Mimi se removió en la cama y al notar un cuerpo a su lado se abrazó a el.
Abrió un poco los ojos y en vez de ver el cabello moreno que tanto le gustaba y había acostumbrado a encontrar, vió una melena rizada y rubia.
Se asustó muchísimo y se incorporó rápidamente encontrandose con una estampa que le gustó aún menos.
Ella estaba desnuda completamente, se había despertado abrazando a Miriam y esta, estaba completamente dormida con Ana casi encima se su cuerpo, las dos en las mismas condiciones que la rubia.
-¿Pero que cojones? - dijo la rubia en un tono bastante elevado haciendo que Miriam abriese los ojos.
-No me jodas- dijo nada más levantarse y ver a Mimi tapandose con la sábana y a Ana tirada encima suya - no me jodas tía
La morena se removió por las voces pero aún así no se despertó se dió la vuelta y pasó.
-Joder Miriam joder...- la rubia menor se tapaba la cara muerta de vergüenza y llena de rabia.
-Hostia putisima Mimi ¿te acuerdas de algo? - la granadina intentó recordar pero nada, tenía un fuerte dolor de cabeza y los recuerdos de la noche nublados- joder Mimi ¿sabes lo que significa esto?
-¡Claro que lo se Miriam joder!
-¿Mimi puedes parar de gritar?- pidió Ana frotandose los ojos. Cuando los abrió se quedo paralizada- ¡Puta! No me lo puedro creer.
-Esto es surrealista- rió Miriam por no llorar.
-¿Nos hemos...?- preguntó Ana aún desubicada.
-Si Ana joder nos hemos acostado, las tres, estamos puto desnudas en la cama de yo que se donde, Mimi tiene arañazos en la espalda y tu tienes chupetones más grandes que mi casa- contestó Miriam para después salir de la cama y buscar ropa para ponerse.
-Miriam la hemos liado las tres por igual- dijo Mimi intentando calmarla.
-No es así, vosotras dos aún no sois nada pero yo tengo una relación con Mary que se romperá seguro después de esto ¿sois concientes?- dijo Miriam a punto de romper a llorar.
-Estabamos muy borrachas Miriam, no nos acordamos de nada, estábamos totalmente inconscientes. Esto nos afecta a las tres por igual - Miriam suspiró.
-Me voy a casa, me apetece estar sola.- dicho esto se puso la ropa del día anterior y se fué de la habitación quedando a Mimi y Ana sentadas en la cama sumergidas en un profundo silencio que ninguna de las dos se atrevía a romper.
-Mimi...- decidió hacerlo Ana
-No se que decirte ahora mismo Ana- dijo sincera la rubia.
-Mimi yo... no era consciente de nada, de verdad que no, ninguna lo eramos, se nos fué de las manos, yo...
-Ana, no te excuses, has cometido el mismo fallo que yo - la interrumpió Mimi- pero si lo hemos hecho ha sido por algo ¿no crees?
Ana la miró con miedo.
Ella la quería, la quería muchísimo. Esa noche perdió el control, entre los celos que le provocó el saber que ella y Mimi se habían acostado y el alcohol, no lo supo llevar.
Y Mimi, ella bebió de más por aquel estupido juego, por los nervios que le entraron al responder esa pregunta, por la mirada de Ana atenta a su respuesta.
-Mimi no se lo que vas a decir, pero por favor no cortes esto. Eres increíble, me parece impresionante que después de tantos años nos hayamos reencontrado y no quiero estropear esto por una ida de olla. - Mimi la miró con dolor.
-Ana, no nos conocemos
A la morena le partió escuchar eso
-Mimi...
-Conozco a tu yo del pasado como la palma de mi mano pero las cosas han cambiado y cada una nos hemos hecho mujeres diferentes a cuando eramos niñas - la canaria no pudo aguantar y una lágrima resbaló por su mejilla. Mimi se encargó de limpiarla y acariciar su cara con cariño.
-¿Estás... cortando todo esto? ¿Quieres que esto no siga? - preguntó Ana entre hipidos.
-No he dicho eso - la morena suspiró algo aliviado- quiero lento ¿vale?
-No termino de entender- se limpió las lágrimas
-Quiero que vayamos lento, que nos conozcamos poco a poco, aprender a querernos, contarte cosas de mi pasado, que tu me cuentes cosas del tuyo. Quiero echarte de menos, sentir que necesito estar contigo, hacerlo bien ¿entiendes? - Ana asintió.
-Eso quiere decir que... ¿tengo que volver a canarias ya?
-Esta habitación está alquilada hasta mañana, nos quedáremos juntas aquí, pero después... creo que lo mejor es que no nos veamos en un tiempo, que tengamos ganas de vernos e ir despacio. - Ana asintió.
-¿Puedo darte un beso? - Mimi sonrió
-Puedes darme cuatro si quieres- se acercó a ella.
La morena rodeó con sus brazos el cuello de Mimi y la besó con todo el amor que tenía guardado.
-Lo haremos bien- Le sonrió Mimi
-Seguro que si
-Pero primero tendremos que hablar con Miriam, porque...- Ana asintió.
-Lo haremos también, pero ahora necesito aprovechar este tiempo contigo, que me abraces y que no me sueltes por favor
La mayor no tardó en hacerle caso tumbandose en la cama, pensando en Miriam,en como estaría ella y como se las iba a apañar sin Ana estos meses aún sabiendo que es bueno para las dos.
La iba a echar muchísimo de menos.
