Capítulo 14: Ruleta rusa

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Lunes 18:00h
80 horas de atraco

Las cosas volvieron a estar tranquilas, bueno, al menos, mínimamente. Nuestro dinero todavía se imprimía a la perfección, sin embargo, ahora estábamos en un problema mayor.

El profesor.

Nosotros y el cerebro de nuestra operación habíamos establecido un sistema de llamadas, todo mientras estábamos en Toledo. Deberíamos esperar noticias del profesor cada 6 horas, hasta que se complete el ciclo de 24 horas. Si el ciclo se completara y continuáramos sin noticias, sería porque el profesor fue descubierto y estaría siendo interrogado.

Pensé que esto era imposible, pero a medida que crecía aprendí que hay millones de posibilidades para cada situación. De todos modos, en ese momento estaba caminando a nuestra oficina para reunirme con los demás. Íbamos a llamar al profesor por tercera vez ese día.

Cuando llego a la oficina, Berlín está sentado a la mesa, Nairobi está a su izquierda y Moscú a su derecha. Tokio está de pie caminando de lado a lado, Denver al lado de su padre, Helsi y Río son los únicos que no están allí ya que están vigilando a los rehenes.

Me siento en silencio en el asiento vacío al lado de Nairobi y la veo ofrecerme un cigarrillo, sacudo la cabeza y luego Moscú nos mira a todos y luego al teléfono.

- Ya es la hora. - dice nervioso.

Berlin mira su reloj y su propia voz se hace presente.

- Todavía falta un minuto para las seis. - el nos informa mientras Nairobi comienza a fumar.

- Pues, dadas las circunstancias, ya sabes dónde poner tu puñetera puntualidad británica. - Moscú responde mientras levanta el teléfono y presiona el botón que llama al Profesor.

Todos lo miramos expectantes, en mi cabeza recé para que el profesor respondiera, así que quizás las cosas estarían menos tensas. No funcionó, ya que después de unos segundos Moscú suspiró y colgó el teléfono.

- Tercera llamada sin respuesta, eso son 18 horas sin noticias del profesor. Sabemos lo que eso significa. - Moscú dice despacio.

Observo a cada uno de mis compañeros por un segundo y me doy cuenta de que Berlín es el menos preocupado de todos nosotros, está bebiendo café de una taza pequeña con toda la calma del mundo. La voz de Moscú me devuelve a la realidad.

- Tampoco sabemos nada de la policía, seguro que está pasando algo afuera. ¿Que hacemos? - el pregunta y me cruzo de brazos.

- Bien, todavía queda una llamada para completar el ciclo. - Berlín comienza a decir colocando la taza ahora vacía sobre la mesa. - A media noche.

- ¿Qué ciclo? ¿El ciclo de la puta ratonera? - Denver pregunta enojado.

- Denver, cálmate. No sabemos nada de lo que esta sucediendo afuera, no podemos tomar decisiones apresuradas. - digo tratando de evitar una discusión y veo al chico de ojos azules resoplar.

- El profesor debe estar atando algún cabo suelto, no hay nada de qué preocuparse todavía. - Berlín dice de nuevo mientras toma dos vasos y una botella de vino de un armario. - Por ahora, seguimos vigilando a los rehenes e imprimiendo dinero. Atlanta, ¿quieres ir a descansar?

Atlanta | La Casa de Papel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora