Una niña de ojos verdes, de la mano de sus padres y junto a su hermano entraron en aquel enorme hotel.
Era Mimi, tenía 10 años y estaba realmente feliz porque, al fin le habían dado las vacaciones de verano.
Sus padres decidieron que sería buena idea ir a Mallorca para despejarse y a Mimi, por supuesto, le encantó la idea.
-Mimi, cariño - la llamó Inma, su madre, agachandose hasta quedar a su altura
-¿Qué pasa mamá? - preguntó la niña mirando a su madre atenta.
-Mira, allí hay un miniclub, seguro que dentro hay un montón de niños que querrán hacer amigos, ¿por qué no vas para allá? Mientras, nosotros deshacemos las maletas y todo ¿quieres? - Mimi asintió dando saltitos.
-Siiii
Su madre la acompañó hasta la puerta y tras darle un beso de despedida, Mimi entró decidida a hacer amigos y amigas nuevas.
-Perdona ¿me puedes pasar el libro que tienes al lado? - preguntó una chica que a Mimi, le pareció preciosa.
Era morena,más baja que ella, con unos labios grandes y bonitos... A Mimi le pareció una princesa.
-Eeh, si claro, aquí tienes - le dió a la morena aquel libro. Las dos quedaron mirándose hasta que Mimi, lanzada decidió acabar con ese silencio que se había formado :- Que guapa eres, ¡seguro que le gustas a un montón de chicos y chicas!
La morena se la quedó mirando extrañada.
-¿A chicas? Pero si yo también soy una - Mimi se encogió de hombros.
-¿Y? Te pueden gustar también las chicas, mamá dice que tu eso no lo eliges, pero que mientras seas feliz no importa con quien estés - le explicó la rubia con una amplia sonrisa.
-Vaya... A mi nunca me hablaron de eso
-Pues es algo muy normal, a mi me gustaba mi mejor amiga pero a ella le gustaba mi hermano mayor - dijo Mimi poniendo morritos
-Jolín, que mal. A mi nunca me ha gustado una chica... Pero por lo que me dices pues jo yo también quiero - la rubia sonrió
-¡Seguro que habrá alguien a quien le gustes!
- Supongo que tienes razón. - rió- Me llamo Ana ¿y tu? - preguntó ella después de dejar el libro que la rubia acababa de darle en la mesita que tenían al lado.
-Yo Miriam, aunque todos me llaman Mimi - la morena sonrió
-¿Te gustaría ser mi amiga Mimi?
-¡Por supuesto!
...
Y así, esas vacaciones se pasaron tan rápidas. Ana y Mimi estaban todo el día juntas, tanto en el mini club como en la playa con sus padres, en sus respectivas habitaciones mientras los padres de Ana y los de ella hablaban en el apartamento de al lado... ya que, gracias a la amistad entre las niñas, los padres también habían congeniado muy bien.
Hasta que llegó el último día
Ana se encontraba en la habitación de Mimi con su maleta en la mano y sus padres esperándola fuera.
-Te voy a echar mucho de menos mimion - dijo la morena triste mirando los agudos ojos de Mimi.
-Y yo a ti Ana banana, mucho jo - las dos se abrazaron fuerte sin querer soltarse, pero tenían que hacerlo.
-Mimi... Te acuerdas cuando me dijiste lo de que me podían gustar las chicas y eso...-dijo tímida la morena
-Si... ¿Por qué? - preguntó confusa por la repentina pregunta de Ana.
-Jope, que vergüenza, yo... - Ana no se lo pensó dos veces y le dio un besito a Mimi en los labios. Fué rápido, pero a la rubia se le paró el corazón. - quédate esto.
La pequeña morena de entregó un pequeño colgante con una luna
-Yo tengo una estrella, siempre que lo mires sabrás que estoy aquí. Prométeme que no te lo quitarás nunca
-Te lo prometo, aunque pasen mil años
-Yo tampoco lo haré
-Te quiero mucho Ana - dijo sincera
-Y yo a ti, espero verte pronto - se abrazaron por última vez, pero sin decir un adiós definitivo
Esas fueron las últimas palabras que escuchó de la morena
O eso es lo que ella creía
