advertencia.
Le observo y levanto ambas manos, como el criminal que ha sido atrapado en medio de una escena del crimen.
Ella, quita sus manos de las papas que está pelando y me señala con el cuchillo afilado.
- Hablo en serio, jovencito; su esposo falleció hace un poco menos de un mes; si llegas a hacer alguno de tus comentarios hirientes, te iras a vivir a la casa del perro.. – Enfatiza sus últimas palabras, señalando al patio externo.
- Tranquila mamá, tu amiga quedara tan encantada que no querrá irse de aquí nunca... - Comento, alzando ambas cejas en fingida sorpresa y sonriendo con ironía.
- ¿Vendrá Elena? – La voz de Mia se alza una octava al asomar su rostro por las escaleras, no es secreto de nadie que la íntima amiga de mamá tiene un cariño hacia la mocosa y por algún motivo, el universo se había encargado de que no la conociese personalmente.
- Si, cariño; me comento que traería regalos para todos; más les vale comportarse. – Dedica una mirada recriminadora en mi dirección.
Yo, seguía con la mirada inmersa en mi libro de texto; el viaje al centro del mundo del mundo de Julio Verne me estaba pareciendo cada vez más interesante.
----
La cena esta lista; el reloj de pared marca las 8:15 pm; mi padre permanece sentado viendo un partido de fútbol americano; mi hermana, juega con su celular y mi madre miraba recelosa el reloj de pared cada 10 minutos, mientras camina de un lado a otro, revisando que todo esté en orden
- Es extraño que no haya llegado Elena... Y tampoco hay señales de Elliot.
Toma su teléfono y marca el número de mi hermano por décima vez durante la última media hora, teniendo la misma respuesta; la contestadora.
- Amor, podrías ir con Christian a dar una vuelta al centro; quizás está en problemas... - Agrega, mientras se dibuja una arruga de preocupación se forma en su frente.
Carrick observa el reloj en su muñeca; sin decir nada, apaga el televisor; toma las llaves de la camioneta y hace una breve seña con la cabeza en mi dirección.
Mi padre siempre ha sido un hombre de pocas palabras; al contrario de mi madre; quien siempre tiene algo que decir.
- Iré por mi chaqueta. – Dejo el libro de Julio Verne en la mesa de la sala y subo a mi habitación; me toma un par de segundos dar con mi chaqueta favorita.
El ronroneo y las luces de un carro estacionándose al frente de nuestra casa, llaman mi atención.
Me acerco a la ventana, para ver un hermoso Chevrolet Camaro color negro estacionarse gentilmente frente a nuestra casa; segundos después, del asiento de copiloto sale Elliot; con un par de bolsas en sus manos; luego, una mujer rubia, vestida de negro y con zapatos altos sale del asiento de piloto.
ESTÁS LEYENDO
Penumbra || 50SdG
General FictionLa venda en mis ojos me mantiene sumido en la oscuridad; tengo mis muñecas atadas con cuerdas, las cuales, hacen su camino alrededor de mi torso, marcando un harnes en forma de pentagrama; el tapete protege mis rodillas, pero a medida que pasan los...