Desperté sobre las diez de la mañana, envuelta entre las sábanas y con Dante durmiendo encima de mi cabeza. Notaba el cuerpo pesado y aletargado, me levanté despacio y me dirigí al baño para darme un buen baño con unas sales y mi gel favorito de vainilla.
Salí de la bañera, me puse el albornoz y me miré al espejo, mi cara se veía pálida, demacrada, con unas ojeras pronunciadas. ¿Pero que me pasa hoy? Me dije.
Me maquillé, me puse mis vaqueros ajustados, unas all star negras y una camiseta blanca ceñida con la espalda descubierta, para poder enseñar un poco mi tatuaje, ¡Me encanta!. Es un cazasueños que me acupa la mayor parte de la espalda.
Cogí a Dante y bajé directa a la cocina, mi estomago rugía, parecía que no había comido en días. Llené los cuencos del gato y me dispuse a desayunar, zumo con tostadas como de costumbre.
Mientras me terminaba el desayuno mi cerebro empezó a funcionar y recordé lo que había pasado el día de ayer. ¡Tálon! Su nombre vino a mi cabeza como un rayo, ese hombre que me había besado, ¿Qué me había hecho? Es como si sintiera una atracción hacia él, una especie de dolor en mi pecho por no poder estar a su lado.
Despejé mi cabeza, negandome a pensar en la noche anterior....
Cogí la regadera y salí al jardín delantero a regar las plantas.
Al salir a la puerta pisé algo, era una rosa negra, ¡Es preciosa! Me dije. En el cabo había una nota, que decía:
Buenos días Dakota, sé que ayer fuí muy directo. No suelo comportarme así, pero tu me haces perder el control, espero que me dejes compensarte y aceptes salir conmigo esta tarde. Te recojo a las siete.
Un beso.
Tálon.¿Pero qué narices?. ¡Este tío se cree con derecho a besarme y a quedar conmigo cuando le parezca! Solo un beso y ya se cree con derechos...puff me dije a mi misma un poco cabreada.
Entré en la casa pensando en la dichosa nota, y como no, en él. ¿Por qué no me lo puedo sacar de la cabeza?.
En realidad, Tálon estaba bastante bien, para ser sincera, una no se cruza con alguien así en su vida. Me resigné a aceptar la invitación.
Pasó el día rapidamente, comí, ordené la casa y me bañé tranquilamente.
Eran las seis asi que tenía que darme prisa si quería estar lista para la cita, decidí ponerme un vestido negro de manga larga por encima de las rodillas y con la espalda descubierta, unos zapatos negros con un buen tacón, el pelo suelto hacia un lado, unos pendientes plateados largos y me maquillé lo más natural que pude con un poco de sombra oscura en los ojos.
Sonó el timbre a las siete en punto, ¿Qué puntual? Me dije. Bajé casi corriendo las escaleras, cogí el bolso y salí. Allí estaba, apoyado en su coche con mucha elegancia, vestido con unos vaqueros, una americana gris, una camisa con algun botón desabrochado que dejaba ver parte de su pecho, con coleta baja y unos mechones sueltos que caian sobre su cara. ¡Está increible!, pensé.
Me sentía insignificante en su presencia, ¿Como alguien tan perfecto puede fijarse en mí?.
Me escudriñó con la mirada de arriba a abajo con su exquisita sonrisa y dijo:
-Estás expectacular chiquilla, más bien perfecta-.
-Tu también estás muy bueno, ¡no! ¿Qué digo? Tu también te ves muy bien- dije colorada y nerviosa, mientras el reía a carcajadas.
Me hacía perder la cabeza, temblar ante su presencia, como si el provocara esta atracción, me sentía como una marioneta ante sus hojos hipnotizadores.
Me hizo señas para que subiera al coche y así hice.
-¿Donde vamos?- Pregunté.
-Es una sorpresa, ponte cómoda, vamos a tardar un rato en llegar-.
El camino se hizo lento, hablamos poco pero notaba como me miraba de reojo la mayor parte del tiempo. Tomó un desvío de la carretera hacia un camino rodeado por altos pinos, se divisaba una gran puerta de hierro a lo lejos.
-¡Llegamos! Comento.
Un hombre ataviado de traje abrió la puerta para que el coche pasara.
Mientras avanzabamos se veía una mansión antigua, llena de jardínes, estatuas y fuentes.
-¡Vaya! Exclamé.
Salimos del coche, se acerco a mí y me cogió la mano con delicadeza, ¡Su mano estaba helada! Me guió hacia la puerta mientras el servicio la abría.
-Esta casa es propiedad de mi familia, es la primera vez que traigo a alguien aquí-. Dijo mientra una señora entrada en años vestida de negro se acercaba a nosotros.
-Señor, ¡Qué alegría verle tan bien acompañado!, la cena esta servida como usted dispuso- dijo con una gran sonrisa.
-Gracias María. Contestó él.
Llegamos a un gran salón, estaba decorado con muy buen gusto, con muchas antigüedades, una chimenea rodeada de grandes sofás de cuero y una mesa enorme.
Me llevó hacia la mesa y apartó la silla para que me sentase, el se sentó enfrente mío. Dos hombres bien vestidos salieron con platos y una botella de vino para servir la mesa.
-Disfruta de la cena pequeña- dijo
La cena transcurrió tranquila, me preguntó sobre mi vida, como había llegado aqui....etc. Me dí cuenta que el solo movía un poco la comida, no probó bocado, solo bebía vino.
-¿No tienes hambre Tálon? Veo que no has probado bocado y yo estoy aquí engullendo esta comida-. Dije.
-Es la primera vez que dices mi nombre-, dijo entre risas. -No suelo cenar, pero me alegro que tu la disfrutes. Ven, vamos al sofá, estarás más cómoda cerca de la chimenea, hoy hace bastante frío-.
Se quitó la americana quedando sólo con la camisa medio abierta, se sentó a mi lado mientras tomaba un sorbo de vino.
Yo sentía algo hacia él, lo notaba, cada vez que estaba cerca de mí, mi corazón latía con fuerza, quería que me tocara y besara.
Sin más me acerqué a su rostro lentamente y le besé, él me correspondió al beso con más intensidad mientras me agarraba con fuerza y me atraía hacia su cuerpo. Entrelacé mis dedos entre su pelo sedoso mientras saboreaba sus labios.
Me cogió con fuerza y me tumbó, quedando encima de mí, notaba cada centímetro de su cuerpo, su olor, su fisico, su piel fría mientras el se deleitaba con mi cuerpo, subiendo su mano por mi pierna, desnudandome poco a poco.
Por favor!! Comenten que les parece mi historia, es la primera vez que escribo en watpad, toda crítica sera bien recibida.
Graciass!!♡♡♡
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DAKOTA
VampireMi nombre es Dakota, mi vida era normal, hasta que él apareció derrumbando todo lo que para mí era real, haciendome descubrir sus secretos más oscuros. Miedo, sangre y atracción, cual frenesí yo le hacía sentir..... Él, ¡Un vampiro!.