Recuerdos

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-Bua Míriam estoy nerviosa - decía Mimi tras cambiarse por tercera vez de ropa - escúchame, esto no me queda bien, me voy a cambiar

-Mimi por favor, estate quieta, esto te queda perfectamente, no te cambies otra vez, maquíllate ya, ponte los zapatos y vas - la empujó su amiga hacía el baño para que terminara de arreglarse de una vez.

Después de una media hora larga, Mimi salió del baño perfectamente maquillada y peinada.

La rubia vestía con un top rojo de manga larga y unos pantalones a juego que dejaban ver una pequeña parte de sus caderas. El pelo liso, suelto y un maquillaje suave.

-¿Que tal estoy?- le preguntó a su compañera.

-Estás... Increíble Mimi, a Ana se le van a caer las bragas- la rubia soltó una gran carcajada dirigiendose a la puerta.

-A mi si que se me van a caer las bragas...- susurró antes de cerrar la puerta sin saber que su compañera la había escuchado. Miriam rió.

-Que se le van a caer dice, si nunca lleva- comenzó a entrar en un bucle de risa ella sola.

Mientras tanto, Mimi salía del hotel para dirigirse a la casa de Ana.

Estaba nerviosa, estaba muy nerviosa.

La rubia había intentado imaginarse el momento de mil maneras distintas

Aquella chica le había marcado mucho, ella era su primera chica.
La primera vez que quiso a alguien de aquella forma

Después de mil pensamientos, Mimi llegó a casa de Ana.
Miró el bloque de pisos para después mirar su móvil y comprobar por cuarta vez que iba a llamar al timbre correcto.

2ºA

Nada más llamar se aclaró la garganta y se peinó rápido

-¿Quien es?- se escuchó la voz de la canaria

-Eh... So..Soy Mimi - se escuchó una risita del otro lado y Mimi se dió una ostia mental.

-Pasa anda- la puerta se abrió y Mimi entró en aquel edificio.

No entendía la razón de tanto nerviosismo era solo una amiga, una vieja amiga muy importante para ella ¿no?

-Hola- saludó Mimi algo cohibida cuando vió a Ana apoyada en el marco de la puerta

-Hola Mimita - Mimi sonrió ante aquel apodo- Ven aquí anda

La morena abrió sus brazos esperando a que la rubia fuera hacía ella.
Y así lo hizo.

Mimi enterró la cara en su cuello cerrando los ojos ante el contacto. Se sentía en casa.

-Te he echado mucho de menos Ana, mucho- confesó ya más tranquila la rubia.

-Y yo a ti Mimi, de verdad, pensé que no te acordarías de mi- Mimi sonrió ya que era eso lo que ella estuvo pensando desde el día que se despidieron.

Mimi se separó de ella para mirarla, parándose en sus ojos, la pequeña cicatriz que tenía al lado de uno, la cual acarició suavemente, sus labios...

-Eres tan bonita- dijo la rubia sin pensarlo. La morena sonrió mirándola a los ojos.

-Ven, pasa

Las dos entraron en la casa de la morena sentándose en el sofá sin parar de sonreír.

-¿Que tal? ¿Como has estado? - le preguntó Ana feliz a Mimi

-Pues muy bien, bailando mucho, cantando, moviéndome por donde he podido... ¿y tu?

-Estudiando, componiendo, cantando...- Mimi sonrió

-Ayer cuando te escuché cantar... dios Ana vas a llegar a donde tu quieras tienes algo único y súper especial-  la miró con admiración y cariño.

-Ay muchas gracias amor. He trabajado mucho y aún me queda mucho que hacer, pero confío en que esto salga bien- dijo la morena con orgullo- seguro que a ti también te va muy bien bailando ¿verdad?

-Si, de hecho estoy aquí por eso, hay una competición importante, es mañana - la morena la miró sorprendida

-Iré a verte entonces, no te veo bailar desde que tenías 10 años -las dos rieron.

Se quedaron en silencio durante unos segundos, pero no era incómodo, se lanzaban miradas que decían más que cualquier palabra

Mimi mordió su labio inferior sin poder evitarlo, sin saber que eso a la morena le había removido por dentro.

-¿Tienes pareja?- preguntó la morena directa.

-No, ahora mismo no, ¿y tu?

-Lo mismo, ahora no, he tenido, pero nada que ahora importe

Mimi se alegró y no pudo esconderlo ya que le una sonrisa involuntariamente.

-Uy te alegras de que esté soltera o que- la picó Ana

-¿A mi? Que sabrás tu - sonrió Mimi viendo como la morena se acercaba.

- Ah no sé, tanta sonrisa, tanto morderte el labio... - la rubia rió

-¿Te molesta Ana Banana? - Ana negó con la cabeza acercándose más aún

- Molestarme no, no me molesta pero igual...- Mimi enarcó una ceja

-Uy Anita de pequeña no eras tan lanzada eh - sonrió viendo como Ana acababa de subirse totalmente a su regazo poniendo los brazos a cada lado de su cuello.

-Dios Mimi no me vayas a comparar esto a cuando eramos unas niñas- rió

-¿Tienes ganas de darme un beso como cuando nos despedimos?- rió Mimi acariciando las piernas de la morena.

-Eso ni siquiera fué un beso, fué un piquito - soltó una carcajada- estaba nerviosa no sabía que hacer, me gustabas y te iba a echar de menos

-Ooh que bonito ¿si me voy a ahora me vas a echar de menos? - sonrió Mimi con intenciones

-Obviamente

-Entonces...¿Me das un beso?

La morena no se lo pensó y se acercó a la rubia chocando sus narices. Rozó sus labios levemente pero sin llegar a besarlos.

La miró a los ojos sonriendo para después cerrarlos y ahora si, besándola levemente para después soltar una risita

-¿Así te vale?- dijo mirando a la rubia que aún tenía los ojos cerrados

-Mmmh no, no me vale- dijo para después incorporarse un poco y volver a besarla, esta vez de verdad.

Notó como Ana abrió su boca, oportunidad que la rubia no desaprovechó para colar su lengua

Ana sonrió en el beso enredando su dedos en la melena de la mayor

Poco a poco se fueron separando chocando sus frente.

-Ahora si

Cuatro Besos💋 {warmi} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora