Mimi, con Ana en brazos se chocaba por todas las paredes de la habitación intentando encontrar el cuarto sin éxito ya que la morena estaba poniendo todo su empeño haciendoun recorrido de besos y mordiscos desde los labios hasta el cuello de Mimi
-Ana por dios, así no llegamos- dijo la rubia en medio de un jadeo.
-No veo que te quejes- la miró con los ojos llenos de deseo.
La rubia estampó su boca contra la de Ana haciéndola callar y, ahora si abriendo la puerta del cuarto para depositar con muy poco cuidado a la morena sobre la cama.
Llenó de besos su cuerpo mientras las dos se deshacían de la ropa que aún llevaban.
-Mimi por favor- sollozó la morena cuando notó la rodilla de Mimi chocar contra su sexo. La rubia mordió sus labios con deseo.
-¿Que pasa preciosa?- se movió sutilmente sobre su cuerpo haciendo a Ana gemir.
-Mimi no me hagas hablar - dijo jadeando
La rubia sonrió y fué dejando un camino de besos desde su mandíbula hasta su pecho, donde paró para desabrochar su sujetador tirándolo lejos para besar,chupar y morder la zona, escuchando como Ana decía una y otra vez su nombre.
-Mimi de verdad que no me aguanto - pidió la morena ya por tercera vez
Mimi soltó una pequeña risita y bajó por el abdomen de Ana no sin antes dejar un par de mordiscos seguidos por un lametazo.
-¡Mimi!- gimió Ana encendiendo aún más a la rubia.
Mimi agarró los lados del tanga de encaje que llevaba Ana tirando de el hasta quitárselo para mandarlo al mismo donde se encontraba el resto de la ropa de ambas.
Paseó sus manos por su cuerpo, sintiendo como la piel de Ana se erizaba con el contacto.
-Me encantas - dijo para después empezar a dejar besos por la parte interior de sus muslos.
-Dios, dios, dios, dios- repetía Ana una y otra vez.
Antes de hacer nada la rubia miró a los ojos a Ana y sonrió
Por fin
Mimi pasó su lengua por el sexo de Ana parandose en su clítoris para succionarlo.
-¡Dios mío Mimi! - gritó Ana arqueando su espalda
Ana se incorporó enredando sus dedos en el pelo de la rubia.
Mimi coló uno de sus dedos en el interior de Ana para después sumar otro a ala ecuación mientras escuchaba a la morena jadear y gemir su nombre.
-Me voy... me - Mimi subió para callarla con un beso sin sacar sus dedos de ella aumentando aún más el ritmo.
-Lo sé bonita, lo sé- volvió a juntar sus bocas notando como, segundos después Ana llegó al orgasmo soltando un grito de placer absoluto.
Ana se abrazó a Mimi quien sacó los dedos de la morena lentamente para que después las dos se dejaran caer en la cama de la rubia.
Mimi notó como la respiración de Ana se fué calmando mientras ella dejaba besos en su frente y la apretaba contra su cuerpo.
-Mimi te prometo que te la devuelvo pero ahora mismo estoy molida- consiguió decir Ana aún con la respiración un poco agitada.
-No te preocupes amor, ya habrá tiempo
Mimi se sentía satisfecha con haberla hecho disfrutar, de hecho, no podía dejar de sonreír.
-Te quiero Ana, duermete, debes estar cansada.- dejó un pequeño beso en sus labios.
-Yo también te quiero Mimita - dijo cerrando sus ojos acomodándose en el pecho desnudo de la rubia.
Las dos se arroparon con la sábana de la cama para no coger frío.
Ana consiguió dormir y Mimi estaba a punto hasta que escuchó la puerta abrirse.
-¿Mimi?- preguntó la voz de Miriam
-Estamos aquí Miri- susurró la rubia mayor.
Miriam entró y vió a su amiga abrazando a Ana la cual, estaba durmiendo como un bebé.
-Todo bien por lo que veo ¿no?- dijo desde la puerta.
-Más que bien Miri, gracias por dejarnos solas. - la leona hizo un gesto para restarle importancia
-Para eso estamos. Ahora a descansar que ya es tarde - Mimi asintió sonriendo.
-Te quiero compi
- Y yo a ti pesada, ahora cállate y tápale bien los riñones a esa muchacha que se va a congelar- Mimi soltó una risita y con cuidado tapó bien a Ana.
Le dió un pequeño en la frente y miró su cuello, que a parte de unas cuantas marcas, seguía la estrellita que le regaló. Sonrió y susurró:
-Jamás dejé de quererte y creo que nunca voy a dejar de hacerlo
