❝ -Aún si logras salir de este manicomio, no hay escapatoria.
-¿A qué te refieres?
-Te perseguirá hasta la muerte. Y no descansará hasta destruirte por completo ya que estas manchada de este lugar.
-¿Quién? ¿Qué?
-Tu mente. ❞
| VIDEOJUEGO PERTE...
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——— A G O R A F O B I A ———
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Nota 4: ❝ Me duele todo el cuerpo, apenas puedo escribir esto pero al menos he dejado de sangrar...por todas partes. Hace mucho frío y esta celda-habitación esta muy oscura aunque era de esperarse de la zona más deteriorada de este asilo. Y lo único que puedo tener seguro es que no moriré ahora, sé que Blaire se encargará de que no sea así❞
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El ruido a su alrededor empezó a ser cada vez más fuerte y la precaria luz empezó a atravesar sus párpados por lo que Ana poco a poco fue despertándose con un inmenso dolor que le tenía los músculos agarrotados debido a los golpes y varias punzadas en la cabeza que hacían que le latieran las sienes dolorosamente en lo que lentamente se ponía de pie.
En cuanto pudo ubicarse, Ana pudo discernir que de encontraba en el pabellón masculino, más específicamente en aquel donde estaban recluidos probablemente los pacientes más violentos debido a la manera en que gritaban y golpeaban las puertas de las celdas con bastante fuerza. Lo primero que pudo experimentar la mujer fue la incertidumbre pues no comprendía qué hacía allí y divisó a lo lejos a los guardias apostados detrás de las rejas, las cuales estaban completamente cerradas.
Antes de poder razonar algo, Ana percibió un sonido de cerradura colectivo y de pronto entendió mucho menos al ver que los pacientes salían de sus celdas, en su gran mayoría con semblante furibundo y una mirada que denotaba que ya no estaban mentalmente en aquel mundo pero aquello no era lo más escalofriante sino que gran parte de sus rostros estaban malformados con notorias protuberancias y en algunos casos carecían de boca o de ojos. Y se estaban acercando peligrosamente hacia ella.
Ana intentó retroceder no muy bruscamente en un vano intento de no alarmarlos en cuanto escuchó comentarios como "carne fresca", "qué piel tan sedosa " o "quiero arrancarle los ojos". La mujer llegó hasta una de las rejas que estaban más cerca dirigiéndose hacia los guardias, que se mantenían impasibles.
—Oigan, por favor...esto es un error, sáquenme de aquí —suplicó Ana agarrándose a la reja mirando hacia atrás cómo los pacientes se acercaban cada vez más. Los guardias ni siquiera de inmutaron—. Por favor, tienen que sacarme de aquí, por favor... ¡por favor! —continuó observando con horror que estaban a pocos pasos de ella—. ¡Por favor, se los suplico, sáquenme de aquí!
Ya no tuvo más opción que ir hacia otro lado intentando huir desesperadamente chocando contra otro grupo de variantes que comenzó a encerrarla. Siguiendo su instinto de supervivencia, se despojó de sus zapatos de tacón sosteniéndolos en sus manos y advirtiéndoles que se alejaran. No funcionó.
