Caos total

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Otra a la escuela, otra la vez en las clases y escuchando los maestros que hablan sin parar, todos se aburrían en las clases. En realidad nadie quería estar ahí pero era muy necesario, cierto pelirrojo estaba en el fondo del salón durmiendo como muchos otros de los que estaban ahí. Ese día era uno especial, o al menos para él porque podría ir al club, la única que le gustaba–a excepción de biología e historia, aunque tristemente no tocaba ninguna ese día– así que tenía que esperar un gran tiempo para que todas esas horrorosas horas pasarán lo más rápido posible.

Al fin siendo el almuerzo se fue a buscar a sus compañeros, aunque no le fue del todo bien su ida a la cafetería pues se termina encontrando con ciertas personas fastidiosas.

Sariel: Vaya vaya, miren que tenemos aquí, el hada de Ludociel.

Tarmiel: Que sorpresa que nunca te vimos, al menos no sólo.

Gloxinia: Pero si son los perros de Ludociel, ¿Siguen haciendo los mandados?

Tarmiel: Escúchame enano, sabes que está paz que tienes no durará mucho así que disfrútala cuánto puedas, ¿Escuchaste enano?

Gloxinia: Que tengan un buen día muchachos.

El pelirrojo abandonó lo más rápido posible el lugar, no quería tener que lidiar con ese par tan “agradable” pues en serio tenía hambre y estaba demasiado ocupado. Hoy se haría una pequeña presentación de algunos clubes y otros pondrían puestos para dar información, él haría lo último pero eso sería algo tedioso sin ayuda. Se suponía que su hermana lo ayudaría, aunque era ya obvio que no se podría hacer.

En la mesa del gran comedor hacía una lista sobre lo que pondría, como estaría, la ubicación y también debía revisar otras cosas por su trabajo de mandamiento por lo que tendría que apresurarse en todo para tener tiempo de hacer su puestos.
Es ese rato llegaron los demás con su comida y se sentaron junto a él.

Gloxinia: ¿Qué les hice para que me torturen de esta manera tan cruel?–dijo con notorio sarcasmo–

Derierre; ¿No has comido nada? Debes estar ocupado.

Grayroad: Bueno, tienes que ver la distribución de lugares de los clubes, ¿Verdad?.

Gloxinia: Sí, al parecer el club de drama y el de “vocalización” quieren estar cerca o en el escenario. Pero artes marciales ya apartó ese lugar desde hace dos semanas junto con los “pecadores”. Así que veo si puedo mover a esgrima y pintura unos lugares más lejos para que ya estén todos acomodados. Pero es cansado y no he comido nada.– soltó un suspiro cansada, vaya que esos chicos eran gramáticos– aunque ya casi acabó.

En eso llegó el presidente de todos ellos, Zeldris, quién traía consigo un par de platos y bebidas en su bandeja. Se acercó a Gloxinia para dejarle uno de esos mientras se sentaba a su lado, él contrario lo miró algo sorprendido pero en corto cambió a una sonrisa.

Gloxinia: Muchas Gracias Zeldris, en serio no había comido nada. Eres mi salvador.– No pudo evitarlo y le dió un abrazo para luego comenzar a comer un poco–

Zeldris: Es lo menos que podría hacer por ayudarme con la organización, estuve ocupado con el club y unas cosas de la empresa.

Gloxinia: No es ningún problema para mí, es solo organizarse bien.

Zeldris: Pues parecía que sí sino comes, disfruta tu comida antes de que vuelvas al trabajo.

Gloxinia comió sin importarle mucho que se atragantara pues desde la noche anterior no había podido poner un solo alimento en su estómago. Zeldris solo lo observaba detenidamente, ¿Siempre había tenido esa figura? Nunca se había puesto a analizar a su amigo por lo que nunca se dió cuenta de la belleza que poseía, para Estarossa no pasó desapercibido estas miradas de su hermano hacía el pelirrojo pero decidió no decir nada porque talvez solo tenía curiosidad.
No era normal eso en Zeldris, no entendía bien la mirada que le daba, o más bien no quería hacerlo; no pensaba que su hermano se quedará embobado con algo o alguien, no desde la desaparición de Gelda.

Ya al terminar la hora del almuerza comenzaron los preparativos de cada presidencia para la feria de clubes: armaban sus puestos, los decoraban, alguno que otro se preparaba para una presentación, mientras que los demás ponían muestras de su arduo trabajo. Entre ellos el presidente del club de jardinería ponía las flores más bellas de esa temporada.
Después de un rato algunos de los que está ahí se reunieron para tomar algo hecho por los de cocina.

Elizabeth: Sabe muy bien Solat, has mejorado bastante desde la última vez.

Solat: Gracias, me esforcé mucho en la comida también. Espero que más gente se una este año, dile a Ban que cuando guste puede volver.

Elizabeth: Claro, estará encantado.

Solat: La decoración es asombrosa por cierto, se lució este año señor Gloxinia y las flores huelen bien.

Gloxinia; Gracias Solat, tenía que hacerlo mejor esta vez. Además, las flores se dieron bien está temporada así que traje lo mejor de lo mejor.

En ese momento llegó el comité estudiantil para dar una inspección antes de que iniciará el evento, hacían una muy minuciosa “investigación de errores” ponía a todos con los pelos de punta porque cuando Zeldris era el que organizaba rápidamente notaba algo fuera de lugar y lo cambiaba pero está vez fue diferente así que los nervios se sentían.

Zeldris: Todo está en orden, a excepción de las luces y el puesto de MMA, sólo arregla eso para acabar.

Gloxinia: Bien, lo haré de inmediato. Ya te puedes ir a preparar para tu presentación de esgrima, estoy emocionado.

Todos los alumnos se paseaban viendo cada uno de los clubes, todo lo que se veía era lo mejor de cada club. Los de drama actuaban una pequeña obra, al terminarla fueron los de artes marciales mixtas con una pelea muy asombrosa, cocina daba muestras de postres, comida y hasta bebidas, luego fue esgrima con otra batalla que era impresionante. Al final del día los alumnos se acercaban para inscribirse a cualquiera que les llamase su atención. Gloxinia comenzaba a guardar las cosas pues la gente ya comenzaba a irse, en uno de sus viajes al vivero se tropezó con su pie y al perder el equilibrio se cayeron todas las flores que llevaba. Comenzó a recogerlas rápido y a ponerlas en su maceta, fue cuando iba a tomar una orquídea que una mano lo hizo por él.

Helbram: Parece que alguien ocupa ayuda, deja lo hago.

Gloxinia: Gracias, soy un poco torpe.

Helbram: Ya me di cuenta de eso, por cierto son bonitas las flores.

Gloxinia: Gracias, este año fue uno bueno para las plantas.

Helbram: Te acompaño a dejarlas.

Gloxinia: Okey, Vamos entonces.

Al dejarlas ya todas acomodadas en el vivero Gloxinia se dedico a enseñarle el jardín a su acompañante; cada flor, cada lugar, le explicaba algunas cosas y el contrario escuchaba atentamente cada palabra.
En cierto momento Helbram decidió cambiar de tema a uno muy diferente.

Helbram: Gloxinia tengo que decirte algo para que me ayudes.

Gloxinia: ¿Qué es? ¿Mataste a alguien.

Helbram: ¿¡Qué!? ¡No!, Lo que pasa es que nunca he besado a nadie y tengo miedo de hacerlo mal con tu sabes.

Gloxinia: Besar es algo, sencillo por así decirlo, puedes practicarlo con frutas, ver tutoriales que creeme si hay–iba enumerando cada cosa con un dedo– también con almo...– en eso Helbram lo tomo de la muñeca y lo jalo hacía él, logrando así besarlo.
El beso era tierno pero algo húmedo, Gloxinia seguía con los ojos abiertos pero algo los hizo cerrarse y disfrutar del beso. Helbram lo atrajo más a él para seguir pero oyeron un ruido y se separaron lo más rápido posible pero no había nada ni nadie.

Helbram: Yo...

Gloxinia: Eso fue... Sorpresivo, bastante.

Helbram: No me odies por favor, ¿Si? Fue un impulso y yo...

Gloxinia: No te odió, solo estoy en shock.

Al final cada quien se fue por su lado, Gloxinia a ver a su hermana al hospital y Helbram a su casa a pensar del beso.

¿Tu orgullo o yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora