- Soledad -

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Jimin me miraba con ojos que parecían haber vivido mucho a comparacion de mí, a pesar de la cantidad de horas que permanezco despierto por culpa del insomnio.

Estoy sobreviviendo como cualquier otra especie haría. Y Jimin hacía lo mismo. Los dos eramos muy distintos pero tan parecidos al mismo tiempo.

La vida nos trató de forma tan injusta y ahora hace que nuestros caminos converjan para acompañar nuestras soledades. Solos con nuestra soledad. Así estabamos antes de conocernos. Es una gran bendición para mí tenerlo ahora en el asiento del copiloto de mi taxi.

-Jimin.

Lo llamé y el bello chico rió negando para después voltear a verme. Me miraba como una madre ve a su niño cuando la llama para mostrarle su dibujo. Era un alma experta escuchando a una inexperta. A la espera de saber qué ocurrencia tenía para él esa noche.

-Desde que te conocí, ya no me siento solo. Gracias por aparecer en mi vida.

Jimin estalló en carcajadas por mis palabras -¿Por qué siempre me dices cosas así de la nada?

-Es que no sé, supongo que siento que toda esta situación lo amerita. Yo, un chico con insomnio, junto a tí, un prostituto, mirando hacia el río en la noche, y oh mira, también está lloviendo. Es un escenario muy profundo que merece una conversación profunda entre sus protagonistas.

Jimin rió denuevo. Seguro no pensó que yo iba a ser tan ocurrente y hablador cuando le pedí que viniera seguido a verme después de trabajar. Mi alma quería aprender más de la suya, quería que me transmitiera un poco más de su conocimiento. Por eso era tan insistente.

-No estás solo, Jungkook.

-¿Qué?

-Te respondo a lo que me dijiste sobre estar solo antes de conocerme.

-No entiendo.

Lo miré con atención. El semblante de Jimin cambió a uno suave, observando el cielo nocturno frente a nosotros. Yo miré su perfil étereo esperando una explicación.

-Mira arriba del mar, la Luna y las estrellas nos acompañan, no estamos solos. No estás solo, puedes apoyarte en ellos si así lo deseas.

El fulgor de su mirada me conmovió. Jimin tenía los ojos puestos en los míos y me transmitieron una extraña sensación de pena.

-¿Tú lo haces?

-Siempre lo hago.

-Pensé que no te sentías solo. Ya sabes, por ser prostituto, seguro siempre tienes compañía de alguien más... -La bronca que siento de sólo pensarlo me hace revolver el estómago.

-Si te soy profundamente honesto, me siento más solo estando rodeado de todos esos clientes. Me siento más acompañado con todos estos astros celestiales y seres inertes. La luna, las primero -Jimin seguía riendo, poniendose muy tímido por mis ocurrencias. Se veía muy lindo.

-De todas formas, gracias por brindarme más de tu sabiduría.

-Eres como un niño.

Ambos reímos tímidos. Me sentía ligeramente avergonzado de hablarle a Jimin como si fuera mi maestro o alguna clase de deidad, y él se sentía de igual forma al verme tratarlo con devoción. Pero no podía evitarlo. Mi alma se sentía pequeña frente a la suya. Y él me veía como un niño pequeño también.

-¿Cuántos años tienes, Jimin?

- Veintidos.

Escupí el té.

-Sabía que podías ser más jóven pero no tanto.

-¿Y tú?

-Veinte.

Prostituto (Jikook)[Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora