Epilogo

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­ – En serio, ¿Tenías que matarnos a ambos en tu cuento? ¿Has pensado en la reencarnación para un final más bonito?– preguntó un rubio desconcertado. Por otro lado, el pelinegro que lo veía expectante en su reacción, trataba de ocultar una sonrisa burlona por la expresión de su novio. – Kihyunie, se supone que debía ser una historia romántica, no una de tragedia dramática casi sin sentido –.

– No es de tragedia dramática sin sentido... – musitó el menor de los dos perdiendo sus ganas de burlarse del mayor – además, solo es un avance que quise enseñarte para que me ayudes a editarlo porque la nota será para los dos, pero si no quieres... – Kihyun estiró sus brazos para quitarle la laptop al contrario, sin lograrlo realmente, pues el rubio se lo impidió empujándolo con la espalda.

Ambos chicos se encontraban sentados en el sillón más grande de la pequeña sala que poseía el departamento del mayor. Llevaban una semana con esa tarea. El profesor Min se había empeñado en hacerles la vida imposible encargándoles escribir una historia con el mismo sentimiento romántico que Romeo y Julieta. Por eso, se apegó bastante a las palabras del libro y termino escribiendo algo parecido pero más moderno, como él lo pensaba.

Aunque, si Kihyun se sinceraba con el mundo, no encontraba nada de romántico en ese libro. Sin embargo, por el bien de sus notas, debía cumplir con las obligaciones encomendadas por el maestro. – Deja de empujarme, hyung... – puchereó después de unos minutos forcejeando con el rubio, era consciente del efecto que tenía ese gesto sobre su musculoso novio.

Shin Hoseok amaba a Yoo Kihyun, incluso cuando el menor por meses odiaba escribir historias románticas. Debía admitir que a veces se asustaba con la mente retorcida de su pequeño, pero no era tanto como para separarse de él.

Lanzó un suspiro enamoradizo como cada vez que se detenía a contemplar a Kihyun, apagó la máquina y la puso sobre la mesita al centro de la sala, para después volver a acomodarse en su lugar. – Kihyunie, me gustas mucho a pesar de tu talento para escribir libros macabros, eres todo lo que siempre deseé – dramatizó.

Y, de la misma manera en que Hoseok le recordaba cada vez que podía cuanto le quería o lo mucho que le gustaba, Kihyun se sonrojaba y lo abrazaba por la cintura para esconder su acalorado rostro.

– Ya lo sé tonto, por algo somos novios... ¿Hoseokie? – llamó desde su escondite, el mayor que se mantenía acariciando el suave cabello de su adorable pareja, hizo un sonido en señal de que lo escuchaba –... yo... te quiero mucho también –.




SS

My Wish // KiHo - WonKiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora