🍒6🍒

185 18 5
                                    

Jungwoo había pasado un buen día, tener al mayor cerca era agradable, nunca pensó que podría escuchar a Yukhei reír tanto en un solo día. Fue muy agradable.

—Xuxi —Llamó la atención del mayor, quien estaba recostado en sus piernas mientras el le propiciaba caricias en su cabeza. El llamarlo así y hacer ese tipo de cosas se había vuelto ya una costumbre entre los dos. Yukhei abrió los ojos y le miro fijamente, esperando que el chico continuara.— ¿Saldrás hoy otra vez?

— Hoy realmente tengo que, ayer no lo hice. Debo hacerlo. —Contesto sin más, cerrando los ojos nuevamente para descansar antes de ir fuera, aún le quedaban algunas horas antes de salir. La curiosidad de Jungwoo fue incrementando mientras su cabeza se preguntaba muchas cosas, ¿Adónde iba el mayor cuando no estaba en casa? ¿Qué era lo que hacía? ¿Veía a alguien más? Nego ante lo ultimo, regañándose por preguntarse algo de ese estilo, si Yukhei veía a otras personas no era de su incumbencia, no eran pareja ni nada del estilo, simplemente tenían un trato y ya.

— ¿Puedo acompañarte? —Preguntó finalmente, su mirada estaba fija en la ventana y los dedos de su mano seguían bailando en la cabellera contraria. Los orbes carmín se hicieron presentes nuevamente y le miraron, esperando a que el otro se conectara también. Al no pasar nada de aquello habló finalmente.

— No, no puedes.

— ¿Por qué no?—Sus ojos bajaron a los contrarios y le miraron curiosos y suplicantes, Yukhei se mordió el labio por inercia.

— Simplemente no puedes. Si quieres salir algún día de estos solo avísame antes y te llevare a donde quieras pero acompañarme a donde voy esta prohibido, ¿de acuerdo? —Jungwoo hizo una mueca y se mordió el interior de su mejillas, asintiendo derrotado, pensaba que no era buena idea seguir insistiendo, el mayor ya se veía un poco molesto.

Al paso de las horas Yukhei finalmente salió de la casa dejando a Jungwoo nuevamente. El rubio se sentía un poco solo y aburrido, se había acostumbrado a verlo salir y regresar hasta tarde o incluso al día siguiente pero recientemente todo aquello se le dificultaba, se había vuelto más dependiente de lo que debería del azabache, sabía que ese comportamiento no era correcto por que el otro merecía su libertad también pero no podía evitar sentirse mal.

Quiso salir a regar las plantas un momento, aprovechando que el sol estaba bajando para que estas no se cocieran pero al intentar abrir la puerta esta estaba cerrada con llave, pensó que podría abrirla desde dentro de alguna forma pero le fue imposible, suspiro cansado y regreso a la sala, se recostó en el sillón y miro hacia el techo, también estaba hecho de madera de roble, miro a su alrededor y observo con detenimiento todo el lugar, ahora que lo pensaba nunca se había dado el tiempo de explorar a fondo la casa.

Comenzó por la cocina, había estado allí muchas veces pero nunca había notado que la orilla de la barra tenia un bosque dibujado, a mano al parecer. Siguió hacia el comedor, rara vez comía en aquel lugar pero aún así no vio nada que llamara su atención. La sala tenía muchas cosas, desde estanterías con adornos de madera o cristal hasta la barra de bebidas que estaba cerca de las escaleras, había demasiadas cosas allí pero en ese momento no estaba interesado en que tipos de alcohol bebía el mayor. Antes de subir noto una gran puerta al lado de las escaleras, eso si lo sorprendió un poco, llevaba ya un mes, ¿o eran dos?, en ese lugar y nunca había notado aquella puerta. 

Con un poco de miedo a que podría haber adentro giró el pomo, su piel se erizo al sentir el click de la puerta abriéndose, dudó un momento y entro al lugar, cerrando la puerta tras de si. Miro a su alrededor, el diseño del lugar era parecido al resto de la casa más era notorio que no había entrado nadie allí en mucho tiempo. Sus pasos eran lentos pero seguros, estaba solo en la casa de todas formas. Al final del pasillo vio una cristalera que hacía contraste con lo demás, solo esa puerta en todo el lugar. Camino más rápido y abrió la puerta, encontrándose con algo parecido a una pequeña pero a la vez amplia biblioteca, una de las paredes, las mesas, sillones y alrededores de estas estaban repletas de libros, la otra pared tenia una estantería llena también mientras que la que estaba al lado tenía materiales de pintura, oleos, acuarelas y pinceles. En un caballete había un lienzo en blanco, tapando parte de la vista que las grandes ventanas le proporcionaban.

— Mañana veré que hay arriba.—Le comentó a el vació de la habitación. Sus pies lo llevaron a las librerías, había muchos ejemplares, tanto actuales como viejos, algunos incluso parecían escritos a mano, como diarios de campo o diarios personales, no lograba entender la letra muy bien, las hojas se habían ido deteriorando de apoco con los años.

Tomo un libro al azar y se tomo asiento, comenzando a leer. Este lugar podría ayudarle a pasar el tiempo mientras el mayor no estaba en casa.

𝕾𝖜𝖊𝖊𝖙 𝕮𝖍𝖊𝖗𝖗𝖞 (Hiatus) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora