CAPITULO 12

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Cuando salieron de la casa, Noelia acarició el pelo de Diego y le dijo:

- Ahora que lleguemos a tu casa, me gustaría contarte algo que me está preocupando de Luci, prefiero contártelo a solas por si me oye.

- Será un placer para mí escucharte princesa.- Le dijo sonriendo antes de besarle en la frente.- Aunque no entiendo del todo que es lo que te preocupa de Luci, pero seguro que tienes alguna razón para ello y si necesitas ayuda soy experto en charlas.

Lo último lo había dicho medio en broma mientras le ajustaba el casco a Noe y se subía en la moto esperando a que ella se acomodara.

Noe abrazó fuertemente a Diego cuando se subió a la moto mientras él la encendía y cogían rumbo.

Cuando llegaron a casa de Diego, Noe pudo notarlo muy contento, más que de costumbre, aquello le alegró mucho a Noe, se sentía realmente muy cómoda a su lado.

Diego ni siquiera esperó a que ella bajara de la moto, simplemente se bajó y la tomó de la cintura dulcemente para bajarla de la moto.

La ayudó suavemente a quitarse el casco, siempre solía conducir más rápido y de una forma ligeramente más temeraria, pero cuando Noe iba con él conducía de una forma mucho más tranquila y prudente.

- Vayamos dentro, hagamos unas palomitas o algo que haya por la despensa y vamos a mi habitación a que me cuentes que pasa con la pequeña Luci. ¿De acuerdo?- Le dijo sonriendo mientras le acomodaba con cierto cariño el pelo detrás de la oreja

- Me encantaría lo de las cotufas-dijo Noe con emoción.- así aprovecho para ver tu habitación.

Diego solo pudo sonreír y abrir la puerta dejando entrar en primer lugar a Noe. Lo que hizo nada más entrar fue guiarla hasta la cocina y ponerse manos a la obra en busca de las cotufas.

- ¿Te apetece algo de beber? Creo que podría apañar un zumo natural de manzana o de naranja si te apetece.- Dijo mirando en la nevera mientras las primera cotufas empezaban a estallar dentro del microondas.

- Sí, estaría bien-respondió Noe sonriendo- además hace calor y me vendría genial.

- Genial, suerte que pasé por el supermercado ayer y compré algunas frutas.- Dijo sacando algunas naranjas.- Están frías así que estará genial sin hielo incluso... y ya te digo que están muy jugosas y dulces.

Diego no tardó en ponerse manos a la obra con el zumo de naranjas mientras atendía también a las palomitas, se notaba que no era demasiado hábil en la cocina pero al menos tenía la suficiente destreza como para que la casa no ardiera de forma accidental.

Una vez tuvo todo listo dispuso tanto el aperitivo como la bebida en una bandeja y la cargó con buen equilibrio. Después solo hizo una pequeña seña de forma caballerosa para que lo siguiera hasta su habitación.

En dicha estancia podía verse el saco de boxeo y las vendas que solía usar para los entrenamientos, también había varias fotos en las que salía una hermosa mujer que se parecía mucho a Diego y algunas cosas más que dejaban a entender lo importante que eran las artes marciales mixtas para Diego.

Noelia se quedó embelesada mirando como estaba decorada la habitación de Diego, se acercó a la foto de aquella mujer, supuso que sería su madre, le entró curiosidad de repente, sin embargo intentó ser lo más sutil posible.

- Es muy hermosa esta chica... ¿es tu madre?

- Sí, es mi madre, y sí que era hermosa y dulce.- Dijo sonriendo de medio lado.- Ah, y el enano mofletudo que está al lado soy yo con 7 años, lo sé, parecía un bicho.

Lunas de GofioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora