Después de unos momentos de silencio Vanesa habló por fin.
VANESA: No puedo creer que soy la única mujer que te ha dado él momento del día en meses. Eres hermosa. Los hombres y las mujeres deben caer unos sobre otros para llegar hasta ti.
Mónica se sorprendió ante la respuesta de Vanesa. Había esperado que se tropezara con una excusa y corriera por la puerta tan pronto como le fuera posible, pero en lugar de eso ¿le había dicho un cumplido?
Vanesa era la más inusual, aunque interesante mujer que había conocido en mucho tiempo. Era impresionante. Su cabello era casi de color negro azabache con ondas gruesas, una de las cuales le caía por la frente. Con unas pocas vetas de gris evidentes, Mónica la encasilló en sus treinta y tantos años. Sus ojos, que se habían visto marrones claros en la oscuridad del bar, eran en realidad verdes miel y no tenían ningún signo de piedad, sólo la expectativa de una respuesta.
MÓNICA: No, no lo soy -sacudió la cabeza. Tengo ojeras bajo mis ojos, he perdido por lo menos diez libras, y he desarrollado una intolerancia gigante para casi todo. Y en algún lugar en los últimos tres años he perdido mi temperamento. He buscado por todas partes, pero no tengo idea de dónde está.
El corazón de Vanesa aleteó cuando una pequeña sonrisa transformó la boca de Mónica. Bebió un sorbo de café, dándose la oportunidad de calmarse.
VANESA: Gracias por la advertencia, y a riesgo de que me arranques la cabeza. No estoy de acuerdo. Eres una mujer muy hermosa. Te ves un poco cansada, pero son las -miró su reloj-once y treinta del viernes por la noche. Todo el mundo está cansado.
MÓNICA: Entonces, ¿Qué estás haciendo aquí? -preguntó, casi a la defensiva.
VANESA: Charlando con una mujer encantadora, divertida. -Mónica serió, involuntariamente, al parecer-.
MÓNICA: Bueno, supongo que si no puedo encontrar mi temperamento, es bueno que mi sentido del humor y encanto no hayan desertado de mí.
VANESA: ¿Quieres cenar conmigo mañana por la noche?.
MÓNICA: Yo no lo creo.
VANESA: ¿Por qué no?.
MÓNICA: Por las razones que expuse hace unos minutos. Tengo demasiada mierda en mi vida, y estoy segura que tu no quieres ninguna parte de ella.
VANESA: No estoy pensando en tomar posesión de tus problemas o resolverlos por ti. Es sólo una cena. Si yo no quisiera volver a verte, no te lo hubiera pedido. Lo creas o no, yo soy capaz de deshacerme de una mujer.
MÓNICA: Sí, supongo que tienes mucha experiencia en esa área. Y en otras áreas también.
VANESA: Creo que me acaban de halagar.
Vanesa frunció el ceño, arrugando la frente, y Mónica quiso extender la mano y suavizar las líneas cerradas.
MÓNICA: Lo fuiste, quiero decir, lo hice. Eres una mujer muy atractiva, de una manera traviesa. Estoy segura de que tu podrías tener a cualquier mujer que eligieras -tartamudeó.
VANESA: Yo no iría tan lejos. Tu me dijiste que no.
MÓNICA: Ah, pero tu me dijiste que no en primer lugar -se había relajado y estaba disfrutando de sus burlas.
VANESA: Pensé que no íbamos a hablar de eso.
MÓNICA: No, dije que tu no podías tocar el tema. Yo puedo -dijo, tratando de evitar que su sonrisa se propagase.
VANESA: Oh, lo entiendo ahora. A veces soy un poco lenta con los matices de las cosas. -Se quedaron en silencio durante unos minutos antes de Vanesa le preguntara en voz baja- ¿Lo reconsiderarías?.
Mónica quería hacerlo. Hacía mucho tiempo desde que había salido a cenar, y algo le decía que una comida con esa mujer no sería en el restaurante italiano local. Quería aprender más sobre ella.
¿Qué hacía, lo que le gustaba, lo que pensaba sobre la paz en el mundo, todo y nada. Mónica quería una vida normal. Había perdido su vida, la que tenía antes de que los dos hombres irrumpieran en su casa y arruinaran su vida y la de su hermano. Era sólo una cena. ¿Qué daño podía hacer?
Mucho. Le haría darse cuenta de lo infeliz que era, eso es lo que haría. Si se dejaba experimentar una sensación de normalidad, aunque solo fuera por una noche, la anhelaría, incluso más. No, la abstinencia era la única manera de sobrellevar la situación. Tal vez después de que Michael estuviera libre sería capaz de seguir adelante con su vida. Sacudió la cabeza.
MÓNICA: Lo siento, Vanesa. Yo no creo que sea una buena idea.
Estaba carente de emoción.
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HOLAAAA!!!
Después de tanto tiempo volví!!!, siento mucho a ver desaparecido mucho tiempo pero no tenia el tiempo suficiente para continuar el ficc. Pido disculpas a toda la gente, que espero nuevos capítulos y que me escribió sin obtener una respuesta clara. Y también les doy las gracias, por animarme a continuar esta historia.
Así que siii!!!! Esto continua, a partir de hoy!!!!
Eso si no puedo prometer que habrán capítulos todos los días pero si puedo prometer que habrán y que intentare publicar, un par durante estas fiestas!!.
Un beso enorme!!!!!
Dejadme vuestras impresiones de este capitulo y si queréis que siga adelante!💖💖💖
