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Jungwoo despertó con un terrible dolor de cabeza y unas fuertes punzadas provenientes de su cuello, acerco su mano a este y suspiro con dificultad al rozar las llemas de sus dedos sobre las marcas circulares en su cuello.

Miro alrededor tratando de ubicarse, con el hecho de ver paredes de un color oscuro sabía que no se encontraba en su casa, ni de broma, con dificultad se puso de pie y recorrió la habitación en la que se encontraba, la cama en la que despertó era muy grande, había otras 3 puertas repartidas en las paredes, 2 mesitas de noche extremadamente limpias y ningun ruido alrededor, los nervios del rubio escalaban rápidamente.

Descubrió que la segunda puerta lo llevaba fuera de la habitación, lo primero que vio fue una barandilla de madera, parecía de roble, que lo llevaba a unas escaleras, bajo tratando de hacer el mínimo ruido, no sabia donde estaba ni como había llegado allí, solo recordaba haber tratado de ayudar al chico del bosque y después solo había neblina en su mente.

La planta baja le inspiraba comodidad por la manera en la que estaba adornada, había sillones de aquella tela super suave que le encantaba, las mesillas que había al centro tenían un estilo rústico, todo era demasiado acogedor.

Exploro la sala y poco después la cocina, quería salir de aquel lugar, encontro la puerta que podría dejarlo regresar a su hogar pero esta estaba cerrada con llave, intento seguidas veces pero no logró nada, sentía su respiración pesada y su cuerpo ardía, se asomo por la ventana de la cocina y vio como el chico que trato de ayudar se acercaba, el miedo lo domino y corrió a esconderse detras de la barra que estaba en la sala, sentía que pronto le daría un ataque de ansiedad.

La puerta se abrio lentamente, torturando sus nervios, al final escucho aquel click dandole a entender que la puerta había sido cerrada, escucho pasos cerca de el y el ruido de bolsas siendo dejadas en la mesa, sus manos se colocaron sobre su boca para evitar algún ruido que alertara al azabache.

Los pasos se hicieron lejanos, estaba subiendo las escaleras, una puerta se abrió y al instante fue azotada, los pasos de calmados pasaron a rápidos y marcados, Jungwoo podía escuchar diferentes puertas siendo abiertas, muy rápido, en poco tiempo.

—¿Dónde te escondes pequeño? no pudiste haber ido fuera.—Aquella voz donaba irritada, grave, autoritaria.

Jungwoo temblo y con esto hizo caer un vaso que estaba guardado en los gabinetes de la barra, se maldijo mentalmente y suplicó no haber sido escuchado, el rubio no era de mucha suerte.

—Ah, aqui estas.

Sin poder hacer algo, sin poder gritar, fue tomado entre los brazos del mas grande y estampado contra uno de los sillones, sentía su pecho apretado y una falta notoria de aire, estaba entrando en un ataque ansioso, sus ojos estaban llorosos y se le dificultaba decir algo coherente.

—Porfavor....d-dejame ir.—suplico con la voz coartada y respirando erráticamente, el otro le tomo la cara, apretando sus mejillas y obligándole a verle a los ojos.

—Deja esos nervios, si estas en ese estado no tendrás un buen sabor, calmate, esto no es para tanto.—El rubio no sabía por que pero su cuerpo se relajo y sus nervios fueron desapareciendo cuando se enfoco en los hermosos ojos carmín del chico.

El chico soltó la cara del rubio quien seguía inmerso en la sensación que los ojos del otro le brindaba, aprovechándose de esto el mas alto se colocó entre las piernas del pequeño y sostuvo sus manos sobre su cabeza, esto alertó al rubio pero no podía resistirse, era como si estuviera en un trance.

—Estoy muy sediento, dejame beber de ti.

¿Beber de el, a que se refería?, intento protestar pero no podía mover su cuerpo y al abrir su boca para gritar solo salió un simple si, el no quería decir que estaba de acuerdo, el quería gritarle que se alejara, quería tratar de golpearlo pero era inútil, su cuerpo no se movia.

El de ojos carmín se acerco lentamente al cuello contrario y paso su lengua sobre las marcas que anteriormente había dejado, esto mando corrientes eléctricas al cuerpo del rubio, encajo sus colmillos nuevamente en su piel, desgarrandola lentamente y comenzando a succionar, con la seguridad de que el otro no haría nada le soltó las manos y lo pegó mas a el.

Jungwoo solo soltaba pequeños suspiros, trato de empujarlo pero sus manos no le respondían, le llevaban la contraria, sin que el lo quisiera estas se enredaron entre el cabello negro del chico, apretándolo más, sentía que su cabeza le daba vueltas y nuevamente quedo inconsciente.

𝕾𝖜𝖊𝖊𝖙 𝕮𝖍𝖊𝖗𝖗𝖞 (Hiatus) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora